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La Revolución de Maradona en La Plata y La Boca

* Por Vanesa López
Jueves, 26 de noviembre de 2020 14:46

Vanesa López comenzó su carrera en el periodismo deportivo. Hoy está trabajando en Buenos Aires y nos envió una bocanada de aire fresco con la mirada de una salteña que logra una síntesis de los que está pasando ahora en el Riachuelo y en la ciudad de las diagonales.

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Vanesa López comenzó su carrera en el periodismo deportivo. Hoy está trabajando en Buenos Aires y nos envió una bocanada de aire fresco con la mirada de una salteña que logra una síntesis de los que está pasando ahora en el Riachuelo y en la ciudad de las diagonales.

 

La definición de fútbol se sintetiza perfectamente en el sustantivo propio: Diego Armando Maradona. De cebollita a Campeón mundial. Fue el hombre transversal a todas las culturas y clases sociales. 
Lo que generó el mejor jugador de la historia del fútbol mundial en generaciones enteras no tiene precedente alguno. Su último paso en el fútbol, como DT,  fue en el popular club de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Allí fue donde se autoconvocaron hinchas, simpatizantes y socios para terminar de llorar al técnico que le dio otro sentido a cada domingo en el Bosque.
Fue tanta la cantidad de gente que se acercó a las puertas del club, que los directivos tuvieron que abrirlo para que el público maradoniano le brinde un homenaje con arenga incluida desde el tablón. 
Gimnasia incorporó unos 4 mil socios con la llegada de Maradona. De ese número, 1500 se reasociaron y los ingresos publicitarios crecieron “significativamente”, informaron los dirigentes. Todo el “boom” que generó en La Plata será inolvidable. 
La paradoja del fútbol; como entrenador del Lobo, visitó por última vez su casa ubicada en el corazón popular de la Capital Federal, en el barrio La Boca. 
El barrio que se encuentra a orillas del Riachuelo perdió el bullicio habitual y se detuvo en el tiempo desde la noticia de la muerte del astro. Casi como una previa a un partido trascendental, la avenida Almirante Brown interrumpió su tránsito. 
Todo el barrio salió con sus casacas azules y oro, las bocinas, los aplausos, y la peregrinación hacia las puertas de la Bombonera fue permanente durante el miércoles y jueves. Hoy, La Boca lo llora sin consuelo.
Maradona no nació en La Plata, tampoco en La Boca, pero es la CABA y el barrio, que lo adoptaron para siempre. La partida del Diego es sentida sin límites geográficos, más allá de Lanús, más allá de la Argentina. 
Los pocos bodegones que quedaron después de la cuarentena en La Boca, lucen apagados, y en los conventillos dejó de sonar la cumbia de todos los días. Los barrios más populares están de duelo, un luto que también será eterno…

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