Un hecho aberrante sacudió a la Ciudad Termal cuando una madre denunció a un pastor evangélico y a su familia por el abuso sexual de su hija de nueve años de edad.
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Un hecho aberrante sacudió a la Ciudad Termal cuando una madre denunció a un pastor evangélico y a su familia por el abuso sexual de su hija de nueve años de edad.
Los acusados de esta monstruosidad son el pastor Benjamín Avilés Miranda, su esposa, Marta Sabina Mamani, su hija, Juana Elizabeth Miranda, y su yerno, el policía Ricardo Fabián Coria, integrantes del templo del Ministerio Apostólico y Profético de Restauración Visión de Águila.
Tras la detención se dieron diversas manifestaciones y muestras de apoyo a la madre de la víctima. El miércoles, vecinos se hicieron presentes en esa iglesia, ubicada en barrio Carmen Salas, para pedir que ninguno de los integrantes de la familia perteneciente al culto regresaran al barrio.
Otra manifestación se llevó a cabo en la puerta de la fiscalía el jueves por la mañana para exigir justicia. Además, aseguran que el caso de la nena no es el único y que son sectas que engañan a través de la fe a niños y familias de condiciones humildes para someterlos.
Cabe señalar que un hijo del matrimonio está detenido desde 2019, e irá a juicio por abuso sexual de otra menor de edad, cometido también al amparo de la organización religiosa.
Durante la manifestación, antes de ser atendidos por el fiscal, los vecinos expresaron: "No le vamos a permitir a esta gente que vuelva al barrio".
"Todos nosotros tenemos hijos y estos violadores se merecen el peor castigo. Por eso pedimos justicia, por todos los niños que están pasando por las mismas situaciones".
Miriam, la madre de la pequeña víctima, manifestó ante la prensa que su hija: "No quiere hablar con nadie, ni siquiera con su propia familia, nunca me imaginé que nos pase algo así. No quiere comer, hablar ni hacer los deberes".
"Por eso lo único que pido es que se haga justicia, porque no quiero que esto le pase a otra criatura ni a ninguna otra mamá", señaló acongojada.
Miriam es una humilde madre sola de cinco hijos menores de edad. "Hace ocho años que me separé del padre de mi hija, y por eso me duele estar pasando sola por este infierno, no tengo apoyo", agregó.
Desde Acción Social de la Municipalidad también acompañaron a la madre en la manifestación a través de trabajadores sociales y abogadas.
Otra de las vecinas aseguró que para construir la iglesia evangélica donde se llevaron a cabo los abusos se empleó mano de obra infantil de los hijos de los fieles del culto. "Todos veíamos a las criaturas hasta la madrugada buscando sillas rotas, y después el pastor los tenía a todos adentro de la iglesia arreglando esas sillas".
"Niños de diez y doce años estaban hasta la madrugada trabajando y siendo explotados. Hasta para construir esa iglesia, que encima y lógicamente está muy mal hecha, los hicieron trabajar, ¿dónde se vio que criaturas trabajen en esas cosas y encima hasta esas horas con la música a todo volumen", recordaron enfadadas.
Agregaron que el pastor y sus fieles usan una metodología muy particular para atraer a los niños para convertirlos en integrantes del culto: "Salen por todos los barrios más pobres de Rosario de la Frontera, en una camioneta blanca, en horarios de la siesta".
"Yo me pregunto dónde estaban esas madres y esos padres que enviaban a sus hijos menores de edad a construir con sus propias manos el edificio", sostuvieron en su reclamo.
Todos imputados
Minutos más tarde, la secretaría del fiscal se acercó a la puerta de la fiscalía y allí le comunicó a los manifestantes: "Los acusados ya están imputados por el delito de abuso sexual, sus familiares por encubrimiento de acuerdo a las denuncias realizadas en la Fiscalía".
Más detalles del horrendo caso
El fiscal Nicolás Rodríguez López, quien está a cargo de la investigación, señaló que el abuso sexual se cometió, en el mismo templo, la Iglesia Evangélica Ministerio Apostólico y Profético de Restauración Visión de Águila en Rosario de la Frontera. En el proceso de investigación la niña fue entrevistada mediante cámara Gesell, brindó detalles de los hechos y explicó los roles que desempeñó cada uno de los acusados.
El pastor, Avilés Miranda, de 57 años, fue imputado como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado. Su hija Juana, de 21 años, y su pareja, Coria, de 31 años, fueron imputados en calidad de partícipes necesarios del abuso sexual.
En cuanto a la esposa del pastor, Marta Mamaní, de 52 años, fue imputada por el delito de encubrimiento de la violación y por amenazas.
Tras la acusación formal el fiscal Rodríguez López solicitó al Juzgado de Garantías interviniente que se mantenga la detención de los cuatro imputados y, ante la gravedad de los hechos investigados, solicitó además la inmediata clausura provisoria del templo hasta tanto se expida la Dirección de Cultos.