Una gran polémica ciudadana se generó en San José de Metán debido a que días pasados dejó de funcionar la estratégica playa de transferencia de cargas, que estaba ubicada a un costado de la ruta nacional 9/34, en el acceso sur de la localidad.
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Una gran polémica ciudadana se generó en San José de Metán debido a que días pasados dejó de funcionar la estratégica playa de transferencia de cargas, que estaba ubicada a un costado de la ruta nacional 9/34, en el acceso sur de la localidad.
Fue una de las primeras en ponerse en marcha en la provincia, en junio pasado, como otras de las medidas tomadas para prevenir la propagación del COVID-19.
El terreno, en el que antiguamente funcionaba una estación de servicio, actualmente es propiedad de Félix Augusto Vera, quien lo había cedido a la Municipalidad de manera gratuita y sin firmar convenio alguno.
“Quiero aclarar que los camiones de carga me rompieron el hormigón que hay en el lugar y que yo le había advertido al responsable que los hicieran circular por otro sector, pero lo continuaron haciendo. Además se habían comprometido a mantener el predio y estaba lleno de basura en los alrededores”, dijo Vera a El Tribuno.
“Yo lo puse a disposición desinteresadamente porque no ocupo el terreno. Pero no cumplieron con lo mínimo durante cuatro meses. Tuve que pedir que me lo devolvieran y todavía no lo hicieron porque hay un contenedor en el lugar. No soy el responsable de esta situación, colaboré como un vecino cualquiera por la salud de todos”, destacó el metanense.
Por otra parte, más allá de la polémica hay que valorar el trabajo y el esfuerzo del personal de la Municipalidad que estuvo trabajando en el lugar en la prevención de la COVID-19.
Dentro de la ciudad
Actualmente la playa de transferencia de cargas funciona dentro de la ciudad, en la zona de la terminal de ómnibus.
En los últimos días vecinos de distintos barrios se quejaron por la circulación de camiones de otras provincias.
Por ejemplo, residentes de los barrios Granadero Díaz y Lugano expresaron a este medio su preocupación por el recorrido de un camión con parlantes, cuyos ocupantes se dedican a la compra de diversos artículos. “No son de esta localidad, cómo hicieron para entrar”, dijeron los vecinos.
“Ya no estamos en la playa de transferencia de la ruta, pero seguimos haciendo los controles del ingreso de vehículos de transporte de carga”, dijo uno de los trabajadores municipales abocados a esa tarea que requiere de un gran sacrificio. La desarrollan días de lluvia y de intenso calor. Son otras de las primeras líneas para cuidar la salud de la población.
Lo que dice la Municipalidad
Por su parte, el secretario de Gobierno de Metán, Mauricio Abregú agradeció la colaboración del dueño del terreno que había cedido el lugar por varios meses para el funcionamiento de la playa de transferencia a un costado de la ruta nacional 9/34. El funcionario también destacó el trabajo y el esfuerzo del personal de la Municipalidad que se sigue encargando de esa tarea actualmente en la zona de la terminal de ómnibus.
“Lo que ocurrió fue que el dueño del predio nos planteó que se había roto parte del pavimento por el movimiento de vehículos pesados y solicitó que le devolviéramos el terreno porque le estábamos ocasionando un perjuicio. Y en caso de querer retomar el uso del lugar nos ofreció hacer un comodato por seis meses con un monto de dinero que la Municipalidad no está en condiciones de poder pagar”, dijo Abregú a El Tribuno.
“La playa de transferencia no cerró, se trasladó a otro lugar y sigue cumpliendo una importante labor en bien de la salud de la población. Se controla y se hace la sanitización de los camiones”, remarcó.
Indignación por el cobro de 300 pesos
En la playa de transferencia que estaba a la vera de la ruta nacional 9/34, la Municipalidad cobraba a los camiones una contribución por piso y ambulancia de 300 pesos.
Pero otra polémica se generó por la publicación que hizo en su Facebook la comerciante Gladys Reynaga, quien cuestionó a la playa de transferencia de ese lugar, antes de su cierre.
“Para qué sirve la playa de transferencia de San José de Metan, para recaudar fondos o para prevenir el COVID-19”, destacó Reynaga.
“Estoy muy enojada porque como comerciante inscripto, que pago todos mis impuestos y cumplo con los protocolos de ingreso por la pandemia del coronavirus debí trasladarme a recibir un paquete en esta playa de transferencia. Al llegar al lugar mi marido le indicó a una señorita que tenía que retirar una pequeña caja, como de zapatos, esperando que tomaran las medidas necesarias para hacerlo”, dijo la mujer, que brindó más datos de lo ocurrido a este medio. “Pero grande y lamentable fue la sorpresa, cuando dijo que bueno. Pero no tenía ni un simple pulverizador con alcohol para rociarlo. Pero sí sacó un talonario de recibo (N° 038041) y exigió el pago de $300. Nosotros no somos vendedores ambulantes”, detalló la comerciante, indignada.
“Al día siguiente de la publicación llamativamente me llegó una inspección de comercio con inspectores municipales. Pero tengo todo al día y no tuve ningún inconveniente”, explicó Reynaga a El Tribuno.