Un peligroso delincuente de caño, acusado de ser uno de los tres encapuchados que despojaron de manera violenta de 400.000 pesos a una familia de Orán, fue beneficiado en las últimas horas con prisión domiciliaria, pese a que la carátula del expediente reza: “robo doblemente calificado por el uso de armas de fuego, en poblado y en banda”.
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Un peligroso delincuente de caño, acusado de ser uno de los tres encapuchados que despojaron de manera violenta de 400.000 pesos a una familia de Orán, fue beneficiado en las últimas horas con prisión domiciliaria, pese a que la carátula del expediente reza: “robo doblemente calificado por el uso de armas de fuego, en poblado y en banda”.
La resolución del juzgado de Garantías caló hondo ayer en la ciudad del norte, donde incluso una de las víctimas expresó su rechazo a la medida ordenada.
Esperan que el fiscal de la causa apele la prisión domiciliaria del peligroso delincuente.
El asalto
A horas de aquel episodio, en el acceso sur de Orán, efectivos de la Brigada de Investigaciones lograron la ubicación de un sospechoso y el vehículo que habrían utilizado para cometer el asalto. Esa persona hoy goza de una domiciliaria y su víctima se quejó amargamente del beneficio otorgado al sujeto, cuya identidad no trascendió aún.
El asalto ocurrió un domingo de marzo del corriente año, en horas de la tarde. Allí tres delincuentes armados -uno con una escopeta y los otros con armas cortas- violentaron a la dueña de casa, de 35 años, uno de sus dos hijos y la abuela de los menores. Se llevaron 400 mil pesos, celulares y dos televisores.
Los investigadores individualizaron la camioneta en la que se fugaron después del atraco.
Según se dijo entonces, tres delincuentes fuertemente armados y encapuchados ingresaron gritando “dónde está la plata”. Era el comienzo de una pesadilla para una familia en Orán.
En el interior del domicilio estaba la dueña de casa, de 35 años, junto a su madre y sus dos hijos, un varón de 13 y una nena de 7.
En diálogo con El Tribuno, totalmente acongojada la mujer manifestó, en aquella oportunidad: “Tengo mucho miedo por mis hijos, vivimos momentos de mucho terror. Mientras los tipos nos apuntaban con las armas yo trataba de cubrir a mis hijos, tenía y sigo teniendo pánico que les pase algo”. Tres de los cuatro delincuentes ingresaron a la casa y uno, a bordo de una camioneta doble cabina color blanco, se quedó haciendo de campana. Uno de los tres asaltantes portaba una escopeta, los otros dos armas cortas. A los gritos pedían saber dónde estaba el dinero. Agarraron a la dueña de casa, la mujer de 35 años, le dieron un culatazo en uno de sus ojos y la golpearon en distintas partes del cuerpo, brazos y piernas hasta que la víctima cayó al suelo a raíz de los golpes recibidos. La levantaron y la llevaron a una de las habitaciones de la casa, mientras que a los menores y a la abuela los encerraron en el baño. El calvario sufrido por la familia duró cerca de media hora. Los delincuentes exigían el dinero mientras les apuntaban con sus armas, y además de golpear a la mujer de 35 años también violentaron con la culata del arma a la abuela y al menor de 13. Ayer uno de estos fue beneficiado con una prisión domiciliaria.