En un testeo que se realizó días atrás en el hospital Miguel Ragone, en el marco del programa Detectar, el 88% de los internados de la sala de varones dio positivo en la prueba de COVID-19.
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En un testeo que se realizó días atrás en el hospital Miguel Ragone, en el marco del programa Detectar, el 88% de los internados de la sala de varones dio positivo en la prueba de COVID-19.
En 30 de los 34 pacientes abarcados por el testeo se confirmó el contagio, dando una clara muestra del nivel de propagación que tuvo la pandemia dentro del nosocomio de salud mental, donde al menos una trabajadora de la salud y cinco mujeres internadas fallecieron por COVID-19.
Según registros oficiales, a comienzos de mes había 110 personas internadas: 59 en la sala de varones, 32 en la de mujeres y 7 en la de agudos. Además había 8 pacientes en la sala COVID y 4 en la guardia.
El pasado 30 de septiembre, con el coronavirus adentro, 40 trabajadores del hospital Ragone dirigieron una nota al recién asumido ministro de Salud, Juan José Esteban, pidiendo una urgente intervención.
Varios de los médicos y enfermeros que la suscribieron están convencidos hoy de que aquel reclamo quedó en Legales y nunca llegó a manos del ministro. En lugar de respuestas, aseguraron fuentes afectadas que pidieron reserva de identidad, "hubo castigos".
Aquella nota, en su encabezamiento, hizo notar que "la población de la sala de internados es la que mayormente sufre el estigma del padecimiento mental, el desinterés de sus familiares, la indiferencia de la sociedad y el abandono de las autoridades". Un resumen perfecto de la desdicha de los nadie.
Aquí, algunas de las falencias que el personal del hospital Ragone describió hace 39 días atrás en la nota al ministro de Salud:
- Las condiciones edilicias son más que precarias. Hay sectores que sufren cortes de agua y luz en forma permanente. Hay filtraciones y falta de mantenimiento de techos y desages.
- El hospital carece de personal suficiente en la mayoría de sus áreas. Con la planta reducida por jubilaciones y otras circunstancias, quedaron cargos sin ser cubiertos. Las jefaturas no se concursan para garantizar idoneidad en la función.
- Hay carencia de insumos materiales tanto para pacientes (medicamentos, elementos de higiene, ropa personal y de cama) como para la planta del hospital.
- Personal de distintos sectores carece de elementos de protección adecuados en cantidad y calidad. Tampoco cuenta con elementos indispensables para realizar el triage, tomar signos vitales, administrar oxígeno y nebulizar pacientes. Ante urgencias, médicos y enfermeros tuvieron que poner dinero de su bolsillo para comprar termómetros y oxímetros.
- Desde fines de julio se registraron pacientes con síntomas respiratorios, pero no se los aisló (con los criterios epidemiológicos que correspondían) en la sala destinada a ese fin. Luego de mucha insistencia del personal de salud, tras fallecimientos en la sala de adultos mayores (mujeres) se realizaron hisopados "post mortem" con resultado positivo.
-El replanteo del aislamiento de pacientes chocó con la falta de recursos humanos e infraestructura, pese a que desde marzo se había acondicionado una sala COVID afuera de la institución para casos sospechosos o confirmados.
- Ante los sucesos descriptos al personal que presentó síntomas compatibles no se le gestionó el hisopado correspondiente.
- En reiteradas oportunidades el personal expuso las falencias, dificultades y contradicciones que enfrentaba a jefes de programa, responsables de servicios y supervisores sin obtener respuestas. Por el contrario se incrementaron las situaciones de violencia, hostigamiento y persecución laboral.