Si bien hubo un intenso operativo de descacharrado municipal en San Luis, el problema ambiental se volvió preocupante para todos los que habitan los márgenes del barrio capitalino.
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Si bien hubo un intenso operativo de descacharrado municipal en San Luis, el problema ambiental se volvió preocupante para todos los que habitan los márgenes del barrio capitalino.
Los vecinos y vecinas de las afueras del barrio, en las zonas más verdes, son los que más padecen la falta del cuidado del medio ambiente.
En primer lugar están los vecinos que habitan la calle Cerro Bola, que es la última antes de llegar al lecho pedregoso del río Arenales.
Hasta hace unos años era un paraíso verde donde muchas familias iban con sus hijos a bañarse por las tarde, sin ningún tipo de peligros.
Hoy no se puede ingresar porque toda esa margen fue elegida como depósito de escombros y basura a cielo abierto. Una verdadera aventura es ingresar con los olores del destino de mascotas muertas. Desde hace muchos años que los vecinos de San Luis le envidian la costanera a los de Vaqueros.
Los que se animan a llegar hasta el agua tampoco colaboran: restos de basura de veraneantes como papeles, envoltorios, botellas plásticas, pañales. Hay todo tipo de desechos contaminantes.
Otro sitio que antes era un lugar de esparcimiento para la familia salteña era el puente de la autopista, sobre el río Arenales, antes del ingreso a San Luis. Hoy no se puede ni bajar por la cantidad de basura electrónica, escombros de obras, restos de autos, animales muertos, basura de todo los tamaños, colchones, heladeras, lavarropas y otros electrodomésticos que con el tiempo han perdido las formas.
Ese puente en donde antes las familias llegaban a disfrutar de la sombra y la frescura del río se perdió. Por supuesto que no es definitivo.
Las diversas administraciones municipales limpiaron, pero siempre vuelven a usarlo como vertedero.
Más basura
Donde también utilizan el espacio verde como vertedero es en las márgenes de la ruta provincial 87, que parte de la delegación policial de San Luis y concluye en el denominado Camino a Colón. Esa ruta es por su gran tramo la divisoria entre Capital y Rosario de Lerma. En toda su extensión, los inescrupulosos tiran sus desechos, restos de aparatos electrónicos y de poda.
Es una zona rural que llega hasta el loteo Mi Refugio, que pertenece a Capital, y que está olvidada, y al margen de mucho de los servicios, sin recolección de residuos, sin agua potable y con un recurrencia notable de robos y hasta de animales envenenados.
Zona donde también existe un criadero de gallinas, lo cual ya se pensaba erradicadas en este sector. Con la llegada de los calores se hace imposible estar al aire libre por los olores y las moscas. Funcionarios dijeron que no saben si puede funcionar el establecimiento.
El subsecretario de Renovación Urbana, Federico Casas, visitó la zona y relevó todas las urgencias y quejas de todos los vecinos. Ahora están a la espera de soluciones para la cuestión ambiental en un lugar donde hace poco fue un paraíso verde.
La ruta provincial 95, que cruza desde la autopista circunvalación y que lleva a El Encón también se usa como basurero y cementerio de mascotas.
Es sistemático: las autoridades limpian y al poco tiempo ensucian nuevamente.