Stephane y Luisa están hace 8 meses en Chicoana varados sin querer, en un mundo diferente que están descubriendo por la pandemia mundial. En este tiempo la experiencia diaria los llevó a buscar respuestas de los cambios sociales y ambientales que sufrimos en nuestras comunidades. Stephane de 33 años es parisino, es conocido como "Nesta Masta", es fotógrafo y practica terapias alternativas para mejorar la salud. Luisa Chila, de 24 años, es su pareja y proviene de Colombia.
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Stephane y Luisa están hace 8 meses en Chicoana varados sin querer, en un mundo diferente que están descubriendo por la pandemia mundial. En este tiempo la experiencia diaria los llevó a buscar respuestas de los cambios sociales y ambientales que sufrimos en nuestras comunidades. Stephane de 33 años es parisino, es conocido como "Nesta Masta", es fotógrafo y practica terapias alternativas para mejorar la salud. Luisa Chila, de 24 años, es su pareja y proviene de Colombia.
Desde su llegada a Chicoana, enclavada en medio de cerros y exuberante vegetación, se han dado con un contraste ambiental que crece minuto a minuto: la convivencia con la basura.
"Es una experiencia humana extraña y difícil de entender. Pero ocurre en todo el mundo, el enfoque del medio ambiente es perturbador. En un paisaje acogedor, algunas personas niegan la existencia de la contaminación del río. Y creo que por la calidad de la gente de Chicoana se puede direccionar y mejorar el espacio en donde utilizamos nuestros cuerpos", enfoca de forma introspectiva la situación Stephan.
A su llegada huérfana a estas tierras porque se habían cerrado los aeropuertos y la paranoia crecía a nivel mundial por el coronavirus, la joven pareja de viajantes se adentró por las periferias del pintoresco pueblo con el afán de descubrir la naturaleza que parecía indómita por esa zona.
"Fue una escena opresora observar cómo la basura doméstica invadía las márgenes de un río y a escasos metros de la pintoresca zona urbanizada. Chatarra, desperdicios y miles y miles de residuos plásticos. La gente no entiende que el peor virus en el mundo es el plástico. Mata de a poco".
Luisa estudió en la Universidad de La Sorbona la licenciatura de Español y Comunicaciones. Desde Colombia asegura que la mirada hacia el medio ambiente suele ser tétrica, si las acciones humanas no reparan en cambiar esa realidad. Acompaña a Stephan en esta travesía. En esta etapa en especial quieren transmitir de forma sencilla que aquello perjudicial para nuestra calidad de vida, se puede cambiar, transformándolo o simplemente aceptando esa realidad.
"No podemos no mirar al costado sin saber qué paso en nuestro entorno. Hicimos una muestra fotográfica de un paseo por el río, usando nuestros cuerpos que representa esta situación humana".
Sin ser entrometidos y evitando exacerbar algún tipo de animosidad xenófoba contra ellos, la pareja desde una posición espiritual y abierta al diálogo mostró al público lo que percibieron, aunque la muestra fue obviada por muchos. "En este momento de pandemia estamos muy preocupados por el coronavirus, pero más por la falta de amor por la naturaleza".
Náufragos de la pandemia
Para el antropólogo Martín Pekarek esta sana intromisión de estos viajantes náufragos de la pandemia es "el testimonio de una nueva generación de mujeres y hombres que aparece en el mundo, que no pertenece a ningún grupo de edad, a ninguna nacionalidad, a ningún dogma o religión. Buscan el deseo de no separarse de su naturaleza y de su conciencia".
A pesar de la riqueza de la muestra fotográfica y las experiencias de estos jóvenes, la presentación tuvo dispar repercusión. Estarán por un tiempo en Chicoana con este testimonio particularmente emocional, poético, artístico y espiritual, vivenciado en el basural de cerca del pueblo.