Sergio, un verdulero de barrio, contó a El Tribuno que en los últimos años hubo un notable y constante aumento en los precios de frutas y verduras, y a la vez una caída preocupante en la calidad de los productos.
inicia sesión o regístrate.
Sergio, un verdulero de barrio, contó a El Tribuno que en los últimos años hubo un notable y constante aumento en los precios de frutas y verduras, y a la vez una caída preocupante en la calidad de los productos.
Lechugas extremadamente pequeñas, atados de acelga y espinaca, que no llegan a la mitad de lo que solían ser; cebollas amortiguadas y pequeñas, papas de descarte, son algunas de las constantes.
Por su parte, Nancy, quien tiene otro local en una localidad cercana a la capital contó: “Yo trabajé en la cosecha de papas antes de tener la verdulería. Recuerdo que las papas más pequeñitas o feas, por decirlo de algún modo, quedaban en el potrero. Hoy muchas veces es la que se vende en el mercado. Las colocan mezcladitas en las bolsas”.
Históricamente los productos “seleccionados” o de mejor calidad se envían a las ferias y mercados de las grandes ciudades o al exterior, quedando el resto a “disposición” del consumidor local.
Hoy por hoy, los de segunda prácticamente se transformaron en descarte. Otro de los factores que influyen en la mala calidad de las frutas y verduras que llegan a muchísimos hogares, es la necesidad de los comercios pequeños de adquirir mercaderías a bajos costos para poder mejorar la ganancia y comercializarlas a precios accesibles, ya que un producto de relativa bueno es prácticamente inalcanzable para los bolsillos de los barrios populares y de los trabajadores medios.
Sergio contó que la baja calidad se nota sobre todo en el tomate, los citrus y las frutas de carozo, que subieron muchísimo. “Ya ponen cualquier cosa en los cajones, mezcladito. Ya no es lo mismo que antes. Después nosotros tenemos que dar la cara ante los clientes, con precios altos y productos que dejan bastante qué desear”, explicó.