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Cómo votaron los diputados salteños el proyecto sobre el aborto legal

En 2018 los diputados nacionales de Salta rechazaron la ley. Ahora están divididos 4 a 3.
Martes, 08 de diciembre de 2020 00:00

Con nuevas caras a las que hubo en el último debate, en este nuevo intento por la legalización del aborto, los y las diputadas nacionales por Salta se dividen entre los que votaron a favor y en contra.

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Con nuevas caras a las que hubo en el último debate, en este nuevo intento por la legalización del aborto, los y las diputadas nacionales por Salta se dividen entre los que votaron a favor y en contra.

En la votación del 2018, eran todos diputados varones y la negativa fue absoluta. Miguel Nanni, Martín Grande, Andrés Zottos, Pablo Kosiner, Javier David, Sergio Leavy y Alfredo Olmedo votaron en contra. Estos últimos, Kosiner, David, Leavy y Olmedo terminaron sus mandatos. En su reemplazo, las bancas fueron ocupadas por casi todas mujeres Virginia Cornejo, Verónica Caliva, Alcira Figueroa y Lucas Godoy.

La discusión no solo divide los espacios privados. Con el debate para la aprobación de la reñida ley, la división de posiciones se traspola a los espacios públicos y legisladores de un mismo partido pueden tomar diferentes posturas.

El debate es uno de los más ajustados en el Congreso y cada voto cuenta. Hace dos años, la media sanción en Diputados se obtuvo muy ajustada: 129 votos a favor, 125 en contra y 1 abstención.

En las nuevas bancas, Caliva, Godoy y Figueroa comparten un mismo espacio político: el Frente de Todos, y votarán a favor. Mientras que Cornejo votará en contra, sumándose a la oposición que mantendrán Nanni, Grande y Zottos. En este orden de cosas, los votos de los diputados salteños se dividirán entre 4 negativos y 3 positivos.

Una de las posturas más conocidas, incluso antes de ser diputada, es la de Verónica Caliva. Hace 15 años que milita en la Fundación Entre Mujeres que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos en barrios, villas y comunidades originarias. "Siempre trabajamos en prevención, para evitar justamente que se llegue a estas decisiones difíciles como un embarazo no deseado", indicó.

Más allá de las diferentes posturas, los legisladores salteños coinciden en algo: que la discusión no pasa por "aborto sí o aborto no", para desde allí hacen referencia al punto que cada uno define como la "verdadera discusión", que va desde lo moral y religioso, pasando por la educación, recursos, hasta que es un hecho que no se puede ignorar y sancionar. "Es una realidad, siempre lo fue y lo seguirá siendo. Es una situación dolorosa para los que menos tienen", aseguró la legisladora.

 

 

Virginia Cornejo, de Juntos por el Cambio, coincidió con Caliva en que va "más allá de aborto sí o aborto no", aunque se diferenció en que son consecuencias de diferentes aristas a las que hay que trabajarlas antes que la despenalización: prevención y acompañamiento al que nace hasta su "desarrollo alimentario" y educación. Paralelamente descartó que contribuyan el proyecto de asistencia de los mil días presentado por el presidente, o la educación sexual integral (ESI) como es dictada actualmente. "Se cree que van a solucionar los problemas de las mujeres que han gestado con un nuevo subsidio", cuestionó. Sobre la ESI criticó que se la dicte "transversalmente": "No se la da como quisiéramos. No es lo mismo dar ESI en un colegio privado que en un colegio público, ni dictarla en una escuela alejada con las necesidades básicas insatisfechas".

"Lo que queda claro es que este proyecto está encarado fundamentalmente como un derecho de salud, cosa que los que estamos en contra no pensamos así", aseveró Cornejo.

Un tema de salud pública

En cambio, Lucas Godoy, argumentó su voto positivo centrándose en la salud pública como sustituto de la penalización. Si bien advirtió "no estar a favor porque es un hecho trágico y traumático", señaló que sí está a favor de la despenalización y su atención en el marco de la salud pública. "La punición no es el camino, ni evitó las interrupciones de embarazos clandestinas, provocando muertes o daños en la salud de muchas mujeres", expresó.

Otro nuevo voto que se suma es el de Alcira Figueroa. La antropóloga señaló que al tener más interrogantes que respuestas, comenzó a investigar y se dio con que "era una práctica de siempre en todas las culturas" y analizó sus raíces aymará para destacar lo ancestral que es: "En los aymará se ha practicado el aborto y también el cuidado, la prevención, con hierbas. Más que todo para preservar la salud reproductiva de la mujer y la niñez".

Sistema de atención

La capacidad estructural del sistema sanitario fue el argumento con el que Zottos y Grande defendieron sus votos negativos.

Zottos insiste con este argumento para sostener su voto negativo, situación que se profundiza con la crisis económica y social por la pandemia. "Estamos ante una situación sanitaria al borde del colapso", advirtió. En este contexto, cuestionó la gratuidad de la práctica en comparación a otras "como el cáncer". Por lo que considera "inoportuno" el debate en estos momentos.

Calificó de "facilismo" el proyecto en debate. "Yo apuesto a la educación, no al facilismo, a los parches; y creo que el aborto, en la semana que sea, es sacrificar una vida".

Mientras que Grande, destacó que el proyecto actual es "peor" que el del 2018. "Hay cosas que serán judiciables y complejas. En este proyecto a partir de los 13 años (la persona gestante) va a poder reclamar a los 7 u 8 meses de embarazo, decir que le afectará a su salud porque ha sido violada y va a haber que sacar un bebé formado", consideró. Y remarcó: "Aquí hay una cuestión que también tiene que ver con la espiritualidad, de creer que la vida comienza en el inicio mismo y no de que es un grupo de células".

En un tono conciliador, Grande, que encabezó varias marchas, reconoció la división que genera tal discusión y ejemplificó que sus dos hijos "son verdes" y pidió no ser agresivos. "No hay que tratar de asesinos a los verdes ni a los celestes. Hay dos posturas y el Congreso decidirá", afirmó.

En el mismo camino conciliador, su compañero de espacio, Miguel Nanni reconoció que dentro de su partido, la UCR, hay posiciones encontradas. "El común denominador es que no hay una bandera política del aborto. Hay libertad de conciencia", resaltó. Por lo que, para Nanni, la discusión legislativa está agotada y el camino es un plebiscito popular: "Un político puede saber qué piensa en economía, pero meterse en la ética y moral de una persona, es muy difícil. La mirada superadora en temas tan íntimos la puede poner la gente".

 

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