En la sesión de hoy del Concejo Deliberante de Santa Victoria Este se define la situación del intendente Rojelio Nerón. El jefe comunal había sido destituido en la última sesión del cuerpo, llevada a cabo el lunes 30 de noviembre, con el voto de cinco de los siete ediles.
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En la sesión de hoy del Concejo Deliberante de Santa Victoria Este se define la situación del intendente Rojelio Nerón. El jefe comunal había sido destituido en la última sesión del cuerpo, llevada a cabo el lunes 30 de noviembre, con el voto de cinco de los siete ediles.
No obstante, luego de esa medida institucional a la que se resistió el intendente aborigen, Nerón recibió como plazo hasta la sesión de hoy para presentar la documentación requerida por el cuerpo deliberativo y que dé cuenta de una gestión muy cuestionada que se inicio en diciembre de 2019.
A un año de aquella histórica jornada, ya que Nerón fue el primer intendente wichí en presidir la comuna del norte provincial, al jefe comunal se le imputa no haber presentado el proyecto de Presupuesto, "habiendo sido intimado" en varias ocasiones.
También el Concejo Deliberante cuestiona la adquisición de un camión sin llamar a licitación por un monto que supera lo establecido para compras directas.
Asimismo, le imputan una deuda con la ART (aseguradora de riesgos de trabajo) para dar cobertura a los empleados municipales.
Una gestión conflictiva
"Queremos que el gobernador Sáenz intervenga la Municipalidad de Santa Victoria Este rápido porque este intendente (por Rojelio Nerón) no da soluciones a sus paisanos. No reparten los vales de alimentos hace 4 meses y la gente los necesita para comprar un poquito de mercadería", había expresado a El Tribuno José Palma, cacique de la comunidad wichí La Merced Nueva, durante la toma de la Municipalidad, a fines de julio último.
Un año
Nerón llegó al Gobierno comunal en las elecciones de hace un año con el apoyo de gran parte de la comunidad de Santa Victoria Este, población de mayoría wichí.
El antecesor en el cargo, Moisés Balderrama, había gobernado por más de una década el municipio, por lo que la llegada del dirigente indígena abrió un arco de expectativas en la población.
La localidad del departamento Rivadavia es uno de los más pobres del país. Se encuentra 263 km al este de la ciudad de Tartagal y a unos 500 kilómetros de la capital. Tiene unos de 12 mil habitantes, el 60 por ciento pertenece a pueblos originarios, los wichís son los más numerosos, y también hay chorotes, qom y tapietes.