Este sábado se cumplirán 28 años de la muerte de Roberto Romero, exgobernador constitucional y figura central en la historia de El Tribuno. El grupo Horizontes, su familia y muchas personas que lo recuerdan con afecto y admiración le rendirán ese día, a las 10, un homenaje en el Complejo Editorial de Limache.
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Este sábado se cumplirán 28 años de la muerte de Roberto Romero, exgobernador constitucional y figura central en la historia de El Tribuno. El grupo Horizontes, su familia y muchas personas que lo recuerdan con afecto y admiración le rendirán ese día, a las 10, un homenaje en el Complejo Editorial de Limache.
En 1983, en una Argentina agobiada por décadas de violencia y horrorizada por las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura, Romero asumió la gobernación de Salta con objetivos y líneas de conducta bien definidos.
Siempre entendió la democracia como un sistema inspirado en la pluralidad y la tolerancia. Por eso, su primer gesto fue el de tender los brazos a sus adversarios para tratar de construir una provincia mejor.
Y esa misma actitud cultivaron con el entonces presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, con quien compartía esfuerzos y valores. Ninguno de los dos se sentiría cómodo, seguramente, en un clima de enfrentamiento y fractura como el que caracteriza a esta época de "grietas".
Legado
Romero creía en la democracia y en la república, y quizá por eso uno de los legados más visibles de su gestión es la Constitución de 1986, que no fue la obra de un gobierno sino de una provincia y que aún hoy merece un reconocimiento generalizado.
Empresario pujante, siempre impulsó la actividad productiva y comercial con la mirada puesta en la generación de calidad de vida. Ese es el espíritu que insufló al diario, a Horizontes y a todos sus emprendimientos privados.
Desde el gobierno, multiplicó las iniciativas para consolidar a Salta en la agenda turística nacional, alentar el desarrollo minero y rural e impulsar la integración regional en el Norte Grande, y con Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil.
Convencido de que "gobernar es trabajar", se ocupó personalmente del seguimiento de cada uno de los proyectos.
Su política sanitaria aún hoy podría ser tomada como ejemplo; basada en el conocimiento de la realidad del pueblo fortaleció la atención primaria y preventiva de la salud en cada localidad de la provincia.
Estos logros, así como la creación de centenares de escuelas secundarias y terciarias, forman parte de una experiencia de la que aún pueden abrevar las nuevas generaciones de salteños