Llovió intensamente, algo propio del verano en el norte de la provincia donde las tormentas no solo traen alivio por las altas temperaturas sino que aprovisionan del vital elemento a la principal fuente de provisión de agua potable del departamento San Martín, el dique Itiyuro.
inicia sesión o regístrate.
Llovió intensamente, algo propio del verano en el norte de la provincia donde las tormentas no solo traen alivio por las altas temperaturas sino que aprovisionan del vital elemento a la principal fuente de provisión de agua potable del departamento San Martín, el dique Itiyuro.
Pero como algo también propio de la zona, a la intensa tormenta de verano le siguió el corte en el suministro de agua que se extendió por casi 24 horas. La mayoría de los barrios debieron soportar esa situación y los más afortunados recién tuvieron agua en los grifos de sus viviendas en horas de la noche después de todo un día sin una gota de agua disponible.
El norte tiene esa característica tan particular y es que cuando las lluvias demoran en llegar los casi 200.000 usuarios no tienen agua por una razón obvia; pero cuando llueve con intensidad tampoco la tienen y eso es consecuencia de la falta de inversiones.
Turbiedad
Uno de los grandes males que castigan desde hace más de una década al norte de la provincia es la falta de agua segura y constante.
Pero cada año que transcurre el corte del servicio es tema de prácticamente todos los días. De hecho, en localidades como Tartagal durante todo el año no hay agua al menos en 6 horas diarias.
En Tartagal el corte va desde el mediodía hasta las 18, lapso en que la empresa prestataria del servicio aprovecha para proveer agua a General Mosconi, una de las localidades que tiene el peor servicio.
Lo vetusto del dique Itiyuro y de todas sus instalaciones -a pesar de publicitadas obras nuevas que debían hacerse desde hace una década y los millonarios recursos anunciados- hacen que el acueducto de 45 kilómetros que llega a Tartagal se rompa en forma frecuente.
Los pozos del paraje Yacuiba que desde 2007 aprovisionan el sistema dejan de operar cuando se producen cortes de energía eléctrica y el nuevo acueducto Tartagal-Yacuy por el que la provincia "invirtió" 200 millones de pesos nunca se concretó como tampoco la nueva cisterna de Villa General Gemes, que está a medias.
Las redes sociales durante estos días ardieron, tanto como el malhumor de los norteños quienes todos por igual -comunidades aborígenes, barrios periféricos y centro de las localidades- sufren la falta de agua, precisamente durante una de las mayores crisis socio-sanitarias que vive el norte de la provincia.
En conclusión: los pozos 10, 9, 8, 7 y 4 del paraje Yacuy no aportaron sus caudales al sistema al producirse un corte de energía eléctrica, ya que el sistema no cuenta con generación propia y depende íntegramente del servicio de Edesa.
El corte del suministro se produjo, según informó la prestataria del servicio, por la imposibilidad de juntar suficiente volumen de agua en la antigua cisterna de Villa Gemes que solo alcanzó una altura de 1,40 metro. Hospitales y clínicas recibieron agua en los camiones cisternas.