Imposibilitados de prestar servicios desde el 20 de marzo pasado por una resolución del ejecutivo nacional, las compañías de ómnibus que conforman el servicio público y regular de larga distancia atraviesan una situación crítica y enfrentan un panorama futuro realmente incierto. Con un déficit que crece día a día y se estima en millones de pesos diarios, entre pagos de servicios, impuestos, alquileres de boleterías en terminales, leasing por renovación de flotas, créditos tomados, cheques rechazados, etc. y sin ingreso alguno, la totalidad de empresas que conforman esta actividad se acercan a un escenario irreversible de quebranto.
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Imposibilitados de prestar servicios desde el 20 de marzo pasado por una resolución del ejecutivo nacional, las compañías de ómnibus que conforman el servicio público y regular de larga distancia atraviesan una situación crítica y enfrentan un panorama futuro realmente incierto. Con un déficit que crece día a día y se estima en millones de pesos diarios, entre pagos de servicios, impuestos, alquileres de boleterías en terminales, leasing por renovación de flotas, créditos tomados, cheques rechazados, etc. y sin ingreso alguno, la totalidad de empresas que conforman esta actividad se acercan a un escenario irreversible de quebranto.
En pleno conocimiento de esta realidad, el Estado Nacional se comprometió a la incorporación del sector al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), para que todos sus trabajadores fueran alcanzados por los beneficios previstos en el mismo.
Lamentablemente, a pesar de haber realizado cada empresa la presentación en tiempo y forma de toda la documentación solicitada, al día de hoy, sólo un 30% de los trabajadores que conforman esta actividad lograron cobrar sus asignaciones. Preocupantemente, por cuestiones de criterios abstractos o de cruces aún inconclusos de información, son muchas las compañías de larga distancia que han sido relegadas.
Ante esta compleja realidad, las Cámaras empresarias elevaron una nota al Ministro de Transporte de la Nación, advirtiendo la dramática situación de las compañías en general y de miles de sus trabajadores en particular quienes a días de finalizar el mes de mayo no han percibido la cifra comprometida por el Estado Nacional.
La larga distancia se encuentra en una situación extremadamente complicada, con la satisfacción de las necesidades básicas de sus trabajadores comprometidas y la sustentabilidad de las empresas en serio riesgo. Un escenario límite en el que han devenido los acontecimientos, aún a pesar de los esfuerzos realizados por todos para evitarlo y que este sector se ve en la obligación de dar a conocer públicamente.