José Francisco Sanfilippo, uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol argentino, cumple hoy 85 años y el hincha de San Lorenzo siempre recordará su infalible olfato en el área rival.
Su apellido es sinónimo de gol casi desde el mismo 4 de mayo de 1935, cuando llegó al mundo en el seno de un hogar del barrio porteño de Parque Chacabuco. “Era rápido en tres cuartos de cancha hacia adelante. Me salía con naturalidad”, contó el otrora centrodelantero que gritó 200 festejos en la entidad de Boedo.
“Hice muchos goles también porque tuve grandes asistidores”, relató a Télam el también exjugador de Boca, Banfield y San Miguel, modesta institución en la que actuó solamente en 1978, en la Primera D.
Un apodo que lo distinguió de chico fue el de “Nene”. Y el eterno goleador lo explicó: “Mi padre me decía desde pequeño: ‘Pateá nene’. Y eso fue antes de llevarme a las inferiores, a los 12 años”.
La asociación del exitoso binomio San Lorenzo-Sanfilippo ya se daba en divisiones inferiores y el “sueño del pibe”, tal como reza el tango que inmortalizó Enrique Campos, llegó el 15 de noviembre de 1953, cuando el equipo azulgrana visitó Rosario para enfrentar a Newell’s en el Parque de la Independencia.
Dos semanas más tarde llegaron los gritos sublimes de gol ante Banfield, en un partido que San Lorenzo se impuso por 4-0. “Hice dos goles y ahí empezó todo”, describió.
Sanfilippo, sexto goleador histórico en el profesionalismo del fútbol argentino con 226 tantos, se jacta de haber vulnerado a los mejores guardavallas de su tiempo de futbolista.
Sanfilippo también vistió las camisetas del Nacional de Montevideo (1964-1965; 25 goles en 21 partidos); Bangú de Brasil (1968; 7 tantos en 14 partidos) y Bahía de Brasil (1968-1971; 48 en 71).
Y en el seleccionado argentino, convirtió 21 goles en 29 cotejos para redondear un total de 380 conquistas en 486 encuentros oficiales.
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José Francisco Sanfilippo, uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol argentino, cumple hoy 85 años y el hincha de San Lorenzo siempre recordará su infalible olfato en el área rival.
Su apellido es sinónimo de gol casi desde el mismo 4 de mayo de 1935, cuando llegó al mundo en el seno de un hogar del barrio porteño de Parque Chacabuco. “Era rápido en tres cuartos de cancha hacia adelante. Me salía con naturalidad”, contó el otrora centrodelantero que gritó 200 festejos en la entidad de Boedo.
“Hice muchos goles también porque tuve grandes asistidores”, relató a Télam el también exjugador de Boca, Banfield y San Miguel, modesta institución en la que actuó solamente en 1978, en la Primera D.
Un apodo que lo distinguió de chico fue el de “Nene”. Y el eterno goleador lo explicó: “Mi padre me decía desde pequeño: ‘Pateá nene’. Y eso fue antes de llevarme a las inferiores, a los 12 años”.
La asociación del exitoso binomio San Lorenzo-Sanfilippo ya se daba en divisiones inferiores y el “sueño del pibe”, tal como reza el tango que inmortalizó Enrique Campos, llegó el 15 de noviembre de 1953, cuando el equipo azulgrana visitó Rosario para enfrentar a Newell’s en el Parque de la Independencia.
Dos semanas más tarde llegaron los gritos sublimes de gol ante Banfield, en un partido que San Lorenzo se impuso por 4-0. “Hice dos goles y ahí empezó todo”, describió.
Sanfilippo, sexto goleador histórico en el profesionalismo del fútbol argentino con 226 tantos, se jacta de haber vulnerado a los mejores guardavallas de su tiempo de futbolista.
Sanfilippo también vistió las camisetas del Nacional de Montevideo (1964-1965; 25 goles en 21 partidos); Bangú de Brasil (1968; 7 tantos en 14 partidos) y Bahía de Brasil (1968-1971; 48 en 71).
Y en el seleccionado argentino, convirtió 21 goles en 29 cotejos para redondear un total de 380 conquistas en 486 encuentros oficiales.