En la crisis más aguda para los trabajadores en la historia de EEUU, los empleadores recortaron 20,5 millones de puestos en abril, y la tasa de desempleo aumentó en más de tres veces al 14,7%.
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En la crisis más aguda para los trabajadores en la historia de EEUU, los empleadores recortaron 20,5 millones de puestos en abril, y la tasa de desempleo aumentó en más de tres veces al 14,7%.
En febrero, antes de que la pandemia de coronavirus provocara la paralización de la economía estadounidense, la tasa rondaba el 3,5%. Ese había sido el nivel más bajo en cinco décadas. Abril, por el contrario, registró el nivel más alto desde justo después de la Gran Depresión en la década de 1930.
El Departamento de Trabajo dijo que la tasa de desempleo no ajustada en abril habría sido casi 5 puntos porcentuales más alta si los trabajadores cesados temporalmente se hubieran clasificado como desempleados, en lugar de empleados pero ausente del trabajo por otras razones. Las pérdidas de abril elimina aproximadamente todos los empleos que la economía había creado durante la expansión de la última década y expone la precariedad del empleo para muchos estadounidenses. Con el avance hacia una fuerte recesión, la destrucción de empleos aumenta la presión en este año electoral para que el presidente Donald Trump reinicie la economía y muestre resultados para noviembre. Pero con poca contención de una enfermedad contagiosa que se ha cobrado la vida de 75.000 estadounidenses hasta el momento, la actividad se reanuda de manera desigual y lenta, si es que lo hace, y aumentan las señales de que muchos empleadores se verán obligados a hacer recortes permanentes.
En los minutos posteriores al informe, el índice del dólar de Bloomberg recortó su caída en el día, mientras que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años subió a máximos de la sesión. Los futuros del S&P 500 mantuvieron sus ganancias. Los ingresos medios por hora aumentaron un 4,7% respecto al mes anterior y un 7,9% respecto al año anterior, cifras sesgadas al alza por la pérdida desproporcionada de trabajadores con salarios bajos en las nóminas, en lugar de una presión salarial que impulse el pago de los empleados.
La tasa de participación en la fuerza laboral cayó del 62,7% a 60,2%. La tasa de subempleo, que incluye a los trabajadores desalentados y aquellos que trabajan a tiempo parcial pero que desean horas completas, aumentó a 22,8% desde 8,7%.