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Otro policía imputado por el femicidio de Liliana Flores

Se trata del jefe de Guardia de la subcomisaría de Pinares, dependencia donde adulteraron el libro de guardia.
Viernes, 12 de junio de 2020 02:56

"Nos representa el doctor Orfeo Magio, la última vez que nos juntamos con el abogado nos había comentado acerca de los libros de la dependencia policial de Pinares que se sospecha que fueron adulterados. Incluso desde la Fiscalía también mantienen esa sospecha". En diálogo con El Tribuno, Claudia Flores, una de las hermanas de Liliana del Valle Flores, la joven madre víctima de un femicidio el 24 de diciembre último, había adelantado una de las múltiples irregularidades que hubo en el accionar policial. Ayer desde el Ministerio Público Fiscal informaron sobre la imputación del policía que se desempeñaba como jefe de Guardia en la subcomisaría de Pinares, donde adulteraron el libro de guardia.

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"Nos representa el doctor Orfeo Magio, la última vez que nos juntamos con el abogado nos había comentado acerca de los libros de la dependencia policial de Pinares que se sospecha que fueron adulterados. Incluso desde la Fiscalía también mantienen esa sospecha". En diálogo con El Tribuno, Claudia Flores, una de las hermanas de Liliana del Valle Flores, la joven madre víctima de un femicidio el 24 de diciembre último, había adelantado una de las múltiples irregularidades que hubo en el accionar policial. Ayer desde el Ministerio Público Fiscal informaron sobre la imputación del policía que se desempeñaba como jefe de Guardia en la subcomisaría de Pinares, donde adulteraron el libro de guardia.

Con la nueva imputación en la causa, que es investigada por el fiscal penal Gustavo Torres Rubelt, de la Unidad de Graves Atentandos contra las Peronsas 3, son dos los uniformados comprometidos en el hecho: Elvio Rolando Aguirre, imputado por "incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte", mientras que el jefe de guardia de la subcomisaría de Pinares está acusado de "violación de medio de prueba, registro o documento".

El femicidio de "Lily" Flores, madre de tres niños de 5, 3 y 2 años, ocurrió durante la madrugada del 24 de diciembre en su casa del barrio Los Pinares, localidad de Cerrillos. Esa madrugada su expareja, el policía Hedgar Exequiel Almirón, regresó tras haberse fugado y con su arma reglamentaria le disparó a la mujer en la cabeza, minutos después y "con el menor de los hijos de ambos en brazos, se suicidó", sostuvo la hermana de la víctima.

Esa noche Flores había alertado sobre la situación de violencia mientras chateaba con una de sus hermanas, en el mensaje la mujer expuso los problemas que tenía con su expareja, de quien se había separado hacía unos meses. Cerca de las tres de la madrugada el policía ingresó a la vivienda y comenzó a golpearla y amenazarla, uno de los vecinos logró intervenir y frenar al atacante, quien se dio a la fuga.

Liliana fue trasladada junto a sus hijos primero hasta la casa del vecino y luego a la subcomisaría de Pinares, donde expuso la situación y le dijeron que debía regresar a su casa pese a saber que el femicida andaba suelto y con un arma de fuego en sus manos. En ese momento "la fiscal interviniente ordenó poner custodia en la casa de mi hermana" agregó Claudia en alusión al policía Aguirre, uno de los imputados, quien esa noche debía cuidar la integridad de la víctima y su familia pero "mientras adentro de la casa mis sobrinos miraban como su papá mataba a su mamá, este sujeto hablaba por teléfono", sostuvo indignada Claudia Flores.

Según le dijo a este medio Claudia, hermana de Liliana, el motivo que condujo al aberrante desenlace y el horror extremo comenzó cuando "nació el bebé que hoy tiene 2 años, él no lo aceptó nunca porque nació con paladar y labio leporino. Luego de eso comenzaron a separarse casi definitivamente, porque él tenía un romance con una compañera del trabajo. Mi hermana le pidió que le pasara la manutención de los chicos y él se negó, desde entonces los problemas empeoraron y ella lo corrió de la casa".

“Le gustaba cantar junto a sus hijos”

Más de seis meses pasaron desde la trágica noche en que el policía Almirón fusilara de un tiro en la cabeza a Liliana Flores y luego se quitara la vida con su arma reglamentaria. Ambos tenía tres hijos en común, que actualmente están bajo la guarda de sus abuelos paternos.
“Mi hermana era alegre, le encantaba cantar con sus hijos. Le gustaba enseñar pastelería y cocina, trabajaba de eso. En el barrio algunas de sus alumnas le decían la ‘profe’. Se fue de la casa cuando tenía 18 años más o menos, en su primer embarazo -además de los tres que tuvo con Almirón, antes tuvo su primer hijo con otra pareja-, mi hermana tenía 25 años cuando la mataron”, recordó Claudia, una de sus ocho hermanas (cinco mujeres y cuatro varones).
La mujer contó que sus sobrinos actualmente están con ayuda psicológica, dado que fueron testigos presenciales del atroz crimen de su madre. “La del medio a veces se acuerda y dice ‘papá el hizo pum a mamá’ y con el dedito se señala la cabeza. Es muy doloroso y fuerte lo que tuvieron que vivir”.
 

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