Los centros de rehabilitación para personas con discapacidad reabrirán sus puertas esta semana para las terapias presenciales, bajo el protocolo de prevención del coronavirus, tras recibir recientemente la autorización del Comité Operativo de Emergencias (COE) y el área de discapacidad.
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Los centros de rehabilitación para personas con discapacidad reabrirán sus puertas esta semana para las terapias presenciales, bajo el protocolo de prevención del coronavirus, tras recibir recientemente la autorización del Comité Operativo de Emergencias (COE) y el área de discapacidad.
Los titulares de los establecimientos habían advertido hace algunas semanas sobre el impacto negativo de la cuarentena en las personas con discapacidad. Por ese motivo elaboraron notas a las autoridades en las que solicitaban poder retomar las sesiones en los consultorios y luego de unos días llegó la esperada resolución.
"El viernes pasado autorizaron las terapias. El COE nos había dado la posibilidad de exponer la problemática. Hubo buena predisposición de las autoridades, así que esta semana se retoma la atención normal", informó el director de la Fundación Quiropráctica Salta, Matías Orte, licenciado en kinesiología y fisioterapia. La institución se especializa en rehabilitación neurológica y corrección y alineamiento de la columna vertebral.
Contó que desde el primer día del aislamiento social preventivo y obligatorio dictaminado por el Gobierno nacional a causa del COVID-19 estuvieron habilitados a brindar atención online mediante videollamadas, WhatsApp y plataformas, en las que enviaban ejercicios para que familiares del paciente los ayudaran a llevar adelante pero que dicha modalidad resulta insuficiente. "Un familiar no sabe demasiado sobre anatomía y rehabilitación. Esta fue una alternativa para no dejar desamparado al paciente, que necesita atención todos los días por parte de los profesionales", sostuvo.
Además destacó que hubo muchos profesionales que estuvieron sin trabajar durante la cuarentena estricta, por lo que la parte económica se resintió bastante, y que si bien podían trabajar bajo la modalidad virtual, los honorarios no eran los habituales.
Y añadió que un paciente puede sufrir serias consecuencias por la falta de movilización y rehabilitación, ya sea por problemas motores, neurológicos o respiratorios. Por ese motivo las terapias presenciales se mantienen comúnmente de enero a diciembre. "No se podía sostener tanto tiempo a un paciente sin rehabilitación. Algunos llevan ya cinco años bajo tratamiento. No se pueden mover por si solos, entonces ahora sabemos que el trabajo que haremos partirá desde empezar de cero. Buscábamos esta autorización para tener el amparo legal en la atención, así que estamos organizando todo para retomar las actividades bajo los protocolos establecidos. En buena hora se inició este acercamiento entre las partes para retornar a la normalidad", señaló.
Aseguró que la mayoría de los consultorios, antes de la pandemia, ya trabajaba con los cuidados de prevención e higiene, ya que los pacientes tienen diferentes patologías, y ahora se reforzarán esas medidas.
Diversos diagnósticos
La Fundación Leven, ubicada en Cerrillos, es otra de las instituciones que abrirá sus puertas esta semana. Su coordinadora, Silvia Tomllanovich, kinesiologa y fisioterapeuta, expresó que institucionalmente ya se vienen preparando para retomar la atención de los pacientes.
Concurren de diferentes edades y con diversos diagnósticos: desde niños con retraso madurativo en edad temprana, parálisis cerebral, lesiones medulares, trastorno generalizado del desarrollo, autismo, hasta adultos que han sufrido un ACV, traumatismos craneoencefálicos, Parkinson, esclerosis múltiple.
"Hay que tener en cuenta criterios desde lo asistencial y desde el paciente, según la edad y la urgencia o agudeza con la cual uno necesitara retomar la terapia. Todos necesitan obviamente la asistencia presencial, pero se tendrán en cuenta las edades, por ejemplo, ya que hay adultos en edad de riesgo. Cada coordinador y equipo terapéutico hará una evaluación pospandemia para ver en que situación se encuentra el paciente, analizará las dificultades y las estrategias a implementar en el abordaje", explicó Tomllanovich.
Los programas de rehabilitación son llevados a cabo por un equipo interdisciplinario de profesionales como kinesiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos, psicopedadogos, terapistas ocupacionales, docentes especiales y asistentes sociales para la inclusión familiar, socio-escolar y socio-laboral.
La profesional indicó que hay un estancamiento preocupante en la evolución en ciertas poblaciones. "Indistintamente de que los padres, en el caso de los niños, puedan tener algunas herramientas brindadas desde la virtualidad y colaborar y acompañar, hay muchas terapias que son de trabajo físico con la persona idónea y el seguimiento, como corresponde, de la mano del profesional".
Expresó que sienten alivio tras la autorización. "Uno ya puede comenzar a brindar la asistencia presencial y sabemos que será un proceso paulatino, como todos los regresos de las instituciones, así que estamos con todo listo y fundamentalmente los cuidados de la salud y las medidas preventivas y de higiene", finalizó la coordinadora.
Deterioro por la cuarentena
Desde mediados de abril que los centros de rehabilitación y fundaciones destinadas a personas con discapacidad comenzaron a replantear cómo podrían brindar la asistencia. A fines de ese mes empezaron a planear como sería el retorno y a comunicarse con las autoridades de salud y de discapacidad.
En sus solicitudes para la continuidad de las terapias presenciales habían advertido que era alarmante ver el deterioro a nivel psicológico, cognitivo, emocional y motor en los pacientes.
Indicaron que se producían, por ejemplo, retracciones musculares que llevan a deformidades, generando trastornos a nivel postural, respiratorio, digestivo y de alimentación.
Todas estas complicaciones repercutían directamente en un aumento de consultas hospitalarias, situaciones no deseadas en este contexto de emergencia sanitaria. También informaron que el sistema virtual era insuficiente en esta población, que requiere de sesiones presenciales de unos 40 minutos con profesionales.