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Güemes, el político

Viernes, 26 de junio de 2020 21:23

Güemes es conocido por su incansable lucha en la Independencia nacional , por su entrega sin condiciones a la causa americanista, por la lealtad de sus gauchos, y por un patriotismo que le llevó a ofrendar su vida por la patria. Todo esto lo situó, con cierta demora -y pese a interesadas campañas que lo mostraban como un mero caudillo- en el lugar de héroe nacional. Sus hazañas incluso alcanzan el nivel de leyenda, rozan lo épico. Ese héroe que se hace uno con su pueblo, con esas verdaderas milicias populares que dejan todo por el sueño de libertad, no tiene parangón en la historia nacional .

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Güemes es conocido por su incansable lucha en la Independencia nacional , por su entrega sin condiciones a la causa americanista, por la lealtad de sus gauchos, y por un patriotismo que le llevó a ofrendar su vida por la patria. Todo esto lo situó, con cierta demora -y pese a interesadas campañas que lo mostraban como un mero caudillo- en el lugar de héroe nacional. Sus hazañas incluso alcanzan el nivel de leyenda, rozan lo épico. Ese héroe que se hace uno con su pueblo, con esas verdaderas milicias populares que dejan todo por el sueño de libertad, no tiene parangón en la historia nacional .

La trayectoria de Güemes y del pueblo de Salta, esta sostenida por un profundo pensamiento político, por una concepción de la comunidad y del estado, que constituye la columna vertebral del accionar independentista . De otro modo, el valor y la entrega solo seria actuar temerario, y la estrategia político-militar solo seria técnica guerrera. A vuelo de pájaro, y para tener en cuenta este sustento de nuestro padre salteño, vamos a mencionar tres aspectos fundamentales que estructuran su ideario: sus ideas políticas, su actuar como gobernador, y su visión social de la época. 

¿Qué pasaba en el mundo? Europa, luego de la derrota de Napoleón, estaba retrocediendo a la restauración monárquica, conforme la política de las potencias triunfantes: Inglaterra y el Imperio Austríaco. España era un Estado títere. EEUU estaba concentrada en la construcción de su nación. 

La revolución industrial comenzaba a activar la máquina del capitalismo y la necesidad de vender su producción, creando mercados. Los ideales revolucionarios de igualdad, libertad y fraternidad se entremezclaban con el desarrollo urbanístico de ciudades y el nacimiento de sociedades burguesas. 
Sudamérica, en ese contexto, intentaba liberarse de una monarquía distante, salir de una economía con características feudales, y por otro lado necesitaba de manera urgente constituir estados modernos. 

El desafío era no solo independentista, sino también de construcción estatal, de esforzarse por evitar la desintegración territorial y también de desarrollo de una economía y sociedad moderna.

Fray Honorato Pistoia escribió el esclarecedor “Pensamiento político de Güemes”, allí explica que este último “responde a una concepción seria y con fundamentos doctrinales basados en los principios de la dignidad de la persona humana, del bienestar de su pueblo, entendido como pueblo americano, y del bien universal. Para esto, su concepción humana de la vida, comenzando por sí mismo. Para esto su preocupación social orientada a aliviar la pobreza ajena . Para eso ese insistir ante los hermanos de su patria chica y de su patria grande para conseguir una autentica unidad a través del Congreso con la participación de los pueblos de América. Para eso los conceptos vertidos en los mensajes a todos los pueblos del continente enrostrándoles su indolencia frente a las necesidades de los hermanos de América”.

Aun en la excepcionalidad en la que le tocó gobernar, profesaba un republicanismo sin especulaciones. A las críticas de turno que en realidad solo veían su interés personal, respondía “desde el momento en que, saliendo de la clase de ciudadano particular. Y desde el instante que por la voluntad uniforme de este pueblo se impuso sobre mis débiles fuerzas el grave peso de su gobierno, se aumentaron mis obligaciones, y entre ellas la de dar satisfacción de mi conducta pública, no solamente a la suprema autoridad de vuecelencia y esta provincia, si no también a todos los habitantes de uno y otro hemisferio que tienen clavado los ojos en observación de nuestras operaciones, costumbres y especialmente la de los funcionarios públicos que, como depositarios de la opinión general somos los artífices y agentes principales para crear y poner las bases angulares del nuevo y magnífico edificio que aspiramos”.

Güemes nunca desconoció el poder central, al contrario, se ocupó de sostenerlo. Quizás más por legalista que por convencimiento. Respetó las funciones de gobierno del Cabildo, así como de las autoridades de las ciudades. 

También respetó la Asamblea Electoral (legislatura de la época), siendo que de allí surgían todas las conspiraciones en su contra. Los empréstitos públicos (costumbre de la época en todo el mundo) eran dispuestos y manejados por estas autoridades.

En época de guerra, nunca se atribuyó la suma del poder público, ni disolvió los poderes públicos existentes. Güemes no defendía intereses personales ni locales, tenía una idea de Nación, de Estado. La Independencia que se declara en Tucumán en 1816 es tutelada por Güemes. Sin él, ese Congreso hubiera sido imposible . No pudo lograr, sin embargo, junto a Belgrano, la sanción de una Constitución nacional. 

Como reformador social desde la función gubernativa, fue un verdadero adelantado a las ideas que triunfarían en todo el mundo a comienzos del siglo XX. Esas ideas de compresión del fenómeno social que derivaba del crecimiento de las poblaciones, y de la situación de pobreza que sufrían fueron juridizadas a través de la suspensión de la condiciones de aquellos arrendamientos rurales. Se decidió suspender los contratos de aparcería rural del momento, que implicaban que cuando el trabajador rural no podía entregar el porcentaje de la producción al propietario , debía pagar una multa. Esta disposición se suspendió mientras durara la guerra. 

El argumento era que los gauchos estaban peleando no solo por la libertad, sino también por las propiedades de esa personas.

Hay en Güemes no solo un valentía, y una entrega por la patria, sino también un entendimiento histórico, una comprensión política, una ética de gobernante.

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