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Cristina Ellero, la pionera de una práctica que no para

Antes de que el plogging (correr y levantar basura) sea conocido en 2016, la runner salteña Cristina Ellero ya lo practicaba desde cuatro años.  
Sabado, 27 de junio de 2020 01:31

Según varios portales dedicados al running señalan que el plogging, la práctica que combina correr con levantar la basura del camino, nació en 2016 en Estocolmo, Suecia. Pero cuatro años antes una salteña tuvo el impulso de salir a hacer lo mismo, sin propaganda y con el mero fin de cuidar el ambiente por donde sigue corriendo. Se llama Cristina Ellero y se convirtió en la pionera de una modalidad que se expandió por toda Europa y Estados Unidos.
Cristina está lejos de querer ser reconocida como la impulsora de todo esto, pero los hechos lo demuestran. En 2012 comenzó a correr y a levantar los residuos que encontraba a su paso. Al principio le costó tener que frenar a cada rato por la cantidad de basura que lograba recoger, pero a esta altura ya se convirtió en un hábito bien llevado y cuenta que logra llenar hasta tres bolsas de residuos a diario. 
“Esto surgió porque salí a correr, hacía mi running de todos las mañanas y de golpe me entré a molestar porque encontraba mucha basura. Me dije que debía hacer algo, pero tampoco quería renunciar a mis corridas. Me surgió así, correr y levantar y hace ocho años y medio que hago esto”, contó Cristina a El Tribuno.
La runner no solo se quedó con el hecho de levantar la basura, sino que por iniciativa propia colocó algunos cestos de basura. A sus 58 años sigue corriendo en la ruta a San Lorenzo y cubriendo una distancia de aproximadamente 8 kilómetros. 
“Yo estoy feliz de poder hacer esto. Me encantaría que la ciudad estuviera limpia y si pudiera ir por otros lados haría lo mismo, tampoco se puede abarcar todo”, agregó Ellero.
La corredora recuerda el estado de la ruta a San Lorenzo cuando comenzó esta modalidad. “Estaba muy maltratada, era un horror. Yo decía ‘no puedo salir a correr y volver con esta bronca, no es sano’. Tímidamente empecé y cada vez me ocupo más”, detalló.
Las acciones de Cristina se extienden. Cuando las bolsas pesan demasiado las deja en un lugar, vuelve a su casa, se sube a su auto y regresa a recogerlas para depositarlas en su tacho de basura. Así no renuncia a su ideal de cuidar el medio ambiente y salir correr.
Día a día mucha gente arroja sus residuos al costado del camino, ya sea en la ruta a San Lorenzo o en cualquier otra de la provincia. Un papelito o una botella que no se levanta se suma a otra y a otra y así se genera un daño que queda impune, pero que se puede reparar con acciones individuales como la que realiza Cristina responsablemente desde hace ocho años.
 

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Según varios portales dedicados al running señalan que el plogging, la práctica que combina correr con levantar la basura del camino, nació en 2016 en Estocolmo, Suecia. Pero cuatro años antes una salteña tuvo el impulso de salir a hacer lo mismo, sin propaganda y con el mero fin de cuidar el ambiente por donde sigue corriendo. Se llama Cristina Ellero y se convirtió en la pionera de una modalidad que se expandió por toda Europa y Estados Unidos.
Cristina está lejos de querer ser reconocida como la impulsora de todo esto, pero los hechos lo demuestran. En 2012 comenzó a correr y a levantar los residuos que encontraba a su paso. Al principio le costó tener que frenar a cada rato por la cantidad de basura que lograba recoger, pero a esta altura ya se convirtió en un hábito bien llevado y cuenta que logra llenar hasta tres bolsas de residuos a diario. 
“Esto surgió porque salí a correr, hacía mi running de todos las mañanas y de golpe me entré a molestar porque encontraba mucha basura. Me dije que debía hacer algo, pero tampoco quería renunciar a mis corridas. Me surgió así, correr y levantar y hace ocho años y medio que hago esto”, contó Cristina a El Tribuno.
La runner no solo se quedó con el hecho de levantar la basura, sino que por iniciativa propia colocó algunos cestos de basura. A sus 58 años sigue corriendo en la ruta a San Lorenzo y cubriendo una distancia de aproximadamente 8 kilómetros. 
“Yo estoy feliz de poder hacer esto. Me encantaría que la ciudad estuviera limpia y si pudiera ir por otros lados haría lo mismo, tampoco se puede abarcar todo”, agregó Ellero.
La corredora recuerda el estado de la ruta a San Lorenzo cuando comenzó esta modalidad. “Estaba muy maltratada, era un horror. Yo decía ‘no puedo salir a correr y volver con esta bronca, no es sano’. Tímidamente empecé y cada vez me ocupo más”, detalló.
Las acciones de Cristina se extienden. Cuando las bolsas pesan demasiado las deja en un lugar, vuelve a su casa, se sube a su auto y regresa a recogerlas para depositarlas en su tacho de basura. Así no renuncia a su ideal de cuidar el medio ambiente y salir correr.
Día a día mucha gente arroja sus residuos al costado del camino, ya sea en la ruta a San Lorenzo o en cualquier otra de la provincia. Un papelito o una botella que no se levanta se suma a otra y a otra y así se genera un daño que queda impune, pero que se puede reparar con acciones individuales como la que realiza Cristina responsablemente desde hace ocho años.
 

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