La recaudación de impuestos por la venta de cigarrillos ronda los 150 mil millones de pesos anuales y tranquilamente podría llegar a los 200 mil millones si se combatieran con éxito todas las formas de evasión, encubierta o ilegal. Eso, en buen romance, configura un agujero fiscal de un 30% del total de la recaudado, una cifra nada desestimable por cierto.
“Lo que pasa es que hay un contrabando enorme de paquetes de cigarrillos que vienen desde Paraguay y Bolivia, que resulta casi imposible de contener para las fuerzas federales destacadas en nuestras extensas fronteras”, reconoció Amat.
“A ese accionar ilegal hay que sumarle la creciente falsificación de marcas y cigarrillos, que suman otra buena porción del mercado”, explicó el titular del Cámara del Tabaco.
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La recaudación de impuestos por la venta de cigarrillos ronda los 150 mil millones de pesos anuales y tranquilamente podría llegar a los 200 mil millones si se combatieran con éxito todas las formas de evasión, encubierta o ilegal. Eso, en buen romance, configura un agujero fiscal de un 30% del total de la recaudado, una cifra nada desestimable por cierto.
“Lo que pasa es que hay un contrabando enorme de paquetes de cigarrillos que vienen desde Paraguay y Bolivia, que resulta casi imposible de contener para las fuerzas federales destacadas en nuestras extensas fronteras”, reconoció Amat.
“A ese accionar ilegal hay que sumarle la creciente falsificación de marcas y cigarrillos, que suman otra buena porción del mercado”, explicó el titular del Cámara del Tabaco.
Y agregó que “finalmente, los amparos conseguidos por algunas fábricas del centro del país para no tributar lo que por ley corresponde terminan de configurar un enorme daño a las arcas del Estado Nacional”.
El problema, razonó Amat, es que una empresa como Nobleza, que hasta hace unos pocos años detentaba un 20% del mercado nacional de cigrarrillos hoy bajó a menos de un 15% y las marcas “truchas” superan ya el 20%, quedando el resto para Massalín.
“Es decir, las marcas ilegales o que no tributan lo que manda la ley tienen hoy más porción del mercado que la segunda empresa del país”, resaltó Amat.
Numerosos escalofriantes
“El tema que nos preocupa a las provincias productoras es que lo que se deja de recaudar también significa una merma en los recursos del Fondo Especial del Tabaco, que por ley está definido que forma parte del precio y no configura un subsidio, como mal entienden algunos legisladores bonaerenses a veces”, espetó el dirigente tabacalero.
Y detalló que “solo a la provincia de Salta, esa pérdida le significan unos 1.500 millones de pesos anuales, una cifra escalofriante que bien podría servir para ayudar a nuestros productores más chicos, esos que se debaten cada año con unas 10 o 12 hectáreas productivas”.