Que la alimentación es fundamental para el ser humano y que cada vez más se va tomando conciencia de que la calidad de ese alimento resulta también fundamental, es lo que está impulsando a un grupo de vecinos de buena voluntad de Joaquín V. González a armar huertas orgánicas y sustentables en esa ciudad cabecera del departamento Anta.
Carlos Lizárraga, Néstor Díaz y Rosana Coronel son las cabezas visibles de uno de esos grupos, que ya está trabajando en una huerta comunitaria en un terreno de unos 40 x 30 metros.
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Que la alimentación es fundamental para el ser humano y que cada vez más se va tomando conciencia de que la calidad de ese alimento resulta también fundamental, es lo que está impulsando a un grupo de vecinos de buena voluntad de Joaquín V. González a armar huertas orgánicas y sustentables en esa ciudad cabecera del departamento Anta.
Carlos Lizárraga, Néstor Díaz y Rosana Coronel son las cabezas visibles de uno de esos grupos, que ya está trabajando en una huerta comunitaria en un terreno de unos 40 x 30 metros.
Lizárraga explicó que el grupo está integrado por unas 20 personas en total y que “entre todos limpiamos el terreno, que es de un familia vecina de apellido Ruiz, que lo han cedido gentilmente para crear la huerta. De hecho, algunos integrantes de esa familias también se sumaron a la experiencia”.
Los dueños de la iniciativa están muy entusiasmados por el apoyo que consiguieron de la agencia local del INTA, que les proporcionó kits de semillas de temporada para que lleven adelante el experimento huertero comunal.
“La idea es sumar a otros grupos de huerteros, o a particulares, como sabemos que hay una señora que tiene un comedor comentario y se surte para preparar las comidas de su propia huerta”, dijo Lito Lizárraga.
Y agregó que la intención es lograr coordinar a todos los huerteros en una comisión, para que con la fuerza del número se logren mejores resultados para toda la ciudad, como por ejemplo “la aprobación de una ordenanza que propicie la creación de más espacios como estos, o que más vecinos ceden sus lotes baldíos, pero bajo un manto de legalidad, para que con el correr del tiempo no haya problemas”.