Mientras en el Valle de Lerma el aguanieve llegaba a cubrir los cerros de la zona, desde la Puna llegó un fuerte viento cargado de sedimentos de las altas cumbres. La extraña coloración de las nubes del Valle de Lerma llegó con los fuertes vientos de la Puna que bajaron por la precordillera salteña hasta depositarse en los cielos de la región. Del agua nieve caída en las alturas de Torreón en la Cuesta del Obispo, pasando por Campo Quijano y San Lorenzo, el tono rojizo de las alturas cambió la postal invernal en esta parte de la provincia.
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Mientras en el Valle de Lerma el aguanieve llegaba a cubrir los cerros de la zona, desde la Puna llegó un fuerte viento cargado de sedimentos de las altas cumbres. La extraña coloración de las nubes del Valle de Lerma llegó con los fuertes vientos de la Puna que bajaron por la precordillera salteña hasta depositarse en los cielos de la región. Del agua nieve caída en las alturas de Torreón en la Cuesta del Obispo, pasando por Campo Quijano y San Lorenzo, el tono rojizo de las alturas cambió la postal invernal en esta parte de la provincia.
La térmica marcó bajo cero en gran parte del Valle de Lerma, mientras en San Antonio de los Cobres llegó a 8 grados centígrados. Ideal para esta época en la Puna; la diferencia la marcó el viento con ráfagas de hasta 100 kilómetros por horas. Algunos techos sufrieron el avatar de la naturaleza a media mañana. No se registraron lesionados ni grandes problemas estructurales en la población puneña.
Guachipas, con el cielo rosa en un día inolvidable. Gentileza Aldo Maita
Por la precordillera, desde Santa Rosa de Tastil, el viento levantó una polvareda inusitada. No se podía respirar. Contrariamente a esa hora, pero en la zona de Chicoana, en la cuesta del Obispo el blanco de la nieve colmó el paisaje. Llegó a -4 grados en esa zona. En Guachipas todos disfrutaban de los paisajes blancos de este día frío cuando se hizo sentir el viento cordillerano.
Las fotos obtenidas por los vecinos de Guachipas son elocuentes. Blanco en el paisaje y rojizo intenso en el cielo. Algunos temerosos por este cambio repentino daban una serie de versiones apocalípticas por este cambio repentino en el paisaje y su clima. En esta parte de Salta, ayer 24 de julio de 2020 no se olvidará fácilmente. Con frío, con vientos cálidos por el momento, y las postales maravillosas obtenidas en una jornada esperada.
Lo peculiar del día hizo olvidar por ratos el coronavirus.