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"Recibir premios en este contexto tiene una gran simbología"

El director Rafael Monti dialogó con El Tribuno acerca del éxito de "Arrabaleras, por amor a Tita", en los Premios Victoria. 
Domingo, 26 de julio de 2020 21:43

Mejores Maquillaje, Mariké Muñiz y Delia Pantaleón; Vestuario, Mariké Muñiz y Delia Pantaleón; Banda Sonora, Rafael Monti; Dramaturgia Local, Rafael Monti; Coreografía, José D. García; Escenografía, Susana Núñez; Actor de Reparto, Enrique Marini; Actriz de Reparto, Delia Pantaleón; Actriz Protagónica, Mariké Muñiz; Director, Rafael Monti; y Espectáculo de Teatro. Once Premios Victoria cosechó “Arrabalera, por amor a Tita”. Su creador, Rafael Monti, dialogó con El Tribuno sobre esta obra, a la que definió como “salida de los sentimientos del alma”. 

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Mejores Maquillaje, Mariké Muñiz y Delia Pantaleón; Vestuario, Mariké Muñiz y Delia Pantaleón; Banda Sonora, Rafael Monti; Dramaturgia Local, Rafael Monti; Coreografía, José D. García; Escenografía, Susana Núñez; Actor de Reparto, Enrique Marini; Actriz de Reparto, Delia Pantaleón; Actriz Protagónica, Mariké Muñiz; Director, Rafael Monti; y Espectáculo de Teatro. Once Premios Victoria cosechó “Arrabalera, por amor a Tita”. Su creador, Rafael Monti, dialogó con El Tribuno sobre esta obra, a la que definió como “salida de los sentimientos del alma”. 

¿Qué te seduce del personaje para haber emprendido una obra sobre ella?
En estos tiempo de empoderamiento de las mujeres, podemos decir que ella fue una de las primeras actrices atrevidas y que se llevaba el mundo por delante. En su vida artística y personal. Llena de soledad, penurias, amores no correspondidos, una mujer que participó de la primera película hablada del cine nacional “Tango” (1933, de Luis José Moglia Barth) y que filmó ya teniendo más de 80 años “Las barras bravas” (1985, dirigida por Enrique Carreras). Ella recorrió mucha historia nacional como la Revolución del 55, con sus gustos políticos y con los problemas que tuvo que resolver por ser mujer en las décadas del 30 y 40 en adelante. 

¿Cómo conociste a Tita y por qué sentiste que otros debían descubrirla a través de tu obra?
A mí desde muy chiquito me gustó el cine nacional, por lo que siempre la tuve presente. Aunque no tuve la oportunidad de verla sobre un escenario, sí de cruzármela por la calle porque ella vivía en sus últimos años en un departamento cercano adonde quedaba el colegio privado donde cursé la primaria y la secundaria en Buenos Aires. Me la he cruzado por la calle llevando abrazado a su perro Corbata. Nunca pude mantener ningún diálogo con ella porque era chico, pero la recuerdo por su fuerte personalidad. Después de más grande la pude seguir en la televisión. Hay una generación -o más de una- que no la conocen y era la intención de difundirla con este espectáculo. Y a los que ya la conocen que la revivan, la homenajeen y la disfruten. Es un mito de la escena nacional como Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo o Jorge Luis Borges. 

¿Fue una empresa ingente sacar adelante esta obra el año pasado?
Era una locura hacer un espectáculo como este, de época y con casi treinta actores sobre el escenario, en el contexto de la crisis durante el gobierno de Macri; pero bien dicen que “a grandes males, grandes remedios”. Dijimos: “Vamos a jugarnos por este espectáculo, a ponernos la camiseta” y así fue como se pudo concretar. Yo ya había escrito apariciones del personaje para otras obras mías, aunque no musicales. Tuve que volver a ver todas sus películas, leer todo lo que se había escrito sobre ella y escuchar los reportajes que había dado en vida. Era un desafío por donde uno lo mire, de producción, que contó con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, y de dramaturgia. 

¿Fue difícil elegir a tres Titas?
En esta puesta hubo tres actrices que la representan en diversas épocas de su vida. Una actriz no conocida, Luz María Larraux, que está filmando la vida de Tita Merello y en eso se encuentra con los fantasmas de Tita que están protagonizados por otras, Mariké Muñiz y Delia Pantaleón. La que tiene el peso interpretativo en el espectáculo, porque las actrices cantan en vivo los tangos más recordados de Tita, es Mariké Muñiz. Las pensé a las tres desde el momento en que me puse a escribir la obra. Al principio era medio raro para ellas dilucidar por qué las había llamado para este rol, pero sé que al descubrir su personaje cada una llegó a amarlo. 

¿Qué sentís con 11 Victoria?
Más allá del bienestar que produce para el corazoncito y el ego en cada uno de nosotros, es un reconocimiento al espectáculo en general. Trabajaron más de treinta personas y recibirlos en este contexto de teatros cerrados tiene una gran simbología.

¿Cómo estás viviendo esta cuarentena y qué estás elaborando?
Lo vivo como todos los compañeros del ámbito artístico y cultural. Somos los primeros que tuvimos que bajar el telón y los últimos que lo levantaremos. Es un parate obligado, pero necesario, porque debemos cuidarnos la salud y protegernos. El teatro es un trabajo comunitario, de grupo, y tengo conciencia de que hay que cuidar al público y a los actores que se suben arriba del escenario. Tengo la suerte de estar a punto de concretar el sueño de tener mi primer programa de TV, en el Canal 10 de aire, que se va a llamar “Por la gracia de Monti”, escrito y dirigido por mí y con un elenco de actores salteños. Es una apuesta grande del canal y sus directivos, un programa en el que depositaré mi experiencia en el music hall, el café concert, el humor político y el vodevil. 

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