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"A pesar de la pandemia, Palomitas nos halla más unidos que nunca"

Para este nuevo aniversario de la masacre de los 11 presos políticos se realizarán encuentros por vía remota. El testimonio de un hijo de las víctimas. “Destruyeron cuatro generaciones”, dijo Pablo Ávila.
Lunes, 06 de julio de 2020 01:25

Pablo Ávila tiene hoy 49 años y vive en la ciudad de Berger, en Noruega, junto a su mujer y sus dos hijos. Por esta pandemia él y su familia no pudieron venir a Salta como lo hacen para casi todos los 6 de julio.

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Pablo Ávila tiene hoy 49 años y vive en la ciudad de Berger, en Noruega, junto a su mujer y sus dos hijos. Por esta pandemia él y su familia no pudieron venir a Salta como lo hacen para casi todos los 6 de julio.

El hombre es hijo de Celia Leonard y Benjamin Ávila, ambos asesinados en la denominada Masacre de Palomitas de 1976.

"Yo me acuerdo de mi papá y de mi mamá. Yo tenía 5 años cuando se los llevaron. Yo aún tengo recuerdos de ellos. De mi mamá recuerdo que me hacía panqueques por las tardes y de mi papá que le gustaba meter el pan en la leche caliente", dijo Pablo.

La Masacre de Palomitas ocurrió el 6 de julio de 1976, a pocos meses de comenzada la última dictadura cívico militar. Es una causa que integra el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y que se integró el llamado "juicio a las Juntas". Durante esa fría madrugada, 11 detenidos fueron sacados de la unidad penal de Salta y asesinados, fusilados en el paraje Palomitas. Intentaron decir que fue un intento de fuga o de enfrentamiento; sin embargo siempre se supo que fue una masacre.

"Yo me acuerdo del día en que se lo llevaron a mi papá. Yo era tan chico, pero me daba cuenta que todo estaba mal. Sin embargo, él me dijo que los policías que lo llevaban eran sus amigos. Yo no les creía, pero él lo hacía para que me quede tranquilo", dijo Pablo que tiene tres hermanos varones y la más chica que nació en la cárcel de Villa Las Rosas.

El hombre se fue como una, dos, tres veces de Salta. Las dos primeras se fue a Inglaterra en donde estaba uno de sus hermanos. Una de las tragedias más grandes y menos contadas se dan al interior de las familias de las personas que fueron asesinadas y desaparecidas. El punto y aparte tiene una extensión que nadie sabe adónde termina.

En el segundo viaje conoció a Gunhild, y para el tercero ya se fue directo a Noruega. Allí se casaron y tuvieron a Laila y luego a Nahuel. Como una larga tradición de los Leonard, ambos son docentes. Pablo trabaja como profesor de idioma Castellano e Inglés.

"Destruyeron a cuatro generaciones en mi familia. Mi abuelo no pudo soportar las tristeza, a mis viejos los fusilaron, a nosotros nos comenzaron a criar nuestras tías, nos separamos. Y nuestros hijos nos preguntan por sus abuelos cosas que a veces no sabemos qué responder. Causaron un mal muy grande, por muchos años y aún no sabemos las consecuencias terrible que tendrá en el futuro", dijo el salteño por vía remota.

"Hoy la pandemia hizo que cada uno se quede en su casa y no podamos ir a Salta, a las actividades. Sin embrago, la vía remota será una forma de reforzar el encuentro. Hoy, gracias a la web, nos mantendremos más unidos que nunca", dijo en referencia a los familiares de los desaparecidos y asesinados, y a los militantes de las diversas organizaciones de derechos humanos.

Este año y como medida de prevención se suspenden las actividades que se realizaban en el paraje Palomitas.

Para continuar con la liturgia militante se realizará una reunión virtual en donde podrán participar quienes quieran. "Nos encontramos el 6 de julio, a partir de las 17, donde realizaremos el acto correspondiente: habrá lectura del tradicional documento único de la Mesa de DDHH de Salta, hablarán los familiares y se leerán las adhesiones. Para el final tenemos un video conmemorativo que fue realizado con mucho amor", dijo Canela Álvarez, referente de HIJOS Salta.

Celia y Benjamín

Celia era salteña, nacida el 22 de julio de 1942. Estudió magisterio en el Colegio Santa Rosa de Viterbo.

Siguió sus estudios en una universidad privada de Buenos Aires. Al morir su madre ella regresa a Salta, para ayudar a su padre en la crianza de sus hermanos menores. Era la hija mayor de cinco hermanos. Se inscribe en la carrera de letras, del Departamento de Humanidades de la UNSa, y allí conoce a Benjamín Ávila, con quien se casa. Siempre se destacó por una brillante inteligencia y una gran sensibilidad social, era muy cristiana y descubre la teología de la liberación cuando integraba la Juventud Universitaria Católica (JUC).

Al nacer sus primeros tres hijos, se dedica a atenderlos y a trabajar de docente y en la panadería de su padre. A fines de 1974, comienza su militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el 19 de junio de 1975 es detenida estando embarazada de su hija Marcela, que nace el 12 de febrero de 1976 en la cárcel de Villa las Rosas.

Benjamín nació el 22 de julio de 1938, también en Salta.

Perdió a su madre cuando era muy niño, entró al Seminario conciliar a la edad de 12 años y un año antes de recibirse abandonó la carrera sacerdotal. Se inscribió en la carrera de Filosofía de la Universidad Nacional de Salta. Integra la Juventud Universitaria Católica (JUC) que se impregna de la teología de la Liberación.

En noviembre de 1974 se integra al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Siempre fue generoso y entendía que el verdadero cristiano debía estar comprometido con los pobres, en la cárcel pidió la Biblia.

Las otras víctimas fueron María Amaru Luque, José Povolo, María del Carmen Alonso, Jorge Turk Llapur, Roberto Oglietti, Rodolfo Pedro Usinger, Alberto Simón Savranski, Georgina Droz, Evangelina Botta y Pablo Outes.

"Escollos"  en la causa  judicial

El inicio de la causa data de los años 83/84 en la vuelta a la democracia.

"Es una causa con muchos escollos, desde la leyes de obediencia debida y punto final, los indultos de Menem y lo mismo en la Justicia Federal de Salta. El 23 de julio de 1998 llevamos todas las pruebas al juez Baltasar Garzón y nos dio una esperanza", dijo Nora Leonard.

El 10 de marzo de 2000 el abogado David Leiva presentó en Tribunales Federales un hábeas data con firmas de los familiares con toda la recolección de pruebas de una causa por crímenes de lesa humanidad.

"La abogada Tania Kiriako fue la encargada de estar en todas las declaraciones testimoniales", destacó.

"El exjuez federal Ricardo Lona nos puso tantos escollos que la causa pasó a Tribunales de Jujuy a cargo del juez Carlos Olivera Pastor", amplió y dijo que hasta el momento se realizaron los juicios Palomitas I, II y III.

En Palomitas I reciben reclusión perpetua el exjefe de la guarnición Salta del Ejército, coronel Carlos Alberto Mulhall; el exjefe de Policía de la Provincia, Miguel Gentil; y el capitán Hugo Espeche.

En Palomitas II fueron condenados a reclusión perpetua el represor Luciano Benjamín Menéndez; y el policía Joaquín Guil. Y a Juan Carlos Alzugaray a 20 años de prisión.

Para Palomitas III Nora Leonard dijo que el juez ordenó que pusieran en libertad a Víctor Manuel Rodríguez. Y en la etapa de plenario sobreseyó a Luis Dubois. Una antigua jueza de instrucción relató que Lona "cajoneaba" los amparos y hábeas corpus. "Lona tiene prisión domiciliaria por esa causa. Todos están con prisión domiciliaria, con todas las condenas que recibieron, todos los represores estuvieron muy pocos días en una cárcel, común y efectiva", concluyó.

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