Alrededor de treinta heroicos vecinos salvaron a la escuelita especial Jean Mermoz de las lenguas de fuego que se habían propagado por el interior del predio del establecimiento y amenazaban con hacer explotar los depósitos de cilindros de gas.
Producto de la loable acción de hombres y mujeres, tres de ellos terminaron internados en el hospital Joaquín Corbalán con principio de asfixia y quemaduras leves. El viento ayudó a las llamas a ingresar por un costado del terreno ubicado en la zona norte de Rosario de Lerma. Cerca de las 19 del martes el vecino Marcos Maita observó cómo el fuego llegaba penetrando por los alambrados del cercado perimetral de la escuela.
La voz de alarma rápidamente se hizo eco en numerosos vecinos que salieron de los diferentes barrios que rodean a la escuelita especial, ubicada a un costado de la ruta provincial 23.
“Fue tremendo; estuvo a punto de incendiarse toda la escuelita. Gracias a los vecinos la salvamos. La gente con baldes y ramas apagaba el fuego. En un momento las llamas eran enormes y la gente seguía sofocando el intenso fuego” contó a El Tribuno Adriana Galindo, vicedirectora de la Jean Mermoz.
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Alrededor de treinta heroicos vecinos salvaron a la escuelita especial Jean Mermoz de las lenguas de fuego que se habían propagado por el interior del predio del establecimiento y amenazaban con hacer explotar los depósitos de cilindros de gas.
Producto de la loable acción de hombres y mujeres, tres de ellos terminaron internados en el hospital Joaquín Corbalán con principio de asfixia y quemaduras leves. El viento ayudó a las llamas a ingresar por un costado del terreno ubicado en la zona norte de Rosario de Lerma. Cerca de las 19 del martes el vecino Marcos Maita observó cómo el fuego llegaba penetrando por los alambrados del cercado perimetral de la escuela.
La voz de alarma rápidamente se hizo eco en numerosos vecinos que salieron de los diferentes barrios que rodean a la escuelita especial, ubicada a un costado de la ruta provincial 23.
“Fue tremendo; estuvo a punto de incendiarse toda la escuelita. Gracias a los vecinos la salvamos. La gente con baldes y ramas apagaba el fuego. En un momento las llamas eran enormes y la gente seguía sofocando el intenso fuego” contó a El Tribuno Adriana Galindo, vicedirectora de la Jean Mermoz.
El fuego alcanzó a tomar el depósito donde están los cilindros de gas. Allí, pese al peligro, un grupo de vecinos expuso su humanidad para luchar contra las llamas. Otro grupo de vecinos intentaba abrir el portón en procura de llegar de forma directa a las lenguas que amenazaban una de las galerías del establecimiento. Fabio Aramayo hizo lo suyo y apagó las llamas del depósito. En ese momento la humareda intoxicó a tres vecinos.
“Los subí al auto y los llevé al hospital, estaban muy mal y querían seguir apagando el fuego. Los otros vecinos continuaron la batalla sin respiro. Estamos tan agradecidos. Después el fuego fue controlado y apagado cuando llegaron los bomberos voluntarios”.
Los alumnos tienen nivel primario y secundario con docentes que van a las escuelas comunes a acompañarlos en su trayectoria escolar. Ahora hacen sus tareas de forma virtual sin dejar de asistir a ningún alumno.
Los vecinos Eva Mariela Cruz, Mirta Mansilla y Juan Farfán debieron ser internados por unas horas con asfixia y quemaduras leves. El pasto estaba corto, aunque la sequedad del ambiente y el piso contribuyeron a que el fuego llegue con inmediatez al establecimiento.
La dirección de la Jean Mermoz en la persona de su director, el profesor Humberto Colodro, agradeció a los vecinos de Zona Norte, 25 de Mayo, ARA San Juan, Ecosol, 1 de Noviembre, Padre Chifri, San Francisco de Asís y Alto Rosario. Los vecinos acotaron sobre este tipo de siniestro en esta época del año que “el fuego siempre amenaza a la escuelita. En otras oportunidades no fue tan grave, pero la escuela necesita otro tipo de cercado para evitar este tipo de siniestros”.
La escuela Jean Mermoz tiene 230 alumnos con un servicio de sede; chicos de abordaje complejo, se los prepara para ser insertado en escuelas comunes