La conducción del Centro Único de Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta llamó a los intendentes de la provincia a apoyar el plan que vienen desarrollando para que todos y todas las alumnas del interior puedan acceder a clases virtuales, que desde agosto tienen un grado más de obligatoriedad.
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La conducción del Centro Único de Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta llamó a los intendentes de la provincia a apoyar el plan que vienen desarrollando para que todos y todas las alumnas del interior puedan acceder a clases virtuales, que desde agosto tienen un grado más de obligatoriedad.
El Centro de Estudiantes de Humanidades está a cargo de Voces, la agrupación que destronó a la Franja Morada tras años de gestión. La organización advirtió sobre las desigualdades en el acceso a la tecnología, que se profundizaron en el contexto de la pandemia. "En algunas facultades exigen presentismo en las clases virtuales y estamos haciendo lo posible para que nadie pierda asistencia", dijo Juan Pablo Vázquez, consejero superior por Voces.
La agrupación gestionó con diferentes municipios que faciliten conectividad de los y las estudiantes del interior ante el inicio de las clases con modalidad virtual. Esta gestión fue acompañada por el Decanato de la Facultad de Humanidades.
Los municipios que confirmaron su apoyo pondrán a disposición lugares e instituciones públicas, para aquellos y aquellas estudiantes que deseen cursar en la modalidad virtual según se confirmó en los últimos días.
Los estudiantes comenzaron las conversaciones con los intendentes y algunos ya presentaron soluciones. Al menos 15 dieron respuestas favorables, entre ellos La Caldera, Guachipas, Angastaco, El Tala, Rosario de Lerma, Campo Quijano, Apolinario Saravia, Las Lajitas y Capital.
En el caso de Cachi, Payogasta y Pichanal, arreglaron con organizaciones sociales. Estos municipios dispusieron espacios físicos, con computadoras, horarios, protocolos y conexión a internet. Pero los municipios de Salta son más de 60 y en casi todos hay universitarios.
El Centro Único de Estudiantes de Humanidades salió a difundir las acciones que viene realizando en el marco de la cuarentena por la COVID-19. El camino fue largo, lleno de incertidumbres y comenzó el 16 de marzo, cuando se decidió el no comienzo de las clases presenciales y optaron por la virtualidad.
El 20 del mismo mes dispusieron el aislamiento obligatorio y los problemas no se quedaron en lo meramente pedagógico sino también en lo humano. "No podríamos haber hecho nada sin el apoyo del Rectorado y el Decanato de Humanidades", anticipó Juan Pablo Vázquez.
"En un primer momento de la pandemia, con cuarentena total, tuvimos que salir a asistir a los compañeros del interior que quedaron varados en Salta. El Rectorado aprobó fondos, más los que teníamos y los de la Facultad, armamos bolsones y módulos alimentarios. Tuvimos que solucionar temas básicos, como el envío de fondos de los padres para los chicos que aún no están bancarizados. Eso fue en marzo y abril. Luego tuvimos que armar las listas de estudiantes para repatriarlos. La UNSa puso los colectivos para los operativos retorno", contó.