Ante la pandemia del coronavirus y mientras los científicos buscan una vacuna efectiva, los médicos buscan comprender las secuelas a mediano y largo plazo que puede ocasionar el COVID-19 en las personas que contrajeron el virus. Sostienen que algunas podrían tener consecuencias pulmonares y cardíacas.
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Ante la pandemia del coronavirus y mientras los científicos buscan una vacuna efectiva, los médicos buscan comprender las secuelas a mediano y largo plazo que puede ocasionar el COVID-19 en las personas que contrajeron el virus. Sostienen que algunas podrían tener consecuencias pulmonares y cardíacas.
Si bien un gran número de pacientes permanece asintomático y no tiene secuelas, hay otros pacientes, los oligosintomáticos que presentan muy pocos síntomas y hay otros que pueden presentar varios síntomas.
En estos últimos casos puede haber secuelas. "Hay pacientes en los que hay algún trastorno de difusión del oxígeno que está dentro del pulmón y va hacia la sangre. Esto se da porque el pulmón presenta un cuadro de infección respiratoria que genera un estrés en la pared del alvéolo que sería una especie de parecita, como un papel film, por donde el oxígeno y el dióxido de carbono van de un lado para el otro. Ese trastorno provoca falta de aire", explicó a El Tribuno el doctor Bernardo Biella.
Añadió: "Los pacientes que cursan con cuadros respiratorios en insuficiencia respiratoria por esta alteración pueden quedar con algún tipo de secuela que se representa con falta de aire después de estar ya recuperados".
La falta de aire se puede cuantificar con un estudio: la espirometría, técnica de exploración de la función respiratoria que mide los flujos y los volúmenes respiratorios útiles para el diagnóstico y el seguimiento de patologías respiratorias. Se utiliza, por ejemplo, para detectar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
De acuerdo a los resultados del estudio, el paciente puede llegar a necesitar, por tiempo indeterminado, medicamentos broncodilatadores para ayudar a su cuadro respiratorio secuelar.
El corazón
Este cuadro de la falta de aire genera que la frecuencia del corazón a veces aumente, lo que da sensación de taquicardia o palpitaciones. Estas se pueden objetivar con un electrocardiograma o mediante Holter (instrumento que sirve para registrar la actividad eléctrica del corazón).
"De manera transitoria se medican antiarrítmicos comunes y se ve la evolución. Tanto en estos como los broncodilatadores se ha observado muy buena respuesta en este cuadro de falta de aire o palpitaciones", explicó Biella.
Actualmente especialistas de diferentes lugares llevan estudios a largo plazo para determinar si el tratamiento debe ser permanente o transitorio.
En los casos más severos, es posible que pacientes puedan quedar con fibrosis pulmonar, una enfermedad crónica caracterizada por el daño al tejido pulmonar y la formación de cicatrices, o también mini- EPOC.
"Si tienen cuadros respiratorios puede ser más complejo, pero los pacientes que se han tratado quedaron bastante bien", finalizó el doctor Bernardo Biella.
Sobre efectos y circulación comunitaria
El doctor Bernardo Biella también se refirió a los casos de algunas personas que tras curarse han vuelto a tener síntomas de coronavirus y que muestran su presencia en los análisis.
“Esto tiene nombre, es el efecto ‘booster’. Podemos decir que es una recaída que tienen pocas personas, ya que no logran en un primer momento hacer defensas a largo plazo. Cuando una persona contrae el coronavirus, el organismo fabrica defensas a corto plazo, la inmunoglobulina M que destruye el coronavirus en sangre en un lapso de no más de 28 días y a partir del día 15 fabrica defensas por las dudas se encuentre con coronavirus. Estas se buscan estimular con vacunas. Las personas que tuvieron recaídas no tuvieron buena calidad ni cantidad de inmunoglobulina G”, explicó Biella.
Este proceso puede darse también con la enfermedad de las paperas y el herpes zóster, por ejemplo. “No es algo grave. Ocurre normalmente con toda enfermedad viral. Hay recaídas”, dijo el profesional.
Cuidarse y cuidar al otro
Biella indicó que la circulación comunitaria de COVID-19 en Salta significa que hoy en día hay personas que tienen el virus y no lo saben. “Cuatro de cada cinco personas que padecen la enfermedad no tienen síntomas. En especial niños, adolescentes y jóvenes; por ende, si una persona sale de su hogar puede encontrar a otras personas con coronavirus. Por esto es fundamental exigir distancia social, usar barbijo, alcohol en gel hasta que aparezca la vacuna”, dijo. Las medidas de higiene y prevención evitan contagios. “Son las únicas que impiden que una persona lleve el virus a su hogar y contagie a sus familiares. El autocuidado y el cuidado por parte del otro es primor dial”.