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Mató de un escopetazo a un ladrón de baterías

El ahora imputado es un joven de 26 años, tatuador de oficio, que descubrió al presunto delincuente.
Miércoles, 05 de agosto de 2020 02:33

Un tatuador de 26 años mató ayer de un escopetazo a un presunto delincuente, al que sorprendió cuando intentaba robarle la batería de su camioneta en su casa de la localidad bonaerense de Ciudadela, partido de Tres de Febrero, informaron fuentes policiales y judiciales. Se trata de Fabricio Álvarez, quien en la tarde de ayer fue indagado por el fiscal Sergio López y luego excarcelado, aunque seguirá siendo investigado para determinar si se trató de un "homicidio en legítima defensa" o si hubo algún tipo de exceso en su accionar.

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Un tatuador de 26 años mató ayer de un escopetazo a un presunto delincuente, al que sorprendió cuando intentaba robarle la batería de su camioneta en su casa de la localidad bonaerense de Ciudadela, partido de Tres de Febrero, informaron fuentes policiales y judiciales. Se trata de Fabricio Álvarez, quien en la tarde de ayer fue indagado por el fiscal Sergio López y luego excarcelado, aunque seguirá siendo investigado para determinar si se trató de un "homicidio en legítima defensa" o si hubo algún tipo de exceso en su accionar.

El hecho sucedió en horas de la madrugada en la vivienda situada en Ricchieri al 2800, de Ciudadela Norte, donde se encontraba el tatuador Fabrizio Álvarez junto a su hermana.

De acuerdo al relato de las fuentes, el joven escuchó ruidos y al asomarse al patio vio a una persona que intentaba apoderarse de la batería de su auto, un utilitario en desuso que lo tenía allí estacionado en reparación.

"Había dos baterías desmontadas al costado del vehículo. Estamos analizando si ya estaban allí o si alguna fue removida por el joven que terminó muerto", dijo a Télam uno de los investigadores.

Según añadieron los voceros, Álvarez increpó al ladrón que llevaba un arma blanca, una pequeña hacha de cocina con mango negro. El tatuador forcejeó con él, tras lo cual logró zafarse e ingresar a su casa, donde tomó una escopeta calibre 16, con la que instantes después le disparó.

El sospechoso recibió un disparo en el pecho, a raíz del cual murió poco después en el patio de la casa, donde fue hallado por la Policía, que acudió tras un llamado del propio Álvarez.

Efectivos de la comisaría de Ciudadela Norte demoraron al tatuador y secuestraron el arma, al tiempo que convocaron a los peritos de la Policía Científica para que lleven a cabo las tareas de rigor en la escena del hecho.

Al lugar también arribó el fiscal López, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín, quien indagó por el homicidio a Álvarez, el cual dijo que se defendió del robo.

"Todavía faltan pericias y algunas diligencias para hacer, cuando llegue el momento procesal oportuno se verá si lo que corresponde es el sobreseimiento por haber actuado en legítima defensa", precisó un vocero encargado de la pesquisa.

En principio, los investigadores reconstruyeron que toda la secuencia del hecho ocurrió dentro de la propiedad, en ese patio lateral que hay desde las rejas de la línea municipal hacia el fondo de la construcción, donde el joven tiene un negocio de tatuajes en el frente y la vivienda atrás.

Los pesquisas añadieron que el arma secuestrada al tatuador es una escopeta calibre 16 de la que el joven no aportó ninguna documentación.

 

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