Desde el Ministerio Público informaron oficialmente ayer que el viernes uno de los fiscales penales de Graves Atentados habría sufrido una amenaza de parte de una mujer anónima, la que supuestamente se comunicó con un familiar directo del fiscal penal Rodrigo Ramos Ossorio.
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Desde el Ministerio Público informaron oficialmente ayer que el viernes uno de los fiscales penales de Graves Atentados habría sufrido una amenaza de parte de una mujer anónima, la que supuestamente se comunicó con un familiar directo del fiscal penal Rodrigo Ramos Ossorio.
Por el hecho, el fiscal penal 1, Pablo Rodrigo Paz, comenzó a investigar la denuncia radicada por una persona del entorno familiar del fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio.
Según consta en la denuncia formulada por una familiar del conocido fiscal, las amenazas se vertieron el viernes último cuando la denunciante recibió una llamada realizada por una mujer que no se identificó, a pesar de la insistencia de la consulta.
Durante el llamado la mujer preguntó sobre la relación con el fiscal en cuestión y le pidió que le avisara que "la va a pasar muy mal y que se cuide". La misma mujer desde el otro lado del teléfono amenazó a la vez a quien recibió el llamado y le advirtió que "también se cuide".
La supuesta amenaza no fue dirigida directamente hacia la persona del fiscal o a un teléfono del mismo, sino a sus familiares.
El delito de amenazas tiene lugar cuando una persona informa a otra acerca de su intención de generarle algún mal.
Está previsto en el artículo 149 bis primer párrafo del Código Penal Argentino, el cual asigna una pena de prisión de seis meses a dos años para quien impartiere amenazas con el fin de alarmar o amedrentar a una o más personas. La pena se elevará (de uno a tres años de prisión) siempre que se utilizaren armas para cometer este delito, o si las amenazas realizadas fueran anónimas.