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José Glinski: “Destapamos una olla de denuncias de acoso laboral y sexual en la PSA de Salta”

Domingo, 06 de septiembre de 2020 02:43

Asegura que en Salta se “destapó una olla” de denuncias de acoso sexual y laboral que realizaban mujeres de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y que quedaban cajoneadas. La violencia contra las mujeres cruza todos los ámbitos y, para tener, más herramientas de prevención y abordaje, la fuerza nacional y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia firmaron un convenio. 
En una entrevista con El Tribuno, José Glinski, director nacional de la PSA, dio más detalles de cómo policías llegaban a acumular graves denuncias administrativas que quedaban en saco roto y mujeres que optaron por el silencio ante la falta de respuestas. Glinski, en su visita a Salta, puso en funciones como jefa de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva (UOSP) Salta a María Fernanda Calvo.

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Asegura que en Salta se “destapó una olla” de denuncias de acoso sexual y laboral que realizaban mujeres de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y que quedaban cajoneadas. La violencia contra las mujeres cruza todos los ámbitos y, para tener, más herramientas de prevención y abordaje, la fuerza nacional y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia firmaron un convenio. 
En una entrevista con El Tribuno, José Glinski, director nacional de la PSA, dio más detalles de cómo policías llegaban a acumular graves denuncias administrativas que quedaban en saco roto y mujeres que optaron por el silencio ante la falta de respuestas. Glinski, en su visita a Salta, puso en funciones como jefa de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva (UOSP) Salta a María Fernanda Calvo.

La PSA firmó un convenio con la Secretaría de Derechos Humanos contra la violencia de género ¿cómo trabajarán el tema?
Desde nuestra gestión intentamos transparentar cosas que suceden dentro de las instituciones, en particular de nuestra policía. Nos acercamos al Centro Integral de Género de nuestra policía y empezamos a indagar sobre las denuncias que no habían tenido destino, denuncias de acoso laboral, de acoso sexual, de violencia contra las mujeres. Entendimos que hubo una gran cantidad en la Unidad Operacional de Salta, algunas anónimas y otras no, contra oficiales varones de la PSA, y esas causas no habían tenido un proceso. Habían quedado, por alguna decisión, cajoneadas. Entonces empezamos a indagar y nos dimos cuenta que las denuncias que habían realizado las mujeres no habían tenido un debido proceso, y así las mujeres dejaron de denunciar. Se destapó una olla que permitió que nuestro equipo de trabajo, con nuestra jefa de Gabinete, Valeria Endrek, y la representante del Centro Integral de Género, Mariana De Caro, nos pusiéramos en contacto con la referente de la Unidad de Salta. Cada unidad tiene referentes, ahora son un varón y una mujer. Llegamos a la conclusión que no había más denuncias porque las mujeres se cansaron de denunciar. 

“No vamos a tolerar la violencia laboral ni la violencia de género en la institución”.

 

¿De cuántas denuncias estamos hablando?
Había oficiales que tenían hasta cuatro denuncias.

¿Desde cuándo estaban cajoneadas?
Desde el 2018 tenemos el antecedente. Nosotros ya nos pusimos en contacto con gente de la unidad y con funcionarios de Derechos Humanos de la Provincia. Sabemos que Salta está en emergencia por la problemática de la violencia de género. Nosotros sentimos la necesidad de tomar cartas en el asunto y hacer algo. Entonces buscamos a la persona que consideramos las más idónea para cumplir con el rol de jefe o jefa y, a sus vez, que nos pueda garantizar de alguna manera que se empiece a revertir cierta inercia, por la que los varones, ostentado su lugar de privilegio, acosaban a las mujeres. Y la solución que encontramos fue cambiar el jefe. El que se va será jefe en Santiago del Estero. Decidimos poner en Salta a quien era referente de género, Fernanda Calvo, como jefa de la Unidad. En esto nos dimos cuenta qué íbamos a necesitar de la Provincia. Tenemos que acompañar este proceso, ante casos de una gravedad institucional muy profunda. Por eso se requiere de herramientas que la PSA por si sola no tiene. Quienes integran la unidad son ciudadanos y ciudadanas de esta provincia y trabajan en la PSA. Nosotros definimos hacer un abordaje integral de la problemática que teníamos y debíamos contar con la Provincia. Hay que decirlo, hubo una predisposición desde un primer momento a acompañarnos, hubo reuniones y acuerdos previos a nuestra visita a Salta. Nosotros necesitamos respaldar a Fernanda Calvo para que su gestión sea exitosa, para revertir la violencia que era sistémica. Pero necesitamos que sea exitosa también en términos policiales. Nosotros vamos a evaluar a Fernanda no solo por la continuidad que le dé a los trámites de las denuncias de violencia de género, sino también por su trabajo como jefa del área operacional de un aeropuerto muy relevante para el sistema nacional, de una provincia muy relevante en la cuestión de seguridad. Tenemos que acompañarla de verdad. Tiene que quedarle claro a los varones y a las mujeres que integran la Unidad Operacional de Salta, y a los que integran la Policía de Seguridad Aeroportuaria en general, que no vamos a tolerar la violencia laboral, el acoso sexual ni la violencia de género en nuestra institución. 

“Desde nuestra gestión intentamos transparentar cosas que suceden dentro de las instituciones”.

¿Las denuncias estaban en el ámbito judicial?
Eran todas administrativas, algunas anónimas. Había denuncias en el Ministerio, en el Centro Integral de Género. Fue un fracaso, se le pedía a las mujeres que denuncien y después se cajoneaban, el efecto era peor... 


¿Cómo trabajaron en este tiempo? 
En un principio tuvimos una afectación muy importante en materia de la pandemia en marzo y abril. Eramos los que recibíamos el coronavirus en la cara. La inmensa mayoría de los casos entraron por Ezeiza. Si bien en marzo se cerraron las fronteras, seguían llegando vuelos, incluso hasta hoy. Esos dos meses se paró toda la actividad pero nosotros tuvimos un pico y recibimos casi 12 mil personas por día. Trabajos a destajo. Nos quedaba la gente del interior varada en el aeropuerto, había que conseguir los micros, armamos sistemas informáticos para administrar los datos de la gente que llegó... Hicimos un montón de cosas que nos hizo dar cuenta que teníamos una fuerza que trabajaba mucho y muy bien; por ahí estaba un poco corrida del escenario. De las cuatro fuerzas federales, la PSA es la más chica, la más nueva. Me parece que estuvo relegada en su protagonismo, sobre todo en los últimos cuatro años. La gestión anterior no la puso en valor quizá porque la asoció a una policía creada por el kirchnerismo, pero es un dato de la realidad. La PSA existe por una decisión de Kirchner.

“Había oficiales de la PSA que tenían hasta cuatro denuncias y no había pasado absolutamente nada”.

¿Y las tareas de investigación?
Además de nuestra tarea en el aeropuerto nosotros tenemos una área de investigación muy fuerte. Trabajamos a requerimiento de la Justicia. De hecho cuando arrancó el año tuvimos dos casos resonantes: uno en Ezeiza, en un vuelo en el que se habían cargado 82 kilos de cocaína y el segundo, que tuvo origen en Salta, con un avión secuestrado en México con 2 mil kilos de cocaína, que había despegado de aquí (luego se constató que el cargamento no se hizo en la capital salteña).
 

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