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San Román, el geógrafo de Atacama

Lunes, 18 de enero de 2021 00:00

Una figura de gran relieve científico en la segunda mitad del siglo XIX fue la del ingeniero chileno Francisco J. San Román (1838-1902). A él le debemos un valioso mapa de la Puna argentina, entonces Puna de Atacama, publicado luego de la Guerra del Pacífico como producto de sus largos viajes a los territorios anexados por Chile a Bolivia y Perú. Tal como otras de sus publicaciones que son hoy una fuente imprescindible de consulta sobre la geología, geografía, minería y variados aspectos históricos de la región.

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Una figura de gran relieve científico en la segunda mitad del siglo XIX fue la del ingeniero chileno Francisco J. San Román (1838-1902). A él le debemos un valioso mapa de la Puna argentina, entonces Puna de Atacama, publicado luego de la Guerra del Pacífico como producto de sus largos viajes a los territorios anexados por Chile a Bolivia y Perú. Tal como otras de sus publicaciones que son hoy una fuente imprescindible de consulta sobre la geología, geografía, minería y variados aspectos históricos de la región.

San Román nació en Copiapó (Chile). Sus padres, don Francisco San Román Navarro y doña Presentación San Román, eran argentinos y como tantos otros fueron perseguidos políticos de las refriegas entre federales y unitarios que se refugiaban en Chile donde eran acogidos fraternalmente.

Cerca de Copiapó están las famosas minas de Chañarcillo, ricos yacimientos argentíferos, donde trabajó como mayordomo Domingo F. Sarmiento. Sarmiento y San Román harían una buena amistad, al punto que fue Sarmiento como presidente de Argentina quien lo propuso en 1874 para formar parte como miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. El padre de San Román, antes de emigrar a Chile, fue gobernador de la provincia de San Juan y más tarde cónsul argentino en Copiapó.

El joven San Román estudió ingeniería de minas en los colegios que creara el sabio polaco Ignacio Domeyko, gran figura de la ciencia geológica y mineralógica chilena, a quien le fue dedicada en su nombre y honor una cordillera: la Cordillera de Domeyko. San Román fue un alumno aventajado y se graduó de ingeniero de minas con una amplia formación en geología, mineralogía, geografía y cartografía.

Al parecer pasó algunos años cateando el desierto en busca de ricas vetas de metales preciosos, pero sin suerte.

En la Argentina

En la década de 1860 decidió radicarse en Argentina, aunque poco se sabe de esta etapa de su vida. Habría permanecido primero en Buenos Aires. Luego pasó a Catamarca en donde fue profesor en la Escuela de Minas. Obtuvo entonces la concesión del estudio del ferrocarril trasandino por San Francisco entre Copiapó y Tinogasta.

En la Exposición Nacional de Córdoba de 1871 presentó un trabajo relativo a "Datos sobre la minería en La Rioja y Catamarca".

En 1873 elevó un memorando al Senado de la Nación con el estudio de las posibilidades económicas de la línea férrea. Ello dio motivos para analizar las riquezas de las provincias de Catamarca, La Rioja y Salta, que darían mercaderías y productos al tráfico comercial.

Explorador en Atacama

Al finalizar la Guerra del Pacífico el gobierno de Chile lo convocó para una exploración de los nuevos territorios anexados a Bolivia y Perú. El presidente de Chile, Domingo Santa María González (1825-1889), nombró a San Román en abril de 1883 como jefe de la Comisión Exploradora del Desierto de Atacama. Integraron dicha comisión los ingenieros Alejandro Chadwick, Santiago Muñoz y Abelardo Pizarro, el marino Ángel Lynch y el geólogo noruego Lorenzo Sundt.

Este último tendrá un rol fundamental luego de la muerte de San Román al hacerse cargo de publicar sus libretas de campo en un voluminoso libro: San Román, F.J., 1911. "Estudios Jeolójicos i Mineralójicos del Desierto y Cordillera de Atacama". Sociedad Nacional de Minería, Volumen II, 405 p. Santiago de Chile (SIC). Sundt escribió y le agregó algunos capítulos extras de gran valor sobre la minería del norte de Chile.

En el prólogo Sundt comenta que se publican las libretas de campo del malogrado ingeniero San Román, "literalmente y con sus propias palabras, simples apuntes hechos durante la marcha, a veces sobre el lomo de la mula, otras veces en el campamento". Las libretas abarcan desde 1883 a 1899 y en especial resultan de nuestro interés las anotaciones realizadas en el actual territorio de la Puna argentina, ocupado entonces por Chile. Téngase presente que se trata de campañas de muchos meses de duración a lomo de animales en un territorio casi virgen de observaciones científicas. La lectura cuidadosa del largo texto permite encontrar datos muy valiosos para la historia geológica y geográfica del territorio estudiado. Los viajes a la actual Puna argentina los hace entre marzo y junio de 1886 y marzo a junio de 1887.

En 1886 ingresa por el paso de Huaytiquina, pasa por el caserío de Catua y sigue hasta el salar de Cauchari donde visita la boratera Siberia. Comenta que se encuentran trabajando allí mineros salteños, entre ellos los señores Korn, Boden, Roco, Lozano y Fressart.

Al respecto señala: "Borateras Siberia y Antuco. Descubríolas el capitán de Atacama Rafael Torreblanca, en 1876. Fue pedida por Korn y Roco; y este último socio, Ángel C. Roco, mandó como primer ensayo una tonelada de borato a Hamburgo a consignación de Mller y Gabe, dando 46% de B2O3 y una utilidad líquida de 3 bolivianos por quintal esp. Un año después fue pedido Antuco y en febrero del presente año por Roco en Antofagasta (p. 128)". Continúa el viaje cruzando el salar de Cauchari hasta Pastos Chicos, el volcán Tuzgle, Abra de Chorrillos y baja para visitar las minas de plata del distrito San Antonio de los Cobres.

Regresa en 1887, pero hace su entrada por el sur de la Puna y recorre El Peñón, Antofagasta de la Sierra, las minas de plata de Antofalla, los géiseres de Botijuelas, la mina de oro de Incahuasi, el salar del Hombre Muerto; y luego hacia el norte por Los Colorados, atraviesa el salar del Pozuelos y llega al salar de Pastos Grandes donde se encontraban en explotación las borateras de Blanca Lila.

Regresa por Quirón hacia el salar de Pocitos, menciona los cerros de Macón y los volcanes de Pocitos, Tul Tul y Rincón. 

Luego se dirige a las sierras occidentales de Cauchari para estudiar detenidamente la mina de oro “Carmen”. 

Desde allí baja a la boratera Siberia. Justo entonces se encontraba en el lugar una comisión salteña al mando de Abraham A. Becerra, quien en su informe sobre borateras de 1887 habla de la “rectitud y honradez reconocida” del Ing. San Román.

El 24 de mayo de 1887 se realiza la mensura y el acta correspondiente sobre la mina Siberia, que había sido concedida en 1884 por el gobierno de Salta y cuyos papeles se habían perdido en Chile. 

Firman el acta el Ing. Francisco San Román y como testigos Abraham Becerra, Ramón López y Emilio Fressart, este último como administrador y representante de “Boden y Cía. Boratera”. 

Luego continúa al norte por Las Pailas, Archibarca, los lavaderos de oro de Olaroz, los géiseres del río Rosario, Pairique y cruza hacia Atacama por el cerro Zapaleri.

El primer mapa puneño 

A partir de 1887 se abocó a la cartografía del desierto. En agosto de 1891 fue designado por el presidente de Chile para participar del V Congreso Internacional de Geología en Washington (USA). 

Fue uno de los tres representantes de América Latina, junto al de Perú y México. 

Ese mismo año participó del Congreso Internacional de Geografía en Berna (Suiza) donde se planteó el proyecto del mapa del mundo al millonésimo. 

En 1892 publicó la “Carta Geográfica del Desierto y Cordilleras de Atacama”, en colores y a escala 1: 1.000.000, con un impresionante detalle de salares, volcanes, serranías, lagunas, ríos, aguadas, caminos troperos, caminos del Inca, minas de oro, plata, cobre y manganeso; sumado a cinco perfiles topográficos entre el Océano Pacífico y las altas montañas de oriente colindantes con Argentina y Bolivia; además de dos planos de las ciudades de Antofagasta y Copiapó. 

El mapa es una preciosa obra de cartografía y conserva topónimos que han desaparecido o han cambiado con el tiempo.

Fue el primer mapa integral sobre el desierto de Atacama y la actual Puna argentina.

Folleto sobre lengua 

Otra de sus obras es un folleto titulado “La lengua Cunza de los naturales de Atacama”, donde buscó rescatar el vocabulario que se estaba perdiendo de los pueblos de esa región. 

Publicó también: “Reseña Industrial e Histórica de la Minería y Metalurgia de Chile” (1894, 501 p.) y “Desierto y Cordilleras de Atacama” (1896, 2 tomos, 1.391 p.). 

Gran parte de la obra de San Román quedó inédita. Su último gran trabajo fue el estudio de un ferrocarril que uniera el centro de Chile con la región de Tarapacá. 

Para ello fue nombrado en 1898 por el gobierno como ingeniero jefe de la comisión encargada del estudio.

Sus profundos conocimientos de la geografía nortina fueron esenciales. San Román falleció en 1902 en Santiago de Chile a la edad de 64 años.

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