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Denuncian a un sargento por violencia de género

La mujer acudió a los medios para que "pare de hostigarla". Asegura que hay complicidad policial.
Jueves, 07 de enero de 2021 00:59

Verónica llama a radios y diarios, con insistencia y desesperación busca que su caso se haga público. Asegura que es "su última carta".

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Verónica llama a radios y diarios, con insistencia y desesperación busca que su caso se haga público. Asegura que es "su última carta".

"Comenzamos a salir en el 2012. Me amenazaba, pensé que iba a pasar porque para mí era algo nuevo lo que estaba viviendo, nunca me había pasado", explica sobre el inicio de los hechos, que a pesar del paso de los años y de las reiteradas denuncias no solo no cesan, sino que se acrecientan.

Teme que todo termine de la peor manera, pero el temor no la paraliza y busca ayuda: "Yo no voy a terminar en un cajón, están todos pendientes. Yo le dije a mi mamá que ella no me crió a mí para esto, para que terminen pidiendo justicia por mí".

Uno de los episodios que rememora es cuando ya no temió solo por su seguridad. "Tenía 3 o 4 meses de embarazo de mi hijo menor, me empujó y me hizo golpear la panza contra la cuna. Fuimos a la clínica porque empecé con contracciones y mi ginecóloga le dijo que yo corría riesgo de pérdida", recuerda.

Relata que el primer paso fue alejarla de sus vínculos y comenzar a celarla hasta con su propia familia. "Yo no podía saludar a nadie en la calle, no me podía juntar con nadie", cuenta.

Por estos episodios Verónica comenzó terapia psicológica, hasta que en 2015, luego de amenazas y golpes, hizo su primera denuncia en la comisaría quinta por violencia de género en contra del sargento ayudante Elbio Darío Quiroga, que por entonces se desempeñaba en la comisaría primera.

Luego de aquella primera denuncia él fue trasladado a la escuela de entrenamiento, donde ahora se encarga de enseñar defensa personal. "El sigue ahí, en una escuela llena de armas", advierte.

La primera denuncia desnudó lo que Verónica señala como complicidad policial, hechos que también denunció. "En la quinta todos lo conocen porque es policía y le avisaron que lo denuncié. La policía de la quinta siempre me denigró", acusó.

Verónica admitió que luego levantó la denuncia, ante pedidos de perdón, promesas de cambios y por miedo a que él perdiera su trabajo y sus hijos se quedaran sin comer. Además, terminó volviendo con él porque no tenía adónde ir con sus hijos.

"Habíamos llegado a una mediación por la cuota alimentaria, que era de 3 mil pesos . Él me depositó dos meses y yo le devolvía la plata", cuenta.

Mientras Verónica intentó trabajar como empleada doméstica, puso una sandwichería y hasta atendió la despensa de una amiga. "Se enojaba y me humillaba diciendo que eso no era trabajo y que yo no había terminado ni el secundario. Como mi psicólogo me ayudó a recuperar mi autoestima, a mí ya no me interesaba lo que decía y ahí comenzó a maltratar a los chicos. Tengo fotos, los dejó marcados", advirtió.

Verónica fue optando por asentar exposiciones "para no perjudicarlo", hasta que el 19 de agosto del año pasado realizó una nueva denuncia que terminó con la exclusión de hogar y el retiro de su arma reglamentaria. Contó que ese día la amenazó con un revólver.

Fueron a su casa a hacerle una requisa y a buscar el arma con la que la amenazó. "Él, sentado y desde la cama, le indicaba a la jefa de la comisaría, Verónica Brito, donde tenía que revisar. Nunca revisaron su ropa. Dieron vuelta la casa pero por donde él decía.... Le pedí a los policías que intervengan ante sus amenazas, pero no decían nada", recordó.

Desconfiada de los colegas de su expareja, se comunicó al 144, la línea nacional de denuncia, que se comunicó con la comisaría. "Recién entonces vinieron a sacar sus cosas, también hablaron con mi consigna policial, que no quería darle el nombre, y se comunicaron directamente con la comisaría. Ahí la chica del 144 me confirmó que lo estaban tapando por ser efectivo policial", indicó la mujer.

Desde aquella denuncia de Verónica, ella quedó viviendo con sus dos hijos en la casa ubicada en un terreno que comparte con el hermano y el padre de su expareja, a quien también denunció por amenazas. Desde entonces convive con vigilancia policial porque su agresor viola la prohibición de acercarse a ella y la sigue amedrentando.

El denunciado, Elbio Darío Quiroga, también realizó diferentes denuncias por usurpación y hurto contra ella. "Yo denuncio y no me llevan el apunte, él me denuncia y a los dos días me llega la notificación de la fiscal", aseguró.

Si bien se fijó un régimen de visitas para sus dos hijos, Verónica pide que se suspenda. Asegura que, en una audiencia con el juez Raúl Soria y la asesora de Incapaces Carina Quinteros sus hijos dijeron que no querían ir con su padre. "El juez le dijo que si volvía a tener violencia con mis hijos le quitaría el régimen de visita", aseveró.

Verónica asegura que no quiere que su ex pierda el trabajo ni que termine preso. "Solo quiero que deje de hostigarme, que pare con la violencia, porque es lo mismo que vivir con él", rogó públicamente.

 

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