20.000 leguas de viaje submarino. Julio Verne fue un escritor genial, capaz, simultáneamente, de entretener al lector, de enseñarles geografía y de sugerir inventos que más tarde se materializarían, como el del submarino, protagonista no humano de la novela “20.000 leguas de viaje submarino”, que narra las peripecias del submarino Nautilus, su capitán, Nemo, y quienes son rescatados del naufragio que el propio submarino infligió a dichos tripulantes.
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20.000 leguas de viaje submarino. Julio Verne fue un escritor genial, capaz, simultáneamente, de entretener al lector, de enseñarles geografía y de sugerir inventos que más tarde se materializarían, como el del submarino, protagonista no humano de la novela “20.000 leguas de viaje submarino”, que narra las peripecias del submarino Nautilus, su capitán, Nemo, y quienes son rescatados del naufragio que el propio submarino infligió a dichos tripulantes.
El Tribuno ha cumplido con creces “las 20.000”, pues acumula bastante más días (en lugar de leguas) que esa cifra de la novela de Verne, a la vez que, de manera similar, viene narrando las “peripecias” de su “tripulación”, que somos todos los salteños y algunos más de la Provincia de Jujuy e incluso más allá, bajo la dirección de ya varios “Nemos” y su tripulación que han sabido mantener airosamente a flote el navío, mejorándole constantemente su performance a lo largo de todos los años desde que se cuentan estas “mágicas” 26.000 ediciones.
El papel de El Tribuno en nuestro medio
Sin desmerecer, por supuesto, el aporte de otros medios de prensa también gráficos, pasados y presentes, de Salta y el país y, obviamente, el periodismo radial, televisivo y de otras características que la tecnología pone ahora a disposición del público, es indudable que El Tribuno forma parte del acervo cultural de Salta de manera especialmente destacada y se proyecta a otras provincias de nuestro NOA.
Todos nos hemos enriquecido con las columnas de opinión, las páginas de arte, deporte e historia, las notas de nuestro interior provincial profundo, junto al aporte de inteligencias brillantes (el columnista que escribe se autoexcluye de esta clasificación, por supuesto) de nuestra Salta y de otras partes de la Argentina e incluso el mundo, pidiendo disculpas por no poner nombres ya que inevitablemente habrá omisiones.
Mención aparte, pero fundamental por su importancia, es la labor de investigación periodística de El Tribuno, que ha permitido, no solo echar luz sobre aspectos poco difundidos o menos destacados, como la presencia en la Provincia de muy avanzados instrumentos de auscultamiento de los cielos profundos capturando las radiaciones del espectro electromagnético, y también descubrir maniobras dolosas, como el robo de elementos de las obras para la dotación de gas, lo mismo que muchas otras expresiones delictivas que la investigación escrupulosa y completa de El Tribuno consiguió poner en evidencia. Nuevamente, se ofrecen disculpas por no poner nombres, porque inevitablemente quedarían muchos periodistas de excelencia omitidos injustamente, lo que no quita que todos ellos, lo mismo que los columnistas de primer nivel y “paladar negro” de este diario estén presentes en la memoria de quien esto escribe.
La experiencia de un columnista. Desde hace ya muchos años de manera regular, este columnista ha encontrado en El Tribuno un espacio de absoluta comodidad para expresar sus ideas, adhiriendo al concepto de libertad de prensa como “una avenida de doble mano”, vale decir, un camino en el que el articulista tiene derecho a expresar sus ideas (desde una “mano”) y el medio periodístico (desde la otra “mano”) tiene el suyo de aceptar o no la propuesta de publicación, amparándose, ambas partes, en las “reglas de tránsito”, que establecen el respeto recíproco y el especial que merece el público lector. Este columnista se ha permitido escribir sobre una variedad de temas que incluyen su especialidad (Economía), sus preocupaciones (la Provincia y la Argentina) y sus inclinaciones políticas (afiliado a la UCR), sin esconder posicionamientos, y esforzándose por incluir siempre una fundamentación rigurosa de sus puntos de vista, con estadísticas, en algunos casos, o con ejemplos de tipo conceptual en otros, con los que se hizo siempre el máximo esfuerzo por mostrar que las ideas y propuestas que se ponían por escrito, no eran “charlas de café” sino planteos que, sin duda perfectibles y abiertos a otros más elaborados, podían llevarse a la práctica.
Es probable que los cordiales saludos que este columnista recoge en su también papel de docente universitario (ya cumplido al haber completado su ciclo y estar “felizmente” jubilado) se inscriban en la misma línea de los elogios que ha recibido por algunas de sus notas en el diario. En ambos casos, se puede pensar que se tiene una legítima satisfacción de considerar que “se ha cumplido el deber”, esto es, haber logrado transmitir lo poco que se ha aprendido junto a la experiencia acumulada, a estudiantes y lectores, y es probable también que todos, profesor-columnista y estudiantes-lectores, hayamos reunido más elementos a nuestro favor para ser mejores personas y contribuir también a construir una mejor Provincia, pues bien la merecen sus habitantes.