Los medios de comunicación social tienen una incidencia fundamental en la conservación de la cultura de nuestros pueblos en América Latina, así también inciden de manera negativa desvirtuando los valores de la misma sociedad.
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Los medios de comunicación social tienen una incidencia fundamental en la conservación de la cultura de nuestros pueblos en América Latina, así también inciden de manera negativa desvirtuando los valores de la misma sociedad.
Pueden ser factores de desestabilización social, religiosa y cultural, ya que manejan la formación de las conciencias, inciden en el lenguaje, las costumbres, las modas, el estilo de relacionarse socialmente.
Durante la cuarentena y las posteriores restricciones impuestas por el gobierno nacional, los medios de comunicación jugaron un papel principal a la hora de contener, entretener e informar a la población sobre ésta situación insólita y desconcertante que estábamos viviendo.
Nosotros, los que pintamos canas, somos de la generación Gütenberg, hombres y mujeres de papel y lápiz en mano, mientras los jóvenes y niños, ya pertenecen a la generación Ciber con una lógica de razonamiento diferente, con un sentido de la vida motivado más por el impulso y las sensaciones rápidas. Nuestros proyectos eran más pensados y con una lógica de razonamiento deductivo, mirábamos al futuro como algo lejano. Los “mass media” nos acompañaron desde fines del siglo XIX, con un vertiginoso crecimiento no solo en el cambio del formato, sino también de mentalidad. La comunicación social no es sólo un oficio o un hobby, se ha convertido en una verdadera profesión que requiere de la regulación del estado en todos sus aspectos.
Imaginemos Salta 100 años atrás, vista desde el cerro San Bernardo, era una ciudad pequeña con techos de teja rojizos y arboledas; pensemos en la Salta de hace 50 años, con sus techos de tejas y algunas antenas de televisión de canal abierto. Hoy miramos desde el cerro San Bernardo y podemos observar un verdadero bosque de antenas, desde los barrios más humildes hasta las casas más importantes. Antenas de todo tipo y una red enorme de cables de fibra óptica y tantos elementos que hacen a la moderna comunicación, donde van y vienen señales, mensajes, proclamas, sin clasificación ni distinción. Desde Salta a cualquier rincón del planeta y desde cualquier lugar del planeta en tiempo real hacia nuestra ciudad. Para los que nacimos sin televisión y vivimos nuestra primera infancia sin la misma, valoramos, admiramos, un avance difícil de medir y manejar en lo referente a la tecnología de la comunicación de masas. Juan Pablo II nos decía en Redemptoris missio: “El primer areópago del tiempo moderno es el mundo de la comunicación, que está unificando a la humanidad y transformándola - como suele decirse - en una “aldea global”. Los medios de comunicación social han alcanzado tal importancia que para muchos son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales. Las nuevas generaciones, sobre todo, crecen en un mundo condicionado por estos medios.
La comunicación es gozne y pilar para la persona. El ser humano se personaliza comunicándose. La comunicación es, a la vez, gozne y pilar de la sociedad, y ésta es el resultado de un complejo sistema comunicativo a todos los niveles: cultural, político, económico, etc. El éxito o fracaso de este sistema marca el éxito o fracaso de determinada sociedad. Los modernos medios de comunicación social son una prueba fehaciente de la importancia de este areópago que es el fenómeno comunicacional. Ellos representan hoy el areópago o el lugar de debate de los principales problemas de la sociedad. Son las nuevas catedrales de las ciudades modernas; ellos están creando una nueva cultura, son la nueva escuela y los nuevos maestros. Son canales de socialización, consultorio espiritual, psiquiátrico, sentimental, etc.
La construcción de una sociedad justa y libre necesita de la ayuda de los medios de comunicación, informando, no desinformando, diciendo la verdad, con objetividad y valentía, en un mundo que cada día se va a ir transformando en multipolar, no unipolar o bipolar. La función de los periódicos locales en el proceso de la comunicación y construcción de la sociedad es fundamental porque hace su esencia como uno de los elementos identitarios. El periódico local, en éste caso El Tribuno, forma parte de la identidad salteña, no sólo por perdurar en el tiempo, sino porque es el medio que une los diversos estamentos de la sociedad, desde la noticia social, política, cultural, hasta el clásico obituario que muestra el lado sensible del comportamiento de una comunidad. Salta es El Tribuno, y El Tribuno es Salta.
En estos nuevos areópagos se debaten el futuro de nuestro patria y de nuestro continente, por ello es necesario la formación de pensadores y personas que estén en los niveles de decisión. Son espacios óptimos para el diálogo. Por ello en nuevos formatos los periódicos y todos los medios deben ser más actuantes y eficaces.
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