Quienes lo vieron jugar señalan que Hugo Porta es, sin duda alguna, el argentino que mejor jugó al rugby en toda la historia. Tal catalogación no es caprichosa, tiene su sustento en hechos, datos y estadísticas que ponen al exapertura de Los Pumas dentro de un grupo único de deportistas nacionales que incluye nombre ilustres como Diego Maradona, Juan Manuel Fangio, Emanuel Ginóbili, Luciana Aymar o Guillermo Vilas.
Porta cumplió 70 años el pasado 11 de septiembre. Nació una década antes que Universitario RC, el club que lo recibirá el próximo 5 de noviembre con motivo de celebrar sus 60 años de vida. Tal vez el excapitán del seleccionado argentino ya iba por detrás de una pelota de rugby cuando la U daba sus primeros pasos como club en nuestra ciudad.
Hablar de Porta no solo es un referente del rugby argentino, sino también es una figura querida a nivel mundial. Y eso que nunca fue campeón del mundo, jamas pudo ganarle en veinte años de carrera en Los Pumas a los poderosos All Blacks, pero para su grandeza no necesitó nada de eso.
Porta llegó al puesto de apertura de casualidad, se había formado como medioscrum en el club Banco Nación, pero en su primer entrenamiento con Los Pumas en 1971 heredó la posición donde brillaría años más tarde.
Mientras practicaban un movimiento en un costado del rectángulo escuchó que el entrenador Ángel Guastella necesitaba un apertura para el ejercicio y llamaba a los gritos al apertura de Champagnat, que estaba en otro sector: “¡Hermida!, ¡Hermida!”, pero Hermida no escuchó. Guastella giró la cabeza y lo vio a él: “Pibe, alguna vez jugaste de apertura?”. “Sí, en cuarta”, le mintió. “Bueno, parate acá, agarrá la pelota, corré paralelo a la línea del ingoal y cuando te grito, pasala”. Esa noche nació el diez.
Comienza a jugar en Los Pumas y ser figura en distintos partidos históricos como en 1979, donde por primera se le gana a Australia por 24 a 13 y luego repetiría en 1983 en Sídney. Uno de sus mejores años, sin duda, fue 1985 cuando logró ganarle por primera vez a Francia 24 a 16, donde anotó 16 puntos y fue clara figura. Ese mismo año Los Pumas consiguen el mejor resultado contra Nueva Zelanda luego de empatar 21-21, donde todos los puntos argentinos llegaron de la diestra prodigiosa de Porta. Asimismo, adquirió el Olimpia de Oro que se le hace entrega al mejor deportista de Argentina y para ponerle el broche al año la revista Midi Olimpique lo proclamó como el mejor jugador del mundo.
En 1987 jugó su único Mundial de rugby, que fue el primero de la historia para la disciplina. Los Pumas fueron sorprendidos por Fiji en su debut, vencieron a Italia en el segundo juego, pero cayeron contra Nueva Zelanda y no pudieron superar la primera fase. Porta jugó los tres partidos y anotó 40 puntos. Al año siguiente anunció su retiro del seleccionado nacional.
En 1990, a los 38 años, Porta vuelve a lograr lo que parecía imposible: el 14 de julio, de su mano ( y su pie) Banco Nación, el club en el que jugó toda su vida, le ganó a Inglaterra. Hoy esa fecha es celebrada anualmente como el día del club. A fin de año volvió a Los Pumas y, ante Escocia en Murrayfield, jugó su último partido.
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Quienes lo vieron jugar señalan que Hugo Porta es, sin duda alguna, el argentino que mejor jugó al rugby en toda la historia. Tal catalogación no es caprichosa, tiene su sustento en hechos, datos y estadísticas que ponen al exapertura de Los Pumas dentro de un grupo único de deportistas nacionales que incluye nombre ilustres como Diego Maradona, Juan Manuel Fangio, Emanuel Ginóbili, Luciana Aymar o Guillermo Vilas.
Porta cumplió 70 años el pasado 11 de septiembre. Nació una década antes que Universitario RC, el club que lo recibirá el próximo 5 de noviembre con motivo de celebrar sus 60 años de vida. Tal vez el excapitán del seleccionado argentino ya iba por detrás de una pelota de rugby cuando la U daba sus primeros pasos como club en nuestra ciudad.
Hablar de Porta no solo es un referente del rugby argentino, sino también es una figura querida a nivel mundial. Y eso que nunca fue campeón del mundo, jamas pudo ganarle en veinte años de carrera en Los Pumas a los poderosos All Blacks, pero para su grandeza no necesitó nada de eso.
Porta llegó al puesto de apertura de casualidad, se había formado como medioscrum en el club Banco Nación, pero en su primer entrenamiento con Los Pumas en 1971 heredó la posición donde brillaría años más tarde.
Mientras practicaban un movimiento en un costado del rectángulo escuchó que el entrenador Ángel Guastella necesitaba un apertura para el ejercicio y llamaba a los gritos al apertura de Champagnat, que estaba en otro sector: “¡Hermida!, ¡Hermida!”, pero Hermida no escuchó. Guastella giró la cabeza y lo vio a él: “Pibe, alguna vez jugaste de apertura?”. “Sí, en cuarta”, le mintió. “Bueno, parate acá, agarrá la pelota, corré paralelo a la línea del ingoal y cuando te grito, pasala”. Esa noche nació el diez.
Comienza a jugar en Los Pumas y ser figura en distintos partidos históricos como en 1979, donde por primera se le gana a Australia por 24 a 13 y luego repetiría en 1983 en Sídney. Uno de sus mejores años, sin duda, fue 1985 cuando logró ganarle por primera vez a Francia 24 a 16, donde anotó 16 puntos y fue clara figura. Ese mismo año Los Pumas consiguen el mejor resultado contra Nueva Zelanda luego de empatar 21-21, donde todos los puntos argentinos llegaron de la diestra prodigiosa de Porta. Asimismo, adquirió el Olimpia de Oro que se le hace entrega al mejor deportista de Argentina y para ponerle el broche al año la revista Midi Olimpique lo proclamó como el mejor jugador del mundo.
En 1987 jugó su único Mundial de rugby, que fue el primero de la historia para la disciplina. Los Pumas fueron sorprendidos por Fiji en su debut, vencieron a Italia en el segundo juego, pero cayeron contra Nueva Zelanda y no pudieron superar la primera fase. Porta jugó los tres partidos y anotó 40 puntos. Al año siguiente anunció su retiro del seleccionado nacional.
En 1990, a los 38 años, Porta vuelve a lograr lo que parecía imposible: el 14 de julio, de su mano ( y su pie) Banco Nación, el club en el que jugó toda su vida, le ganó a Inglaterra. Hoy esa fecha es celebrada anualmente como el día del club. A fin de año volvió a Los Pumas y, ante Escocia en Murrayfield, jugó su último partido.