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Críticas a la posición de Argentina por Nicaragua

La ONG Human Rights Watch señaló que la postura del Gobierno argentino es un "disparate".
Miércoles, 10 de noviembre de 2021 01:44

Human Rights Watch (HRW), una de las ONG más reconocidas a nivel mundial, cuestionó ayer la posición adoptada por el Gobierno argentino de Alberto Fernández respecto a las graves violaciones a los derechos humanos que se suceden en Nicaragua y a la farsa electoral que tuvo lugar el domingo pasado y que coronó a Daniel Ortega nuevamente como presidente. "Es un disparate", dijo su director ejecutivo para las Américas, José Miguel Vivanco, en un mensaje. "Disparate de la Cancillería argentina sobre Nicaragua", sostuvo. En su opinión, las elecciones y la detención de candidatos presidenciales son dos cosas distintas.

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Human Rights Watch (HRW), una de las ONG más reconocidas a nivel mundial, cuestionó ayer la posición adoptada por el Gobierno argentino de Alberto Fernández respecto a las graves violaciones a los derechos humanos que se suceden en Nicaragua y a la farsa electoral que tuvo lugar el domingo pasado y que coronó a Daniel Ortega nuevamente como presidente. "Es un disparate", dijo su director ejecutivo para las Américas, José Miguel Vivanco, en un mensaje. "Disparate de la Cancillería argentina sobre Nicaragua", sostuvo. En su opinión, las elecciones y la detención de candidatos presidenciales son dos cosas distintas.

A última hora del lunes, un día después de concretarse el fraude electoral, el Gobierno argentino evitó condenar las maniobras que ejecutó Ortega y su esposa Rosario Murillo para perpetuarse en el poder, apresando a los candidatos presidenciales que podrían competirle la primera magistratura. "A horas de haber finalizado el acto eleccionario, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones", estableció en su párrafo central la declaración de la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero. Curiosamente, en el mismo documento, el ministerio de Cafiero sí habla de temas internos de Nicaragua al hacer referencia a los presos políticos del régimen, aunque sin vincularlos con el acto eleccionario. Pese a no condenar las controvertidas elecciones, el Gobierno argentino reiteró su "preocupación ante la detención de dirigentes opositores" y "la necesidad de que el gobierno nicaragüense vele por el respeto de los derechos humanos de toda la población".

"En Argentina entendemos que la democracia supone respetar la diversidad ideológica y la participación cívica sin proscripciones. Debemos acompañar al pueblo de Nicaragua para que cuanto antes recupere el diálogo y la convivencia democrática", concluye el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Fernández. El repudio es general. Solo un puñado de países avalaron la farsa electoral montada por el dictador Ortega en Nicaragua. Entre esos países se destacan Rusia, Venezuela, Bolivia, Cuba, Irán y Argentina.

Presión de Juntos por el Cambio

La alianza opositora Juntos por el Cambio exigió al Gobierno que repudie el resultado de las elecciones en Nicaragua, a las que definió como "una parodia ilegítima y antidemocrática. Como fuerza política constituida sobre los valores y principios republicanos, los partidos políticos que integran Juntos por el Cambio rechazan categóricamente el resultado de las elecciones realizadas el pasado domingo en Nicaragua, e instan al Gobierno a sumarse a la comunidad internacional en su repudio", señaló el espacio opositor. A través de un comunicado, Juntos por el Cambio cuestionó el proceso electoral en el país caribeño y afirmó que "se trató de una parodia ilegítima y antidemocrática, sin condiciones ni garantías mínimas para ser consideradas elecciones transparentes, creíbles, libres, justas e inclusivas. Su único objetivo fue silenciar la voluntad del pueblo nicaragüense y perpetuar en el poder a los dictadores (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo", subrayó el texto difundido. Asimismo, la alianza opositora repudió "en los mismos términos la anulación de las libertades políticas y civiles de los nicaragüenses, las violaciones a sus Derechos Humanos, los encarcelamientos de opositores y las intimidaciones del FSLN para forzar un resultado electoral contrario a la voluntad popular, a costa de muertos y decenas de miles de exiliados".

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