Aunque las autoridades sanitarias de Rusia sostienen que en la última semana la situación epidémica ha experimentado una ligera mejora, el país registró ayer 1.211 fallecimientos por COVID-19, nuevo máximo diario desde el estallido de la pandemia.
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Aunque las autoridades sanitarias de Rusia sostienen que en la última semana la situación epidémica ha experimentado una ligera mejora, el país registró ayer 1.211 fallecimientos por COVID-19, nuevo máximo diario desde el estallido de la pandemia.
El nuevo récord de muertes se produce a la vuelta de los siete días no laborables decretados en el país por el presidente, Vladimir Putin, para intentar cortar la cadena de contagios.
Desde hace tres semanas la cuarta ola de la pandemia se cobra diariamente más de mil vidas en Rusia, siendo el país que más fallecimientos registra en una sola jornada. Y es el primer país del mundo con más casos diarios. En las últimas 24 horas fueron notificados 39.160 contagios en sus 85 regiones.
Pese a ello, la jefa del jefa del Servicio de Defensa del Consumidor, Anna Popova, destacó que la semana pasada se registró una "disminución significativa" del ritmo de incremento de casos. "Si hace cuatro semanas el ritmo de incremento semanal era de casi el 18%, la semana pasada fue del 2,1%. Esto muestra la ralentización del proceso epidémico y desde luego es un resultado de los días no laborables", dijo Popova.
Millones de enfermos
Coincidió con esta apreciación el ministro de Sanidad, Mijaíl Murashko, quien destacó que la semana pasada "por primera vez en dos meses disminuyó el número de pacientes bajo observación médica". Aunque precisó que "sigue siendo una cifra bastante elevada, ya que son 1.360.000 personas".
El titular de Sanidad destacó la utilidad del requerimiento de códigos QR, que identifican a los vacunados y a la personas que han superado la COVID-19, para ingresar en espacios públicos en muchas regiones del país. "Se trata de una forma de garantizar la seguridad de la población", señaló.
Las autoridades atribuyen el agravamiento de la situación epidémica al factor estacional, a la llegada del otoño y el consiguiente descenso de las temperaturas, así como a la variante Delta ya que los enfermos contagiados con esta cepa "requieren más hospitalizaciones, en primer lugar de los no vacunados, incluidas personas jóvenes". Por ello, explicó, "pese a la disminución de los casos activos, la necesidad de camas se mantiene".
Campaña lenta
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades rusas es la lentitud con que avanza la campaña de vacunación, principalmente por la reticencia de los ciudadanos. Según datos oficiales, poco más de 57,2 millones de ciudadanos han recibido la pauta completa de vacunación, lo que supone solo el 48% de la meta que se plantea el Gobierno para alcanzar la inmunidad colectiva.
"Actualmente en el país hay 400 vacunados por cada 100.000 personas", dijo Murashko. Y destacó que la pasada semana no laborable se vacunó a 3,7 millones de personas.
Para impulsar la campaña de vacunación, el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, informó que casi 80 millones de dosis de vacunas han sido enviadas a todas la regiones del país.
"Por instrucción del presidente (Putin) estamos aumentado las pruebas de detección a los ciudadanos. En el país trabajan ya más de mil laboratorios", dijo el jefe del Gobierno.
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