Como parte de un novedoso sistema de contención integral para un joven afectado por el consumo de drogas y en virtud de leyes de protección familiar, comenzó a funcionar ayer en Tartagal una “Casa de Medio Camino”, dispositivo multidisciplinario creado y adoptado tras un arduo trabajo de seguimiento por parte de la Defensoría Oficial.
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Como parte de un novedoso sistema de contención integral para un joven afectado por el consumo de drogas y en virtud de leyes de protección familiar, comenzó a funcionar ayer en Tartagal una “Casa de Medio Camino”, dispositivo multidisciplinario creado y adoptado tras un arduo trabajo de seguimiento por parte de la Defensoría Oficial.
La historia de este caso se dio en el marco de un proceso de restricción de capacidad y en un contexto psiquiátrico gravísimo, donde la madre del paciente sufría violencia sistemática de su hijo enfermo. A instancias del planteo efectuado por el equipo de trabajo a cargo de la Normalización de la Defensoría Oficial Civil Nº 1 de Tartagal, compuesto por Luis Gerardo Véliz, defensor, y Santiago Sotelo López, secretario letrado interino, la jueza de Personas y Familia Nº1 de Tartagal, Claudia Viviana Yance, en lo que se considera “un esfuerzo de coordinación institucional sin precedentes en la materia” dispuso la novedosa implementación de un plan estratégico de abordaje conformando una “Casa de Medio Camino”, asegurando tanto los derechos del paciente, como los de su madre y hermanas.
El caso abordó la grave crisis familiar de un joven de 20 años con diagnóstico presuntivo de esquizofrenia paranoide y trastornos mentales y del comportamiento, derivados del consumo de múltiples drogas y de otras sustancias psicoactivas. Sus padecimientos mentales comenzaron en la preadolescencia, con el consumo de drogas en un contexto de marginalidad que se fue agravando con el tiempo.
Su madre (empleada doméstica de la localidad de Aguaray) y sus hermanas, durante años hicieron hasta lo imposible para ayudarlo, acudiendo a todas las instituciones de Salud Pública en busca de una respuesta, con resultado invariablemente negativo.
Un peligro para todos
El panorama se agravó con el paso del tiempo, pues a causa de su enfermedad el joven se tornó violento e impulsivo, dando como resultado una situación sumamente peligrosa para la vida, seguridad e integridad de las mujeres que lo cuidan, para su propia vida y para terceros. El flagelo social de la droga llevó al joven y a su familia a una situación límite.
La Defensa Pública, siguiendo los lineamientos de las leyes de protección de las mujeres 7.888 y 26.485, introdujo un planteo de protección de la madre para procurar que el tratamiento y la externación se cumplieran resguardando la vida y la seguridad de las mujeres de su familia.