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El Águila y el Dragón tras la pandemia

Sabado, 13 de noviembre de 2021 01:03

China se expandió +4,9% anual (+0,2% tr./tr.) entre julio y septiembre de este año, el menor nivel de los últimos 12 meses, comparado con el crecimiento de +7,9% anual que experimentó en el segundo trimestre de 2021.

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China se expandió +4,9% anual (+0,2% tr./tr.) entre julio y septiembre de este año, el menor nivel de los últimos 12 meses, comparado con el crecimiento de +7,9% anual que experimentó en el segundo trimestre de 2021.

Aun así, el PBI se expandió +18,3% anual en el primer trimestre del año, récord histórico absoluto desde que se llevan registros (1991).

El impulso central del auge extraordinario del primer trimestre fue la expansión excepcional de la producción industrial, que se elevó +24,5% entre enero y abril de este año.

Esto fue acompañado por un alza notable del comercio exterior (exportaciones + importaciones), que creció +30,5% anual en los primeros 6 meses del año, debido a una economía mundial en plena expansión que crecería entre 8% y 9% en 2021.

Esta situación ha profundizado el papel de China en la economía mundial y la ha hecho responsable de más de 40% del crecimiento del PBI global en 2021, así como ha ratificado su condición de principal socia comercial de 144 países en el mundo, sobre 192 representados en las Naciones Unidas.

El rasgo propio del ciclo económico chino es que su recuperación se encuentra adelantada en un trimestre respecto al sistema global, de modo que el crecimiento fenomenal de la demanda externa encontró a China con un sistema industrial completamente normalizado.

Las altas y bajas del ciclo chino no modifican la estrategia de fondo de la República Popular, constituida por dos vectores fundamentales: la búsqueda sistemática de una sociedad basada en la "prosperidad común", que es la multiplicación de oportunidades económicas, sociales, y culturales para la masa de la población, que provoque una mejora significativa y acumulada de la calidad en las condiciones de vida, sobre la premisa de que esto debe ocurrir sin distinción alguna entre las provincias costeras y el Interior, los sectores rurales y urbanos y entre los grupos de mayores ingresos (hay 2.924 billonarios en China) y los de menores recursos.

La "prosperidad compartida" nada tiene de esfuerzo igualitario y de búsqueda de un mínimo común denominador. Aquí lo que está en marcha es una suerte de "larga marcha" de carácter ascendente, en términos de oportunidades y de riqueza del conjunto social.

El segundo trazo crucial de la estrategia china es la conversión del sistema productivo y de servicios en una "economía digital", que hoy abarca a más de 40% del PBI (U$S 6,9 billones); y treparía a 70% o más en 2030.

Esto es lo que explica que EEUU, la primera potencia mundial, esté disputando la primacía con China en lo que se refiere al dominio de las tecnologías de avanzada de la Cuarta revolución industrial. Lo está haciendo con un país que descubrió el capitalismo hace solo 4 décadas. Esto es lo que significa la aceleración histórica.

El núcleo de esta "economía digital" es la Cuarta Revolución Industrial, que significa la digitalización completa y forzada de la manufactura y los servicios, utilizando 3 tecnologías centrales, que son la Inteligencia artificial, la Internet de las Cosas (IoT) y la robotización.

De ahí que se haya decidido multiplicar por 4 el gasto en investigación y desarrollo (I&D) en los próximos 10 años (hoy ascienden a 2,7% del producto) y a transformar en centros mundiales de innovación y alta tecnología a las 2 grandes mega-urbes del Norte y el Sur (la primera Jing-Jin-Ji, con epicentro en Beijing, y la segunda el conjunto formado por Hong Kong, Shenzhen y Macao).

Biden, economía y crisis política

La crisis estadounidense es política y no económica La economía norteamericana, la primera del mundo (U$S 21,9 billones/25% del PBI global) creó 194.000 puestos de trabajo en septiembre de 2021, que fueron 300.000 menos de los esperados, en tanto la tasa de desocupación cayó a 4,8% y el número de trabajadores que reingresaron en la fuerza de trabajo disminuyó en 148.000 respecto al mes anterior.

Esto significa que la tasa de participación laboral no se ha modificado (61,6%), pero aun así está 1,7% por debajo de los niveles de febrero de 2020, en la etapa prepandemia. Son unos 5 millones de trabajadores menos que los empleados entonces.

Por su parte, la pequeña y mediana empresa, sobre todo del sector servicios, que permaneció cerrada durante la cuarentena del segundo y tercer trimestre del año pasado, fenómeno que desató una tasa de desocupación de hasta 14%, ahora en estos 3 meses de julio, agosto y septiembre ha creado 526.000 empleos, y ofrece como principal restricción para su plena actividad la carencia de trabajadores suficientes.

De ahí que la desocupación declinara en septiembre de 5,2% a 4,8%; y que el alza de los ingresos reales de los trabajadores haya trepado +9.5% en los 12 meses previos.

La razón de ese incremento notable es que la productividad creció más de 4.5% anual en ese periodo.

En suma, el ciclo estadounidense ha sido de alza de los salarios reales + auge de la productividad, lo que asemeja la situación norteamericana a un boom económico en ciernes.

La economía de EEUU, en síntesis, se muestra notablemente fuerte y vigorosa en la etapa pospandemia. Por eso es que se apresta a concluir el año con un alza de 6,5% anual, o más, y una desocupación de 3,5%, o menos.

Significa que estaría a solo 0,5% del récord histórico del último trimestre de 2019 (3%) cuando fue la más baja de los 60 años previos.

En un sentido estricto, no hay desocupación en EEUU sino una situación de sobreempleo al duplicar el número de puestos de trabajo ofrecidos a los desempleados en condiciones de ocuparlos.

Lo que tiene EEUU es una crisis política de extraordinaria envergadura, con el presidente demócrata Joe Biden que dispone de solo 37% de apoyo en la opinión pública en 9 meses de gobierno y que con esta nula base de apoyo intenta una agenda de gasto público por más de U$S 5,3 billones, que es la mayor desde la "Gran Sociedad" lanzada por el presidente Lyndon Johnson en la década del 60.

Esto lo hace cuando los demócratas tienen una mayoría de solo 8 bancas en la Cámara de Representantes y una paridad completa (50 a 50) en el Senado.
Esto coincide con una situación en que la totalidad de las encuestas dan por derrotado al oficialismo en las elecciones de medio término de noviembre de 2022, en las que está en juego el control de las 2 Cámaras del Congreso.
EEUU ha experimentado en Afganistán en el último mes la segunda derrota de su historia, después de la que sufrió en Vietnam en 1975 y ahora, al igual que entonces, esto ha implicado el ingreso de la superpotencia en una etapa de enorme debilitamiento internacional, que cambia los términos de la ecuación de poder en el mundo, sobre todo frente a China la otra superpotencia del sistema global que hoy se encuentra en una etapa de nítido ascenso histórico, y cuyo poder combinado político / económico/militar se aproxima al de EEUU y la coloca en condiciones de paridad.
La crisis de la frontera Sur, con la irrupción de más de 2,5 millones de inmigrantes ilegales, provenientes de Centroamérica, Haití y el mundo entero, se transforma en la otra cara del extraordinario éxito económico y social norteamericano, que despierta en forma irresistible en las multitudes marginadas y excluidas del sistema global la pasión por compartir el “Sueño Americano”.
Por último, el grado extremo de polarización, fragmentación y enfrentamiento interno de EEUU es hoy el más intenso desde la Guerra Civil de 1861/1865, en que murieron en combate más de 1 millón de soldados tanto de la Unión como de los Confederados.
El problema de EEUU -lo que convierte a EEUU en un problema- es político y no económico. El inconveniente que hoy tiene la gran civilización norteamericana es que esta crisis modifica en sus raíces los términos de la ecuación de poder en el mundo y abre una etapa histórica de enorme incertidumbre de raíz estructural en la política internacional del siglo XXI.

* Presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico.

 

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