¿Qué balance de los resultados está haciendo el día después de las elecciones?
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¿Qué balance de los resultados está haciendo el día después de las elecciones?
Es un resultado importante. Desde 2005 que no ingresan dos diputados por el mismo espacio. Le dedicamos mucho tiempo a la campaña en el interior. Recorrimos toda la provincia. No alcanzó el tiempo para dedicarle lo mismo a la capital y eso se reflejó en el resultado. Pero muy contento porque arranqué una campaña con muy bajo nivel de conocimiento, de alrededor del 35%.
Soy parte de una generación que no tiene la misma mirada que la generación de más de 60, que tiene una mirada más de disputa de la política.
Entendíamos que en este proceso que vivía la Argentina el actor central tenía que ser el emprendedor, la pyme, los que más la reman. Fuimos a hablar con ellos y optamos por una campaña en la cual la cara sean nuestras propuestas y no el choque con espacios. Cambiemos planteó una campaña basada en la diferenciación de los espacios políticos.
¿Qué factores incidieron para que se dé este resultado favorable al Gobierno de la Nación en Salta, a diferencia de lo que pasó en muchas otras provincias?
En la capital aumentamos casi 24 mil votos con respecto a la sumatoria de los dos frentes en la elección provincial. Sumando Salta para Todos y Frente de Todos, estuvimos 24 mil arriba. Eso es haber roto el techo que el espacio tenía en la capital. En la campaña estuve con productores agropecuarios y empresarios de turismo. Estuve con mucha gente que no tiene simpatía por el Frente de Todos, pero nos decían “te voy a votar porque me convenció tu mirada para Salta”. Entonces, creo que eso es parte de la explicación del resultado. Que se transmitiera mi mirada de la economía y no la disputa de la política, que hubiera establecido diferencias naturales con sectores que no tenían buenos ojos para el Frente de Todos.
En el interior le pusimos el cuerpo, recorrimos 23 mil kilómetros. Tuvimos acompañamiento de muchos intendentes que nos apoyan naturalmente. Muchas veces, cuando los intendentes nos acompañan, surge el fantasma de que “los obligaron”. No, los intendentes peronistas trabajan en el Frente de Todos. Sería antinatural verlos en otro espacio. Así como gran parte de los funcionarios de capital se sintieron identificados con Zapata y trabajaron ahí.
En capital no hemos llegado a todos los sectores con los que queríamos hablar. No soy una persona conocida, o no lo era. Por otro lado, la desatención que había en muchos lugares con respecto a la elección generaba una polarización automática. Si alguien no sabe que hay elecciones y quiénes son candidatos, termina decidiendo sobre la base de la grieta y no de la propuesta.
Todos los sectores tuvimos dos desafíos después de las PASO. El primero fue aumentar el porcentaje de votantes y aumentaron casi 50 mil votos. Otro era reducir la cantidad de votos en blanco y se redujo. Nuestro espacio político aumentó 22 o 23 mil votos desde las PASO.
Muchas veces en los espacios priman los que están dispuestos a construir consenso y diálogo, pero los más ruidosos tienen más micrófono o pantalla. En Cambiemos hay mucha gente que tiene propensión al diálogo, pero siempre aparece un Fernando Iglesias o una Patricia Bullrich que rompe todo. Es algo que generacionalmente queremos cambiar. Es un desafío hacia adelante.
Los políticos se deben hacer cargo de que, mayormente, son los que mantienen el discurso de “ellos y nosotros”...
El “ellos o nosotros” es algo nos tiene bastante saturados. Hay que pedir el voto a la gente por proponer algo no por ser la antítesis de otro. Es un proceso que hay que revertir en la Argentina. Los políticos tradicionales, creo que en este caso en Salta, están quedando de lado. La sociedad los está corriendo. Lo hemos visto en las elecciones provinciales. La mayor parte de los que tenían 20 años en la política quedaron fuera del esquema de representación de la ciudadanía.
Desde su punto de vista de economista, ¿en qué términos piensa que se va a dar el acuerdo con el FMI?
En términos pragmáticos, desde la posguerra no hay un solo caso exitoso de plan económico del FMI. Todos generaron mayor recesión y necesidad de ayudas y salvatajes. Eso nos dice, a la luz de los resultados, que si lo que se pide es un proceso de recesión, se van a agravar los problemas. Hay un caso de salida exitosa, que fue el de la Argentina posterior a 2001 porque se entendió que la economía tiene que crecer.
Argentina está creciendo. Este año va a crecer un 9 por ciento. No se siente en el bolsillo de la gente. Claramente, no se va a sentir pero cuando uno mira todos los indicadores de la macro están por encima de 2019: exportaciones, balanza comercial, construcción, patentamiento... Argentina va a un camino de recuperación. Lo que no puede suceder es que se corte porque haya que recortar obras públicas, sueldos y demás.
¿El congelamiento de precios puede dar algún resultado o es un arma de doble filo?
No es una política de largo plazo que resuelva el fondo de la cuestión. Sí son cuestiones de corto plazo que ayudan. Desde 2008 hasta hoy la Argentina lo tuvo todos los años, incluso con Cambiemos.
Del primer semestre del año pasado al primer semestre de este año hay empresas que incrementaron su margen bruto de ganancias del 23 al 37 por ciento. Ahí está la explicación de porque la macro no está llegando al bolsillo de la gente. Estoy hablando específicamente de alimentación, laboratorios y acero.
El hierro subió 100 por ciento en dólar billete en un año, en un país donde las tarifas están congeladas, hay ATP, está cerrada la importación de acero chino que vale 50%...
Esas son las cosas que van cerrando el traslado de la macro a la microeconomía. Son sectores donde se están visibilizando aumentos de precios que no van en línea con el resto de la economía. Están por encima de la inflación y el dólar, con lo cual algo evidentemente hay para charlar con esos sectores.