En medio de la movida en la cartera de Seguridad y Justicia que se viene realizando en Salta, en el norte la inseguridad acorrala a vecinos y comerciantes. A través de sus distintas modalidades, hechos de robos y hurtos prevalecen por sobre otros delitos. Atracos contra viviendas y comercios, sin o con gente adentro; asaltos a mano armada a personas o locales comerciales son algunos de los hechos recurrentes, que van en aumento.
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En medio de la movida en la cartera de Seguridad y Justicia que se viene realizando en Salta, en el norte la inseguridad acorrala a vecinos y comerciantes. A través de sus distintas modalidades, hechos de robos y hurtos prevalecen por sobre otros delitos. Atracos contra viviendas y comercios, sin o con gente adentro; asaltos a mano armada a personas o locales comerciales son algunos de los hechos recurrentes, que van en aumento.
Los trabajadores norteños intentan salir de una profunda crisis que causó, y sigue causando, la pandemia. En ese contexto, también afrontan desde hace un tiempo largo, incluso mucho antes de la irrupción de la COVID-19 en el mundo, el traumático problema de la inseguridad.
En un robo a una fiambrería, en la avenida Esquiú, la víctima expresó que un hombre ingresó con un arma de fuego exigiendo la recaudación. "Dame la plata", gritó el ladrón mientras la apuntaba, según la denunciante, pero la mujer le dijo que recién abría y no tenía nada en la caja. Frente al temor y la reacción que pudiera tener el delincuente la víctima entregó su celular. El ladrón se retiró a bordo de una moto FZ.
Una gran cantidad de episodios delictivos se producen los fines de semana; otro de ellos fue el ocurrido en una vivienda del pasaje Carmen Olivera, donde los ladrones ingresaron y se llevaron dos televisores, una bomba periférica, una estufa, entre otros objetos de valor.
Fuentes policiales indicaron que en el momento de la sustracción no había nadie en el domicilio, los dueños se retiraron por la mañana y regresaron por la noche, momento en que se sorprendieron por el robo sufrido.
Sobre calle López y Planes de la ciudad de Orán se consumó otro de los múltiples robos. Dos mujeres fueron interceptadas por delincuentes, quienes se movilizaban en una moto 110cc. Las víctimas sufrieron la sustracción de sus carteras y teléfonos celulares.
"Nos sentimos desprotegidos cada vez que salimos a la calle", expresó una de las víctimas, quien prefirió preservar su identidad por temor a que le sucediera algo. Los robos se producen a diario en Orán a cualquier hora del día y cada vez con más frecuencia, en sasas de familia, en las calles, en establecimientos educativos y hasta en templos religiosos.
Una empresa de transporte también fue víctima de la inseguridad cuando un hombre ingresó al lugar señalando que uno de los colectivos de esa empresa lo había colisionado. Personal del lugar declaró ante los agentes de seguridad que el sujeto ingresó armado, tras lo cual alertaron a la Policía, que detuvieron al hombre y le secuestraron un arma de fuego 9mm con cargador.
Comerciantes y vecinos de Orán están indignados por la inacción policial frente a hechos de violencia e inseguridad diarios. Cuando los uniformados logran atrapar a algún ladrón, muchas veces la Justicia se encarga de liberarlos a las pocas horas.