Cinco días después de que la concejala capitalina Romina Arroyo propusiera que desde el Estado se provea un kit de protección a las mujeres que sufren violencia de género, continúa la discusión pública en torno al tema.
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Cinco días después de que la concejala capitalina Romina Arroyo propusiera que desde el Estado se provea un kit de protección a las mujeres que sufren violencia de género, continúa la discusión pública en torno al tema.
El miércoles último, en la sesión del Concejo Deliberante, la edila manifestó que quienes sufren violencia deberían contar con un kit de seguridad compuesto por gas pimienta y un aparato inmovilizante, similar a las pistolas Taser, que les permita actuar de forma urgente y salvar sus vidas.
Horas después, un grupo de organizaciones feministas y de derechos humanos, bajo el eslogan #NoEnNuestroNombre, publicó un comunicado en el que rechazaron la propuesta de la concejala por considerar que este refleja “el total desconocimiento de la problemática de violencia de género como clara violación a los derechos humanos”.
Cuestionaron que se tenga que poner en manos de las mujeres “kit mágicos” para defenderse ante agresiones. Señalaron que se necesitan “políticas públicas con perspectiva de género y presupuestos reales para prevenir y erradicar la violencia”.
Tras ser consultada, la concejala expresó que con esta idea no pretende solucionar la problemática de la violencia de género, sino acercar “una medida concreta que busca dar respuesta a algo urgente”.
“Nadie dice que el gas pimienta va a solucionar la violencia de género. Propongo que una mujer, en una situación extrema de peligro pueda, a través del gas pimienta, salir corriendo y salvar su vida”, señaló.
Arroyo mencionó que en la actualidad, “ante la falta de respuesta del Estado, muchas mujeres en Salta utilizan este tipo de herramientas, que les permiten tener cinco minutos para salir y pedir auxilio”.
“Prefiero una mujer que se defienda y no, una mujer muerta”, agregó.
“Hace ocho años estamos en emergencia y este año 13 mujeres fueron asesinadas, en su mayoría, acuchilladas. Si hubiesen tenido a mano gas pimienta o un objeto inmovilizante, quizás habrían salvado sus vidas”, reflexionó.
Mencionó que, después de hablar de este tema en el Concejo y en los medios de comunicación, muchas mujeres le escribieron para manifestar su apoyo a la iniciativa y para contarle que querían comprar gas pimienta: “Es una solución que las mujeres ya usan. Muchas se salvaron de situaciones de abuso sexual y de robo de esa manera”.
Arroyo consideró que el kit es una herramienta de protección urgente, que les permite a las personas en situación de peligro inminente ganar tiempo. “Esto no quita que necesitamos la consigna policial para el agresor, que la Justicia se debe acelerar, que los agresores deben estar presos y que hay que brindar contención interdisciplinaria en la provincia”, aclaró.
Consideró que es fundamental que haya educación sexual integral (ESI) en las escuelas, que el Polo Integral de las Mujeres atienda las 24 horas, que todos los municipios tengan oficinas de la mujer y que las que atraviesan situaciones de violencia tengan oportunidades laborales. Arroyo dijo que muchas mujeres, tanto de organizaciones como funcionarias, apoyan su propuesta y adelantó que se juntará con referentes y con diputados para trabajar en ella.
La edila es presidenta de la Comisión de la Mujer del Concejo Deliberante y creadora de la oficina que da asesoramiento a mujeres víctimas de violencia, entre otras iniciativas.