En el lote 75 Tierras Fiscales, de Embarcación, hay un paupérrimo velorio wichi. Un anciano originario de apellido Figueroa murió en extrañas circunstancias. El hombre era el proveedor de su familia. Su viuda, llorando, contó en su idioma wichi ante la cámara del profesor bilingüe Néstor Elio Fernández, la desolación que sienten porque ya no tienen sustento ni esperanzas. La miseria abunda en esa casa, faltan alimentos y sobran los lamentos por el que se murió y no traerá el pan mañana, ni nunca más. Salió a las 6 de la tarde del viernes y fueron los fieles perros caschis de la familia los que lo encontraron malherido al abuelo que fue a morir en el Hospital de Orán y ahora es llorado amargamente por su viuda, sus hijos y sus nietos.
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En el lote 75 Tierras Fiscales, de Embarcación, hay un paupérrimo velorio wichi. Un anciano originario de apellido Figueroa murió en extrañas circunstancias. El hombre era el proveedor de su familia. Su viuda, llorando, contó en su idioma wichi ante la cámara del profesor bilingüe Néstor Elio Fernández, la desolación que sienten porque ya no tienen sustento ni esperanzas. La miseria abunda en esa casa, faltan alimentos y sobran los lamentos por el que se murió y no traerá el pan mañana, ni nunca más. Salió a las 6 de la tarde del viernes y fueron los fieles perros caschis de la familia los que lo encontraron malherido al abuelo que fue a morir en el Hospital de Orán y ahora es llorado amargamente por su viuda, sus hijos y sus nietos.
Lo están velando al estilo wichi, en un catre armado sobre cuatro palos con velas clavadas en el suelo como antorchas. En el patio de tierra, las ollas negras vacías expían el hambre de una familia, de toda una comunidad originaria que come de vez en cuando, una realidad que pocos pueden siquiera imaginar. Por eso, en el oscuro velorio del anciano wichi, piden ayuda con verdadera angustia. Necesitan comida y necesitan justicia. No tienen consuelo. El número para contactarse con la familia y colaborar con ellos es 3878613432.
Su hijo Luchín contó que fueron a buscar a su padre y lo encontraron muerto. “Hoy en todo el día no hemos comido nada. Necesitamos colaboración, mercadería, ropa, tenemos hambre”, dijo. Este domingo a las 9 será el entierro del anciano Figueroa. “Queremos justicia, queremos saber la verdad de lo que le han hecho a mi padre, quiénes le han hecho esto. Estamos cada vez peor, viviendo inseguridad, la policía dice que le agarró un ataque cerebral, pero eso no es verdad, mi papá no era así, hubo un ataque, seguro, pero no cerebral”.
El número para contactarse con la familia y colaborar con ellos es 3878613432.
La hija mayor del hombre fallecido dijo: “Ninguno cree que le dio un ataque”; ellos están seguros de que lo golpearon en la cabeza. “La remera estaba bien rota, cortada con cuchillo, todo moreteado, golpeado. Apenas lo han visto en el hospital de Orán nos han dicho que no iba a vivir, yo no sabía cómo decirle a mi mamá”.
La causa por la muerte este anciano wichi está en Orán porque murió en el hospital San Vicente de Paul. Piden justicia, “que encuentren al que lo atacó y que se vaya a la cárcel”, dice la familia al unísono.
Una nieta de don Figueroa contó: “Mi prima, la Camelia, me dijo: tenés que ser fuerte, el abuelo ya se ha ido. Yo la verdad que no quisiera perder otro familiar así. Que se haga justicia, que encuentren al que ha hecho esto, ¿quién me va a devolver al abuelito ahora? Está claro que lo han matado al viejito. El único que traía el pan al mediodía, el se iba temprano y algo para comer traía si o sí. El lunes lo vi por última vez, le cociné unas bombas de papa, estaba contento. Queremos que se haga justicia, lo han matado por $100 pesos y todos podemos correr la misma mala suerte”.