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La inolvidable “simultánea” de Bobby Fischer en el Salta Club

Al año siguiente de visitar Salta, se consagró campeón del mundo frente al soviético Boris Spassky.  
Domingo, 21 de noviembre de 2021 01:45

El pasado jueves 18 de noviembre hizo cincuenta años que arribó a nuestra ciudad el famoso y excéntrico ajedrecista norteamericano Robert James “Bobby” Fischer. Había llegado a la Argentina para jugar la final del Ciclo Candidatura ante el armenio Tigran Petrosian. El ganador debía enfrentar al campeón del mundo, el soviético Boris Spassky.
Era su tercera visita al país; la primera había sido en 1959 para el torneo Ciudad de Mar del Plata, cuando tenía 16 años de edad. La segunda en 1960, cuando no solo estuvo en la Perla del Atlántico sino que además participó del torneo Sesquicentenario de la Revolución de Mayo. Fue entonces cuando Bobby Fisher mostró su genio rebelde. Al momento de la inauguración todos los maestros estaban en sus sitios del escenario de juego, menos Fisher cuya silla permaneció vacía por varios minutos.
La tercera visita al país fue en 1970, cuando el ya famoso Fischer vino a participar del II Torneo Internacional, el Magistral Ciudad de Buenos Aires, realizado en una sala del Teatro San Martín. Fue entonces que su avasallante personalidad despertó una pasión irrepetible entre muchos ajedrecistas de nuestro país.
Al año siguiente, en septiembre de 1971 vino -como ya dijimos- a participar del Ciclo Candidatura frente a Tigran Petrosian, excampeón mundial de la Unión Soviética y a quien ya había vencido en Belgrado. El ganador enfrentaría en 1972 al maestro y campeón soviético Boris Spassky.
Fue tal el entusiasmo que generó este encuentro luego que se impusiera “Bobby” Fischer, que el ministro de Bienestar Social de la Nación, Francisco Manrique, lo contrató por US$17.000, para que recorriera ciudades del país haciendo simultáneas.

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El pasado jueves 18 de noviembre hizo cincuenta años que arribó a nuestra ciudad el famoso y excéntrico ajedrecista norteamericano Robert James “Bobby” Fischer. Había llegado a la Argentina para jugar la final del Ciclo Candidatura ante el armenio Tigran Petrosian. El ganador debía enfrentar al campeón del mundo, el soviético Boris Spassky.
Era su tercera visita al país; la primera había sido en 1959 para el torneo Ciudad de Mar del Plata, cuando tenía 16 años de edad. La segunda en 1960, cuando no solo estuvo en la Perla del Atlántico sino que además participó del torneo Sesquicentenario de la Revolución de Mayo. Fue entonces cuando Bobby Fisher mostró su genio rebelde. Al momento de la inauguración todos los maestros estaban en sus sitios del escenario de juego, menos Fisher cuya silla permaneció vacía por varios minutos.
La tercera visita al país fue en 1970, cuando el ya famoso Fischer vino a participar del II Torneo Internacional, el Magistral Ciudad de Buenos Aires, realizado en una sala del Teatro San Martín. Fue entonces que su avasallante personalidad despertó una pasión irrepetible entre muchos ajedrecistas de nuestro país.
Al año siguiente, en septiembre de 1971 vino -como ya dijimos- a participar del Ciclo Candidatura frente a Tigran Petrosian, excampeón mundial de la Unión Soviética y a quien ya había vencido en Belgrado. El ganador enfrentaría en 1972 al maestro y campeón soviético Boris Spassky.
Fue tal el entusiasmo que generó este encuentro luego que se impusiera “Bobby” Fischer, que el ministro de Bienestar Social de la Nación, Francisco Manrique, lo contrató por US$17.000, para que recorriera ciudades del país haciendo simultáneas.

 Fischer, en Salta

Y así fue que en el marco de la gira organizada por el Ministerio de Bienestar Social, Bobby Fischer inició por vía aérea su periplo de exhibición en la ciudad de Rosario. De Santa Fe pasó a Paraná y luego a Resistencia. Desde el Chaco partió rumbo a Salta la mañana del 18 de noviembre a bordo de una máquina de Aero Chaco. Su arribo al aeropuerto El Aybal estaba previsto minutos después de las 10 de la mañana, ya que por la tarde, a las 20, debía presentarse en el Salta Club para una simultánea con aficionados locales.
La noticia del arribo a nuestra ciudad de “Bobby” Fischer generó gran entusiasmo no solo entre los ajedrecistas locales sino también del público en general. La posibilidad de conocer al gran maestro de 28 años y retador del campeón del mundo, el imbatible soviético Boris Spassky, era algo imperdible y además, nunca antes visto por estas comarcas.
A las ocho de la noche, el Salta Club estaba abarrotado de gente por ver a “Bobby” Fischer pero este no aparecía. ¿Qué había pasado? Los rumores eran de los más variados hasta que El Tribuno dio la información precisa: el avión que debía trasladarlo había retrasado su partida desde Resistencia por problemas meteorológicos. Y por otra parte, el mal tiempo reinante en Salta había impedido que la máquina de Aero Chaco llegara a El Aybal, razón por la cual debió aterrizar en Tucumán. Estos inconvenientes hicieron que el gran maestro viajara hasta nuestra ciudad por vía terrestre. Según la información suministrada, Fischer había partido de Tucumán a las 18.30 en automóvil. Finalmente la ansiedad que reinaba en el Salta Club se apaciguó cuando El Tribuno, apostado en la garita policial de El Portezuelo, avisó que el coche que lo trasladaba ya había ingresado a la ciudad.

   “Bobby” Fischer y admiradores en el Salta Club.


Eran las 23.54 cuando Fischer llegó a las puertas del Salta Club. “Del automóvil baja un hombre de cabello rubio rojizo, traje negro, una figura larga y quizás con cierta muestra de cansancio, pero sonriente. ‘Bobby’ no es el ogro que pintan... No esta noche al menos...”, escribió el periodista.
Pero la crónica de aquella noche continúa: “Un aplauso cerrado y un entusiasta señor gordo grita inopinadamente: ¡Un aplauso para el futuro campeón del mundo...”.
“Nos acercamos tímidamente -continua el cronista- esperando una reacción de su parte, no se da cuenta que somos periodistas y le dice al maestro Hernán Pilknik: “Pero estas luces no son fluorescentes...”. Como puede don Hernán le explica que es luz de gas de mercurio, que es buena luz. Fischer escucha, sonríe y pronto da las primeras indicaciones.

 Competidores locales

Según el programa, en el Salta Club, “Bobby” Fischer debía enfrentar simultáneamente a Ildefonso Fernández, Alfredo Bass, Mocile Jovanovich, Juan Francisco González, Aníbal Aparicio, Diego Belmonte, Rolan Padra, Luis López, Jorge Yazbek, Jorge Reynaga, Felipe Guanca, Antonio Colodro, Norberto Sáenz, Carlos Domínguez, Francisco Izarduy y Gerardo Morales. Por el interior estaban Eduardo Poma, de Metán y Fredy Abud, de Tartagal. Y por Jujuy, Virginio Vernacchi. La simultánea fue dirigida por el contador Pedro Courtades, colaborando como fiscales los señores Enrique Cook y Gerardo Trogliero. 

Comienza el espectáculo

“Como un gladiador moderno -cuenta el periodista- se lanza sobre el primer tablero, tras una ronda dando apretones de manos a sus contendientes. Francisco Izarduy es el pequeño que le mira con admiración y aguarda la apertura del juego en el tablero Nº 1. “Bobby” manejas las blancas y para los 20 tableros ya ha dictado su primera jugada: Peón -Cuatro Rey. Luego avanza de tablero en tablero, se detiene uno, dos o tres segundos y en seguida pasa al siguiente; sus movimientos son rápidos y en su mente tiene todo planificado.
Desde el tablero Nº 7, Rolán Padra hace un gesto y luego le extiende la mano para saludarlo, rindiéndose. Era el último contrincante y el gran maestro había concluido su faena en 2 horas y 20 minutos. Prácticamente había arrasado con los veinte ocasionales rivales pues tan solo cedió dos tablas, frente a Ildefonso Fernández y Jorge Yazbek. Sus primeros giros fueron con rapidez, pero a medida que se desarrollaban los juegos fue aminorando la velocidad. Se detenía en algunas mesas donde la partida amenazaba con complicársele, pero luego retomaba su habitual ritmo. El primero en ceder fue Waldo Muñoz (T.20) y luego Felipe Guanca (T.16).

Robert James “Bobby” Fischer nació el 9 de marzo de 1943 en Chicago, Estados Unidos.  Fue hijo de una enfermera suiza y políglota, Regina Wender, y del físico alemán Hans Fischer.  Se casó con la japonesa Miyoko Watai y falleció a los 65 años en Islandia, el 17 de enero de 2008. 
 


Fischer obtuvo ventaja en todas las aperturas, por lo que a los jugadores que lo enfrentaban les resultaba imposible dar vuelta la partida. Solo Yazbek consiguió nivelar al comienzo, manteniendo la igualdad hasta el final y logrando hacer tablas.
A todo esto, muchos aficionados seguían muy atentamente lo que acontecía en el tablero Nº 12 de Ildefonso Fernández. Este combatía en inferioridad de condiciones por una mala apertura, hasta que a duras penas logró hacer tablas.
Según el cronómetro del Salta Club, a las 2.25 del día 19 de noviembre de 1971, concluyó el espectáculo. Fischer firmó algunos autógrafos y consiguió desaparecer rápidamente. Sin duda, había logrado asombrar al ajedrez salteño.

Entrevista frustrada

“La ilusión de una entrevista -cuenta el cronista- ya pasó, el genio sigue su ruta de demostraciones por otros tableros. Mientras tanto nos quedamos pensando que no es tan “terrible” y recordamos al sonriente “Bobby” que viajó 10 horas para llegar a Salta. Primero saliendo de Resistencia, realizando medio camino en automóvil hasta nuestra capital y regresando a Tucumán en el mismo medio ante la cerrazón del cielo de Salta. Aún tenía cinco horas de viaje por delante.
No fue nada más que un relumbrón rubio que llegó de noche y sonrió unas pocas veces. Pero los aficionados que le saludaron y aplaudieron, y más aun los que jugaron con él, jamás olvidarán el jueves 18 y la madrugada del viernes 19 de noviembre. Porque Fischer estuvo en Salta y es, sin duda, el rival del campeón del mundo y quizás, el nuevo titular del trebejo global. Y eso valió una espera de cinco horas y todo lo      demás, ¿o nos equivocamos?”,  concluye el dichoso periodista.
 

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