Tras los pasos de Jujuy, se intenta afianzar en Salta un plan de innovación productiva y tecnológica con cannabis medicinal. En el acta de labor parlamentaria para la sesión de hoy, la última que se realizará con la actual composición de la Cámara de Diputado, sobresale un proyecto de ley que declararía como política pública estatal la efectiva implementación de la medicina y uso terapéutico cannábico en la provincia.
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Tras los pasos de Jujuy, se intenta afianzar en Salta un plan de innovación productiva y tecnológica con cannabis medicinal. En el acta de labor parlamentaria para la sesión de hoy, la última que se realizará con la actual composición de la Cámara de Diputado, sobresale un proyecto de ley que declararía como política pública estatal la efectiva implementación de la medicina y uso terapéutico cannábico en la provincia.
La iniciativa, impulsada por la diputada Carolina Ragone y sus pares Franco Hernández Berni y Enrique Sansone, también contempla la creación del Instituto Provincial del Cannabis Medicinal y Terapéutico, un ente que funcionaría como entidad autárquica del Estado provincial, con personería jurídica e individualidad financiera, bajo la órbita del Ministerio de Gobierno, Derechos Humanos y Trabajo.
El nuevo organismo asumiría facultades como autoridad de aplicación local de la Ley nacional 27.350, que regula el uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados, como también de normas complementarias como las leyes provinciales 7.996 y 8.223, con las que se incorporó a las formulaciones cannábicas autorizadas por la Anmat al Vademécum de Salud Pública de la Provincia, y se adhirió al marco regulatorio sancionado por el Congreso nacional .
Acciones aisladas que necesitan coordinación
En los fundamentos del proyecto de ley se resaltó que “en la provincia de Salta se evidencia una política legislativa proactiva y positiva sobre el desarrollo de la medicina cannábica”, tanto con la sanción de las citadas leyes como con el dictado de resoluciones ministeriales que reglamentaron su aplicación para el tratamiento de la epilepsia refractaria.
Se hizo notar, sin embargo, que las iniciativas aisladas con las que se busca avanzar en el desarrollo y aplicación de la medicina cannábica muestran, en muchos casos, “una falta importante de coordinación entre actores, objetivos y acciones.
Por otra parte, se advirtió que la reglamentación que está establecida en Salta desde 2018 luce hoy incompleta e insuficiente frente a resoluciones nacionales que ampliaron el acceso a la medicina cannábica para el tratamiento de diferentes patologías.
En la fundamentación del proyecto de ley se resaltó que diversos actores particulares participan o tratan de participar en el desarrollo de la medicina cannábica desde distintos lugares y con diferentes objetivos. Se citó el ejemplo del sector tabacalero que, a través de sus instituciones, avanza con el INTA en un plan de diversificación productiva con cultivos experimentales de cannabis.
Se observó, asimismo, que asociaciones sin fines de lucro agrupan y brindan productos a los pacientes usuarios del aceite de cannabis y sus derivados, tratando de formalizar sus estructuras en medio de trabas burocráticas.