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“Los chicos están hablando de lo que nosotros silenciamos durante décadas”

Entrevista a Noel Pacheco Vélez, psicóloga y docente
Domingo, 07 de noviembre de 2021 01:52
Foto: Javier Corbalán

¿Cómo hacen los padres para descubrir indicios de que algo malo está pasando en la escuela?

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¿Cómo hacen los padres para descubrir indicios de que algo malo está pasando en la escuela?

Se pueden tomar diferentes aristas. Una es cómo detectar una situación de acoso, abuso, violencia. Hay que ponerse a hacer un recorrido sobre los relatos, sobre cómo es que esos adolescentes logran obtener un registro de que algo que pasaba no estaba bien. Son ellos los que primero tienen un registro de que hay algo que no estaba bien por parte del docente. Hoy los adolescente cuentan con esas herramientas para poder diferenciar y poder registrar una situación que puede ser de acoso, de abuso, de violencia. 

¿Cómo la registran?
Lo registran justamente a partir de que en las escuelas se comenzó a trabajar la ESI (Educación Sexual Integral) que posibilitó muchísimas herramientas a los niños y adolescentes que ahora pueden registrar esas situaciones que no están. Porque si nosotros vamos para atrás en nuestras épocas, al docente se le adjudicaba el rol, el papel del saber y del enseñar ese saber. Luego se fue deconstruyendo y cambiando a ese rol de ser ese que debe posibilitar el aprendizaje, de contemplar más el protagonismo del alumno. Pero muy poco se habla de la cuestión del rol docente y hasta dónde llega su rol. Entonces por eso nos sorprenden tanto porque es en la escuela donde los jóvenes tienen la posibilidad de construirse desde otro lugar, en donde se pueden empoderar desde otro lugar, y somos nosotros (los docentes) los que debemos poder posibilitar esas situaciones. Entonces que un docente sea protagonista de un acoso es tremendo. Para los adolescentes es tremendo porque ellos suponen un saber del docente y que ese docente con ese saber haga otra cosa, es tremendo. Más allá del darse cuenta de que algo malo sucede hay que trabajar con la culpa, de no saber bien qué hacer porque es el docente. 

Los docentes ejercen poder...
Los docentes no deberían tener un poder sobre los chicos. El poder de los docentes es saber enseñar, brindar aprendizaje con el otro con el cual no se tiene poder. El tema es cuando se adjudican un poder, en su rol, ahí vienen los problemas. El poder de la nota, de pertenecer a la institución, al curso, de no ser mirado por los otros desde el mismo lugar. Hay muchas cosas que se ponen en juego en una situación de acoso por parte del docente. Es terrible cómo lo puede vivir un chico, una chica, a eso. Por eso es que esas situaciones muchas veces son silenciadas y lamentablemente lo hacen las familias que tienen cierto temor de denunciar estos hechos porque creen que pueden perjudicar la trayectoria académica de los hijos. Hay una falta de acompañamiento por una cuestión de falta de información por parte de la familia, porque hay que saber que hay todo un marco normativo que protege al adolescente y a la familia. Por eso es tan importante el trabajo de la Ley 26.150 (ESI) y la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes para ser trabajadas también con las familias, porque también necesitan saber. Muchas veces los adolescentes cuentan que sufren situaciones de acoso, abuso o violencia, y el tema es que muchas veces en esa escucha no hay un hacer que proteja a ese niño o adolescente. Muchas veces por ignorancia. Esas leyes, en el escenario de la educación, llegaron para posibilitar construir subjetividades en niños y adolescentes desde otras miradas, fortaleciendo herramientas de cuidado de sí mismos y del otro.

¿Qué tienen que hacer los padres?
No solo los padres, sino los adultos que escuchen algo que tiene que ver con ese malestar o sufrimiento tienen que poder hacer algo con eso. Porque la escucha tiene que ver con el hacer. Uno sabe que escuchó algo cuando supo qué hacer. La escucha es una posición activa. Muchas veces los chicos cuentan y los adultos no hacen nada con eso. Los adultos necesitamos aprender un saber hacer desde la escucha. Las problemáticas sociales se dejan ver y eso nos da la posibilidad de poder hacer, de responsabilizarnos y de mirar en niños y adolescentes la posibilidad de un mundo mejor. 

¿Y el rol de la escuela?
La escuela tiene que poder seguir convocando a la familia para trabajar la ESI. ¿Cómo puede ser que los chicos de ahora pueden tener un registro de esas situaciones desde otras miradas?, es porque la ESI posibilitó eso. Quienes no tenemos una trayectoria atravesada por la ESI seguimos sosteniendo la mirada silenciadora de esas situaciones. Para qué vamos a hablar, nos vamos a meter en quilombos, estás segura que tienen esas intenciones, los adultos instalan las dudas en ese decir de los chicos porque no están atravesados por ESI. Entonces hay un choque cultural importante que puede generar muchos daños por las palabras que se usan al revictimizar a los chicos. Eso es un problema grave. Quienes puedan mirar a los niños y adolescentes de esta época, quienes puedan mirarse a sí mismo en ese recorrido histórico social, político y cultural, podrán seguir apostando. Ellos están hablando de lo que silenciamos durante décadas, en su voz algo de lo nuestro también se dice, quizás lo que no pudimos. Lo maravilloso es que todavía nos necesitan. Los niños y adolescentes necesitan de los adultos. Eso parece no haber cambiado. ¿Y si nos sumamos a esta lucha de poner palabra donde antes se callaba? ¿Y si nos fortalecemos y volvemos a ser referentes de ellos? Hacen falta más adultos que quieran ejercer ese rol.

El algo habrán hecho sigue vigente...
En generaciones anteriores sí. Los adolescentes de estas épocas tienen mucho más claro el poder diferenciar una situación de violencia, de abuso, de acoso. Por eso que es que los adultos tenemos que poder escuchar, pero hacer algo con eso. Algo que nos tiene que hacer ruido a los adultos es que lo que niños y adolescentes pueden haber vivido como escenas traumáticas, al no ser abordadas de la manera necesaria pueden llegar a generar un daño psíquico irreparable.

Falta ESI para los docentes...
Ese es un problema de ESI, que es un contenido obligatorio para todos los estudiantes de todos los niveles. El tema es que es obligatorio para los chicos, pero que no aparece como un contenido constante en la formación docente. Todos los docentes pueden enseñar ESI, pero no todos están obligados a estar capacitados y en permanente actualización. 
 
La instituciones se cierran ante un caso que surge...
La escuela aparece como un escenario con muchas herramientas para la ESI. En los ámbitos laborales o privados esas cuestiones aparecen como muy individuales, aunque las leyes amparan a todos. Lo que tiene de maravilloso la escuela es que tiene un escenario posible de construir subjetividades más sanas y poder tener un registro de un cuidado sobre sí mismo y sobre el otro, de escucha, donde circula la palabra. Los que trabajamos en educación apostamos a una escuela como un espacio de esperanza para un mundo mejor, porque de verdad consideramos que algo se puede hacer. Lo maravilloso de ESI es que los chicos pueden comenzar a destapar estos secretos que antes permanecían debajo la alfombra. Y en las familias se deben construir esos espacios de diálogo, tiene que haber todo un hacer para llegar a una mesa de diálogo, y cuando uno llega a eso poder escucharlos es muy bueno, aunque se digan cosas dolorosas. Es muy bueno porque uno se da cuenta de la mirada con la que están construyendo el mundo, la cual es diferente a la que tenemos nosotros.
 

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