“Ser la primera mujer que alcanza este lugar sin duda me llena de orgullo, pero también me impone un enorme compromiso. La historia de los pueblos se teje en procesos que toman su tiempo, pero hay momentos que son nudos significativos en esa trama. Este es uno de ellos”, expresó Teresa Ovejero en su discurso al asumir como presidenta de la Corte de Justicia de Salta. Es más que discursivo, es la realidad: nunca alguno de los tres poderes del Estado provincial estuvo al frente de una mujer.
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“Ser la primera mujer que alcanza este lugar sin duda me llena de orgullo, pero también me impone un enorme compromiso. La historia de los pueblos se teje en procesos que toman su tiempo, pero hay momentos que son nudos significativos en esa trama. Este es uno de ellos”, expresó Teresa Ovejero en su discurso al asumir como presidenta de la Corte de Justicia de Salta. Es más que discursivo, es la realidad: nunca alguno de los tres poderes del Estado provincial estuvo al frente de una mujer.
Ovejero tiene 28 años de carrera judicial. Ahora, como cabeza del máximo tribunal de Salta tiene una meta clara: cambiar la imagen de la Justicia. El viernes, tras el acto oficial, Ovejero tuvo una entrevista a fondo con El Tribuno.
Tiene un desafío importante porque es la primera vez que una mujer está al frente de la Corte de Justicia de Salta y no hubo otra mujer al frente de un Poder del Estado de Salta, ¿cómo se ve usted ante este proceso y ante este hecho histórico?
Siento un gran orgullo de ser la primera mujer que va a presidir la Corte de Justicia y, como usted bien dice, de un Poder del Estado de la provincia de Salta, pero también siento un gran desafío y gran compromiso en la tarea que tengo que emprender. Ser presidenta de la Corte de Justicia es una tarea compleja, el Poder Judicial de Salta no es solo lo jurídico, es lo administrativo, es el llevar adelante todo un poder del Estado y con eso, sin dudas, tal vez la sociedad espera más.
El ser una mujer plantea el que la gente esté buscando o esperando algo más, así que el compromiso que siento es muy fuerte, muy grande, pero tengo todas las energías. Tengo 28 años en el Poder Judicial, trabajé mucho tiempo, quiero al Poder Judicial, me siento parte de él y quiero trabajar por el Poder Judicial con vocación de servicio. Es el ciudadano que tiene un problema y que va a buscar en la Justicia una solución a tiempo.
Creció el nivel de conflictividad social y eso se refleja en más personas que requieren el servicio de Justicia. Entonces, además el desafío es el doble porque la Justicia está bajo la mirada de todos.
Tenemos que pensar que hoy, más allá de que ha crecido la conflictividad, también casi todo se judicializa o se tiende a judicializar. Por ende, el trabajo que hay dentro del Poder Judicial es enorme. Yo quiero destacar el esfuerzo que hacen los magistrados y las magistradas, los funcionarios y las funcionarias, los profesionales, los empleados y empleadas que día a día ponen todo su esfuerzo porque cada vez es más el cúmulo de trabajo que llega a cada uno de los juzgados y, sin embargo, hay una enorme dedicación.
El tema de que se haya judicializado tanto y que no haya ido creciendo la cantidad de juzgados de acuerdo a la población y a la conflictividad hace que cada vez tengamos más trabajo, y que cada vez sea más el esfuerzo que desde el Poder Judicial se debe hacer para poder sacar adelante las causas que llegan a resolución.
¿Qué recursos necesita la Justicia o tiene para acelerar los procesos ante tanta demanda?
Estamos en un proceso de modernización de la Justicia con el expediente digital. La pandemia nos aceleró los tiempos, pero creo que estuvimos a la altura de las circunstancias, pudimos garantizar el servicio de Justicia con un enorme esfuerzo de magistrados, funcionarios, que sin un período de adaptación tuvieron que acostumbrarse al manejo del expediente digital, a la mesa virtual y pudimos mantener el servicio de Justicia durante toda la pandemia, cosa que no se hizo tal vez en otras provincias del país. Fue un esfuerzo con muchas acordadas que se sacaron en ese momento para ir paliando las distintas circunstancias que nos presentaba la pandemia. Hay una comisión de expediente digital que yo la vengo coordinando desde que se inició, el año pasado, integrada por otros dos jueces, por el Ministerio Público y el Colegio de Abogados, que estamos trabajando mucho en ir solucionado los inconvenientes que se fueron presentando cuando se implementó este expediente digital, que, como hubo que acelerar esos tiempos, tuvimos que ir sobre la marcha solucionado inconvenientes, pero hoy es una gran solución la que tenemos con la implementación del expediente digital que, sobre todo, despapeliza los juzgados, lo cual en todo sentido es importante. Pero, además, acorta los plazos procesales y, sobre todo, le acorta el tiempo a la gente para poder llegar a esa solución. Creo que en ese sentido se está trabajando mucho, es muy importante, es un camino en crecimiento y queremos llegar a tener todo el Poder Judicial con el expediente digital implementado.
¿Hay alguna línea de plazos?
Teníamos una línea de plazos que la hemos ido ralentizando porque queremos estar seguros sobre lo que vamos haciendo. El gran desafío ahora es digitalizar el fuero penal, que posiblemente lo estemos haciendo hacia mitad del año que viene. Nos falta digitalizar algunos otros juzgados y lo que queremos es no equivocarnos en la implementación.
Salta avanzó mucho. Nosotros teníamos un data center muy importante y pudimos mantener el servicio de Justicia sin haberlo cortado durante esta emergencia que todavía no sabemos cómo sigue.
Usted dijo que el grado de conflictividad es generalizado. No obstante, hay una fuerte preocupación por los femicidios y la violencia de género. ¿Necesita más estructura el Poder Judicial para atender estos casos? Yo sé que ya actúan con el hecho consumado...
Claro, lo que llega al Poder Judicial es el hecho consumado. De todas maneras, estamos trabajando dentro de lo que es la modernización del Poder Judicial también con la mirada de género. Nosotros tenemos que capacitar al personal, los magistrados, a todos, que tengan una mirada de género en todo momento. El juez, al momento de hacer la sentencia, el personal al momento de recibir una persona que se acerca con algún conflicto, es decir, el trabajar con mirada de género en el Poder Judicial es fundamental.
¿Cómo mejorar la mirada de género en la Justicia?
Nosotros, por ejemplo, ahora, la escuela de la Magistratura ha dictado y hemos hecho el curso de la Ley Micaela, incluso los módulos 2 y 3 que son muy interesante y que muestran realidades que hacen bien. Recomiendo a quien no lo haya hecho que lo haga porque es muy útil y muestra situaciones que tal vez uno no las tenía pensadas. O, por ejemplo, también el año anterior desde la Escuela de la Magistratura se dictó un curso que organizaba la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema sobre Sentencias con Visión de Género y la jueza de una Corte de Justicia analizaba una sentencia con visión de género de otra Corte de Justicia. Un curso increíble donde se marcaba cómo hay situaciones donde no se analiza con visión de género y es muy importante analizarlo así porque lo que tenemos que buscar es que la violencia contra la mujer desaparezca. O sea, la violencia contra la mujer, por el solo hecho de ser mujer, es algo que como sociedad no podemos tolerar. Y tenemos que buscar los mecanismos para tratar de que eso desaparezca. En el Poder Judicial tenemos tres juzgados acá en Capital de violencia familiar y de género, uno recientemente creado. Tenemos juzgados de violencia familiar y de género en el interior. Tenemos oficinas de la mujer y de violencia familiar donde puede llegar la persona con la denuncia, con gente capacitada, con equipos interdisciplinarios, donde nosotros como Justicia lo que podemos hacer es acercarle la Justicia a la gente. Lo que tenemos que hacer es que esa mujer que llega a la Justicia encuentre una respuesta, primero que encuentre quién la atienda, quién la atienda bien, y quién la atienda con esa perspectiva de género.
¿Hay alguna otra situación de esta Salta conflictiva que le esté preocupando?
Nos preocupan muchas cosas. Esto que le decía de la alta conflictividad y de la judicialización de todas las causas nos preocupan la cantidad y nos preocupan los tiempos. Estamos trabajando desde la Sindicatura del Poder Judicial. Desde que soy jueza de Corte tengo a cargo la Sindicatura del Poder Judicial en la cual hacemos auditorías y, permanentemente, estadísticas de cuáles son la cantidad de causas que entran, los autos para sentencia, las presentaciones que se hacen, cuánto tiempo lleva hasta que se pueden decretar.
Es decir, vamos monitoreando permanentemente el funcionamiento del Poder Judicial y vamos tratando de detectar cuáles son aquellos juzgados que están más saturados y con más inconvenientes. Incluso en los próximos días vamos a presentar un tablero de control que va a tener cada uno de los jueces en su pantalla de inicio, de manera que al arrancar la jornada laboral encuentren cuántas son las causas que tienen para sentencia, cuántas las presentaciones que tienen para decreto, es decir, toda una serie de información que el juez tiene que tener para que a la vez pueda ir trabajando.
Muchas veces es tanto el trabajo que uno tiene que a veces no termina de advertir cuál es la realidad, entonces queremos ir monitoreando y que el mismo juez pueda ir monitoreando su juzgado, teniendo los números claros, para que de la misma manera se puedan acelerar los tiempos de la justicia.
Es decir, mi objetivo personal como presidenta de la Corte ahora, es que a todo lo que sea lo tecnológico, la modernización, no hay que tenerle miedo. Yo no le tengo miedo y quiero avanzar en ese sentido para que la tecnología ayude a la Justicia hoy a acelerar esos tiempos que creo que es la mayor demanda que tiene hoy la sociedad: que las causas se resuelvan y se resuelvan en tiempo útil.
¿Qué evaluación puede hacer del funcionamiento de las salas de la Corte?
Se empezó a aplicar en junio del año pasado, cuando se amplió a nueve integrantes la Corte Justicia, se dividió la Corte en 4 salas: Civil, Penal, Laboral y Contencioso Administrativo. Esto también agiliza porque en este caso no tiene que dar vuelta el expediente entre los nueve jueces, sino sobre 4 jueces y si hay un empate de 2 recién interviene el presidente y agiliza las causas en la Corte.
No hay atraso en el trabajo de la Corte. Es un grupo de trabajo muy compacto y yo en eso agradezco el voto y la confianza de los pares, porque la elección de presidente la hacemos entre los nueve jueces de la Corte y el hecho de que ellos hayan confiado en una mujer es muy positivo y hay un trabajo en equipo que se está haciendo desde la Corte de Justicia para tratar de mejorar el servicio.
¿Cómo fue su carrera judicial? Usted es madre, en muchos casos todavía el cuidado de los hijos recae sobre las mujeres...
Yo soy la prueba, tal vez, de que sí se puede, el haber llegado a presidenta de la Corte y como una experiencia de vida para aquellas mujeres que creen que porque son amas de casa o porque tienen hijos no se puede llegar.
Una como mujer, tal vez, tiene que hacer un esfuerzo mayor, pero se puede. Tengo cinco hijos, que nacieron en cinco años exactos, porque se llevan un año cada uno y que, cuando nacieron, yo ya era secretaria electoral, ya trabajaba mucho tiempo. Pude hacer mi carrera, pude criar mis hijos. Hoy ya son profesionales o están estudiando, son chicos de los que estoy muy orgullosa, me siento una madre muy orgullosa. Pude trabajar, dedicarme a mis hijos, a mi familia, a mi marido y hoy puedo ser la presidenta de la Corte de Justicia sabiendo que el esfuerzo en el trabajo, el esfuerzo en la casa y el esfuerzo con los hijos son totalmente compatibles. Quiero que las mujeres compartan mi orgullo como una realidad de que se puede, se puede hacer todo y romper el techo de cristal. Yo desde mi lugar voy a tratar de hacer esas acciones positivas para que más mujeres sientan que se puede.
¿Cómo promover como presidenta de la Corte la equidad de género?
Acá en Salta por lo pronto en la Corte somos cuatro mujeres y cinco varones. Es bastante pareja, creo que es la Corte que más mujeres tiene en el país. Entre los jueces todavía hay un poco más de varones que de mujeres, pero no por mucho y en los funcionarios ya son muchas más mujeres que varones, lo cual hace pensar que en unos años vamos a terminar siendo más mujeres.
Me parece a mí que estamos en un verdadero cambio. La mujer estuvo relegada en toda la historia y este está siendo el momento de ese cambio. Uno ve en los jóvenes, yo lo veo en mis hijos, que hoy tienen una mentalidad tanto más sana, cuanto más distinta, en lo que es la paridad en los derechos de la mujer y de los hombres, pero con total normalidad, como debe ser, como tendría que haber sido siempre. Estamos por un buen camino, a lograr esa paridad que tiene que ser nuestra realidad. No debería ser otra.
Si bien hay un Consejo de la Magistratura que se encarga del proceso y una ley al respecto de la selección de jueces, ¿considera que hay que hacer algún cambio? ¿Cuál es su visión sobre el tema? Hubo polémicas en estos años.
Hay muchas polémicas y también hay proyectos de cambios en el Consejo de la Magistratura; de hecho, el Consejo Nacional también acaba de cambiar. Permanentemente es un tema que genera debate. Yo estuve a cargo concomitantemente con la Secretaría Electoral, de la Secretaría de la Unidad de Concursos, que son los que eligen los funcionarios, es decir no los jueces, sino los secretarios, y tiene un sistema distinto de puntuación. Es decir, el Consejo de la Magistratura da 50 puntos de antecedentes, en cambio en la Unidad de Concurso tiene 30 un antecedente, 30 un examen escrito y 40 una entrevista. Tal vez después de haber pasado por muchos concursos, ahí me parecería que tal vez los antecedentes que no sean valuados con tantos puntos. Tal vez podría ser más equitativo, es decir, hay distintas modificaciones que se pueden hacer, lo importante es que haya una selección objetiva de los jueces y lo importante es que pensemos que el juez que llega es quien nos va a solucionar las causas a cualquiera de nosotros y tiene que ser gente con la capacidad y con la probidad propia de un magistrado.
¿Necesitan crear más juzgados?
Hay juzgados incluso creados por ley, ya que no se pueden poner en funcionamiento por una cuestión presupuestaria. Y sí, hace falta, es necesario, pero también conocemos de las limitaciones presupuestarias que tiene nuestra provincia y vamos de a poco viendo que se puedan poner en funcionamiento más juzgados porque el crecimiento de la población, el crecimiento de la conflictividad y el crecimiento de la judicialización de las causas hacen que esto sea necesario.
La comisión del Poder Judicial de la reforma de la Constitución estableció que los jueces de Corte puedan estar hasta 10 años. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Sí, esto está en comisión, todavía tenía que ir al plenario. Yo tengo una visión general que no sé si tiene que ver con 10, 15 años o vitalicio... Creo que es importante la estabilidad del juez, pero es importante no por un privilegio que tenga que tener el juez de ser estable, sino por una garantía que tiene que tener la sociedad de que ese juez está con la tranquilidad en el cargo para abocarse a su sentencia y a resolver sus problemas. Ese tiene que ser el motivo por el cual esto pueda modificarse. El juez tiene que tener una estabilidad.
Tal vez se plantea desde la estabilidad para la persona. Acá estamos hablando de una Constitución, no estamos hablando de mí o del que pueda venir. Estamos hablando de la gente que necesita que se le garantice la justicia, entonces en ese sentido para eso la estabilidad es algo indispensable en un juez.
Cuando termine su gestión, ¿qué le gustaría haber cambiado?
La imagen de la Justicia. Hoy la imagen de la Justicia en la gente es negativa y como le decía, hay mucho esfuerzo, hay mucho trabajo, mucha dedicación, mucho compromiso, de la gran mayoría de la gente que trabaja dentro del Poder Judicial y creo que con ese esfuerzo uno puede buscar cambiar esa imagen de la justicia ¿Cómo?, acortando tiempos, acercando la Justicia a la gente, abriendo puertas, y todo eso va a depender del trabajo que se haga durante todo este tiempo para lograr cambiar esa imagen. La Justicia es la última esperanza que tiene la gente y no podemos dejar que aquel justiciable, que aquella persona con problemas no tenga esperanzas en la Justicia. Entonces en eso es en lo que tenemos que trabajar mucho para cambiar esa imagen y creo que tenemos la gente para poder hacerlo.