Los trabajos de mejoramiento en los terraplenes de contención en cercanías al río Pilcomayo pudieron contener la fuerte crecida del curso de agua que se produjo en las últimas horas como consecuencia de las intensas precipitaciones que se registran en la cuenca alta, en la zona de Bolivia.
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Los trabajos de mejoramiento en los terraplenes de contención en cercanías al río Pilcomayo pudieron contener la fuerte crecida del curso de agua que se produjo en las últimas horas como consecuencia de las intensas precipitaciones que se registran en la cuenca alta, en la zona de Bolivia.
Las obras de refuerzo en los denominados "anillos" ubicados en Santa Victoria Este y parajes cercanos pudieron contener el caudal de agua y evitar que la crecida ingrese a las zonas pobladas, aunque en Monte Carmelo y Santa María hubo evacuaciones preventivas de unas 40 familias que fueron trasladadas a las zonas más altas.
En contacto con El Tribuno el secretario de Recursos Hídricos de la Provincia, Mauricio Romero, informó que la situación está controlada, aunque el desborde del Pilcomayo, como un hecho natural, implica la afectación de los caminos que comunican a las distintas comunidades del lugar.
"El río está en bajante y la correlación que hacemos con Villamontes nos brinda información para los modelos predictivos con 24 horas de anticipación para lo que pueda ocurrir en nuestro territorio", señaló.
"Ahora el pico de la crecida está pasando por territorio argentino y la buena noticia es que en Villamontes está bajando. Es cuestión de esperar y contener este momento porque sabemos que cuenca arriba el río está en bajante y eso va a impactar en las próximas horas", expresó Romero.
Por otro lado el funcionario desmintió la rotura o filtración de los anillos e insistió en que las evacuaciones se hicieron solo a manera preventiva.
Romero dijo que las obras hídricas y los trabajos de refuerzo en los anillos que se hicieron en los dos últimos años permitieron controlar la actual situación. "Se ampliaron los terraplenes, sobre los anillos preexistentes que los reforzamos y le dimos otras condiciones de infraestructura, con coronamientos base de 12 metros y altura de 6 metros. Por arriba de los terraplenes se puede transitar con camionetas y hasta en camiones", sostuvo Romero.
"Las obras que realizamos no buscan evitar los desbordes del río, sino impedir que el agua llegue a las poblaciones que están cerca de la ribera". Y agregó que "el Pilcomayo es aluvional y posee este ciclo de desbordes naturales que son necesarios para generar reservorios".
La asistencia sanitaria y el reclamo de comunidades
Unas 40 familias tuvieron que ser asistidas preventivamente.
Las obras resistieron el desborde del río.
Un equipo multidisciplinario conformado por especialistas en medicina, nutrición y enfermería del hospital de Santa Victoria Este brindó atención a 40 familias, aproximadamente, que, por el desborde del Pilcomayo, se apostaron a 2 kilómetros, en la Misión Monte Carmelo II.
Esta estrategia de barrido sanitario consiste en recorrer la comunidad, casa por casa, para la identificación de personas gestantes, detección de distintas patologías, llenado de esquema de vacunación y para la toma de datos antropométricos (peso y talla), en niños y niñas.
Al respecto, el gerente general del hospital de Santa Victoria Este, Ariel Sosa, expresó que “hasta el momento no hemos tenido que atender ni internar pacientes, en el nosocomio, por la situación de crecida del río Pilcomayo”.
Normalidad
Además, manifestó que el puesto sanitario de Monte Carmelo está operativo con asistencia de enfermería habitual, al igual que todos los establecimientos sanitarios próximos a las comunidades asentadas en la ribera del Pilcomayo.
Por último, Sosa indicó que “el nosocomio cuenta con los insumos médicos necesarios para eventuales contingencias de salud, las que hasta el momento no se han dado” aseguró.
Aborígenes, en alerta
Leonel Mendoza, referente aborigen de San Victoria Este, reiteró que las comunidad más perjudicada es hasta el momento Monte Carmelo, “pero en La Curvita y Santa María hay riesgo de que la defensa se rompa y eso los tiene en alerta a los vecinos”, aseguró el dirigente aborigen.
De todas formas, ayer el panorama era más tranquilo ya que el río paró de crecer, pero los pronósticos del clima para la parte alta de la cuenca prevén nuevas lluvias, lo que puede convertirse en un serio problema.
Los habitantes de Santa María armaron ayer una protesta sobre la ruta provincial 54 para manifestar su disconformidad con la inacción de las autoridades municipales y para exigir que se refuercen las defensas sobre el río.
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