¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La verdadera catástrofe

Jueves, 09 de diciembre de 2021 02:22

Los niños y adolescentes argentinos sufren mucho más de lo que los gobiernos informan y difunden, y están sujetos a un atraso educativo substancial creciente debido a la ya antigua crítica situación económico - social del país, incrementada gravemente por efectos de la pandemia del Covid-19, y de las muy serias deficiencias del manejo de sus necesidades y aspiraciones, por parte de las autoridades responsables, así como del resto de toda la comunidad en la totalidad del territorio nacional, dentro del cual, la Provincia de Salta exhibe las mayores cifras de pobreza e indigencia.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Los niños y adolescentes argentinos sufren mucho más de lo que los gobiernos informan y difunden, y están sujetos a un atraso educativo substancial creciente debido a la ya antigua crítica situación económico - social del país, incrementada gravemente por efectos de la pandemia del Covid-19, y de las muy serias deficiencias del manejo de sus necesidades y aspiraciones, por parte de las autoridades responsables, así como del resto de toda la comunidad en la totalidad del territorio nacional, dentro del cual, la Provincia de Salta exhibe las mayores cifras de pobreza e indigencia.

La reciente encuesta de UNICEF efectuada a 2.400 hogares con menores muestra que la mitad de los niños argentinos menores de 6 años, sufren trastornos alimentarios acelerados por la pandemia; 4 de cada 10 están sujetos a problemas de sueño, y la salud de los adolescentes si bien ha mejorado con la reapertura de escuelas y colegios, demanda innegablemente una continuidad de atención y tratamientos integrales así como de comunicación.

* El 66% de los hogares vieron disminuidos sus ingresos durante la pandemia; la ayuda estatal alcanza apenas a la mitad de las familias carenciadas, con niños y adolescentes, y resulta insuficiente para adquirir alimentos.

* El 54,9% de los menores de edad en Argentina vive en hogares pobres y carenciados, y los hermanos mayores deben cuidar a los menores en no menos del 8%, mientras que más del 12% de éstos se quedan solos.

* UNICEF señala los bajísimos resultados obtenidos en las evaluaciones escolares de 2003, 2016, 2019. La mayor parte de los menores no entendieron los temas de aritmética, lenguaje, geografía, y básicos, y no leen de corrido.

Consecuentemente, el país en su conjunto muestra una decadencia catastrófica en su nivel educativo, así como en la formación intelectual de sus niños y juventud. Mientras tanto a pesar de disponer el país de un presupuesto equivalente al 6% del PBI, los resultados miden también los niveles de eficiencia en su instrumentación.

La ausencia de programas de capacitación y formación docente; el déficit de supervisión del funcionamiento escolar, y la permanente presión sindical, con paros irracionales que solo aportan a la destrucción del aprendizaje. En Ecuador, por decisión de Rafael Correa, la Constitución declara a la Educación "servicio público esencial", no sujeto a paro gremial alguno por ninguna causa.

En mi condición de ex profesor secundario y ex profesor e investigador universitario digo que si no reaccionamos ante esta verdadera tragedia colectiva, el país será poblado cada vez más por una mayoría de ciudadanos sin preparación laboral, a quienes se les niega el acceso, nada menos que a la educación pública y obligatoria que Sarmiento edificara tan sabiamente, en bien del soberano.

Los políticos, empresarios, gremialistas, profesionales, padres y madres, deberemos poner nuestros hombros en pos de la recuperación de lo que fuera el liderazgo intelectual y educativo argentino pasado. Es necesario que los poderes legislativos de las provincias y la Nación, definan políticas de estado con programas permanentes de capacitación docente y una reorganización total de los sistemas escolares, primarios, secundarios, y universitarios en vistas de las reales demandas y necesidades del país, no obstante su crisis ya iniciado el siglo XXI.

 

 

PUBLICIDAD