Perseverancia, actitud y mucho trabajo, la fórmula perfecta para nunca rendirse y conseguir cualquier objetivo. Y así lo demuestra la salteña Viviana Aramayo, que no solo derrumbó otro desafío al convertirse en la flamante campeona de fitness en el torneo Miss y Mister Salta, sino que además hasta “detuvo” las agujas del reloj para demostrar que a los 51 años deja boquiabiertos a más de uno.
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Perseverancia, actitud y mucho trabajo, la fórmula perfecta para nunca rendirse y conseguir cualquier objetivo. Y así lo demuestra la salteña Viviana Aramayo, que no solo derrumbó otro desafío al convertirse en la flamante campeona de fitness en el torneo Miss y Mister Salta, sino que además hasta “detuvo” las agujas del reloj para demostrar que a los 51 años deja boquiabiertos a más de uno.
“Siempre hice toda clase de deportes y hace 10 que trabajo diariamente en el gimnasio”, resaltó esta diseñadora industrial de escultural imagen radicada hace años en Tartagal.
Así, en un impasse como profesora superior de dibujo y pintura resaltó que “trabajo por la mañana con chicos discapacitados en Tartagal en los que es arte terapia, en talleres que agrupan a unos 40 alumnos. Y además también soy instructora de gimnasia, entre entrenamiento con carga, funcional”.
“Siempre fui de romper las barreras y los desafíos, pero soy muy estricta con mi entrenamiento y la dieta”, resaltó.
Aramayo recordó que “antes competía en mountain bike, concurría en carreras y desafíos en Salta. Comencé a los 15 años en los gimnasios y siempre tuve ganas de participar”.
Y después llegaron los pasos firmes para llegar a la cima. “Mi primera experiencia en gimnasios fue en pesas. En 2019 tenía 49 años y participaba en la categoría máster. Debuté en Tartagal y gané en la Copa Tartagal en esa categoría, que va de 30 o 35 en adelante, depende de los organizadores y las federaciones. Después fui a Salta al Miss y Mister Músculos y salí segunda. Ese mismo año participé del Hércules en Güemes y salí tercera”.
Pero el envión cargado de podios se frenó el año pasado por la pandemia. “En 2020 no tuve participación, pero me dediqué a hacer cursos por internet, perfeccionándome y efectué entrenamiento funcional con capacitadores de Córdoba. De esa manera también le daba por face clases a mis alumnas”, resumió al hablar del año que golpeó duramente a todo el planeta.
Las cosas en su lugar
Este año, con la reapertura de la actividad deportiva, también volvió la competencia. Y se comenzaron a acomodar muchas cosas. Como en muchas disciplinas deportivas, el fisicoculturismo no es ajeno a las diferentes categorías, algo que no ocurría en el área femenina, ya que la categoría máster engloba participantes de 30 o 35 años (según las federaciones) sin límites de edad. Claro que la diferencia era notable, sobre todo a la hora de la premiación.
De esta manera, Aramayo propuso a la Asociación Salteña de Culturismo dejar abierta la categoría máster +50.
Esto permitirá abrir una gran posibilidad a mujeres que no estaban participando por su edad por las diferencias en lo competitivo.
“En este torneo, como competís con chicas mucho más jóvenes, propuse competir con gente de mi edad y la ASC lo aceptó”, resaltó
“Lo que pasa es que además apunté a los cambios. Antes el culturismo estaba marcado en el agrandamiento de masa muscular, tanto para varones como mujeres. Con el paso del tiempo surgieron categorías competitivas con menor volumen muscular, como el bikini, en donde las marcas corporales son más estilizadas”. destacó.
En ese sentido resaltó que “por más que tengás una excelente cultura alimentaria y de entrenamiento, como es la que me exige también mi técnico, Lauro Paz, quien fue subcampeón argentino de culturismo, la edad influye mucho en los resultados de los torneos”.
Ahora, Aramayo tiene previsto otro desafío denominado Gran Prix de Verano, que se realizará el 19 de febrero próximo en Salta, mientras continúa soñando en participar del Argentino o el Sudamericano, pero siempre poniendo énfasis a la valoración de las categorías para las chicas mayores de 50.